Bo-Taoshi: el loquísimo deporte japonés que consiste en darte de tortas para conquistar un palo

Deporte nuevo para nosotros, aunque para los japoneses es algo con lo que han convivido hasta cuatro generaciones. Desde 1945, aproximadamente, esta versión nipona del captura la bandera es una de las actividades al aire libre más curiosas que puedes presenciar, sobre todo en las fiestas anuales escolares.

El bo-taoshi, literalmente “derribar el poste”, consiste en dos equipos rivales de 75 personas donde la defensa tiene que resistir el envite del grupo de ataque, cuya misión es tumbar un poste ajeno de entre tres y cinco metros con todas sus fuerzas y mediante el valor de su propia acumulación de cuerpos. Se ve muy claramente en este video que se ha viralizado este fin de semana:

Lo que los atacantes intentan hacer en este video no es simplemente tirar al chico que está en lo alto del palo, sino conseguir que el poste alcance, al menos, una posición de 30 grados de inclinación con respecto al suelo y mantener esa inclinación durante tres segundos o más, momento en el que ganan la partida.

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Por esto mismo, el aspecto que suelen tener estos combates es el de montaña humana. La defensa se aglutina y encaja entre sí lo máximo posible para evitar que rompan sus filas, y los atacantes, como si de infectados a la Boyle se trataran, corren y apisonan al equipo rival hasta que consiguen derrumbar la barricada enemiga y crear una fisura por la que el resto del equipo trate de llegar al poste sobrevolando las cabezas de sus rivales, que es la estrategia que, intuimos, están buscando los protagonistas del video de Chavalo.

En el ataque está permitido casi todo, desde placajes, manotazos y tirones hasta puñetazos (aunque esto último está muy mal visto), el límite estaría en intentar sacarle los ojos a alguien. Por la propia fiereza del juego es habitual que los jugadores se pongan cascos de boxeo. También hay distintas posiciones dentro del equipo, aunque desde fuera no se perciba. El más llamativo de ellos es el Ninja o Mono, el equilibrista que desde lo alto del poste golpea a los que intentan escalar y, desde su altura, grita las estrategias que sus compañeros de abajo deberían intentar para resistir el ataque.

El deporte es para los japoneses como nuestro balón prisionero, y no sólo juegan los chicos en el patio del colegio, sino que también trasladan esas mismas reglas a una versión acuática.

Y sí, hay un evento oficial anual: los cadetes recién alistados a la academia militar japonesa deben batirse al menos una vez durante la celebración del aniversario de la Academia Nacional de Defensa de Japón. En general todo el espectáculo es tan épico como divertido. Hay quien ha encontrado paralelismos con los hakas neozelandeses, ya que en la ceremonia que abre la competición los equipos se dedican mutuamente danzas y cánticos para intimidar a los del otro lado.

Si te han entrado ganas de probarlo tú mismo, un par de anotaciones. La primera, que debes tener muchos, muchos amigos. La segunda, el palo nunca debe dejar de tocar el suelo en su extremo inferior. La tercera, que el deporte se asemeja mucho en cuanto a fiereza física al rubgy, con lo que este deporte se suele practicar en sitios con tierra o césped y con alguna ambulancia no demasiado lejos del recinto en caso de emergencia. Tampoco hay que llevar zapatos o cualquier objeto con el que herir excesivamente a los rivales.

Y sobre todo, espíritu deportivo. Una vez termina el encuentro, es decir, después de haber descargado un montón de adrenalina y de haber dado y recibido unos cuantos leñazos, acuérdate de confraternizar con los otros participantes.

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