A pesar de que el término "boicot catalán" salió a la palestra allá por 2004, fruto de las declaraciones de Josep Lluís Carod, desde el inicio del procés vuelve a estar más presente que nunca. La producción de cava ha caído un 12,1% en toda España, algo que señala el mal momento por el que pasan las marcas catalanas, responsables d el 95% del mercado. Mientras tanto, los espumosos de Valencia, Aragón y Extramadura baten récords.
Más cuota de mercado. Las denominaciones de origen de Valencia, Galicia, Aragón y Extremadura experimentan un incremento de ventas anual. Aragón ha pasado de 700.000 botellas vendidas en 2012 a 1.200.000 en 2018 y, a estas alturas de 2019, ya lo tienen todo vendido. De manera más abrupta, el cava valenciano pasó de tener una demanda de 1.500.000 millones de unidades en 2012 a otra de 8.000.000 en 2017. El extremeño cerró 2018 con 6.000.000 de botellas vendidas.
Por su parte, la sidra achampanada también crece y las cinco marcas asturianas que la comercializan cerraron 2018 con 100.000 botellas vendidas, un 40% más que en 2017, año que batió récord respecto al 2016.
Botellas comprometidas. Debido al incremento de la demanda de otro tipo de cavas, el Consejo Regulador del Cava, dominado por productores catalanes, estableció en 2017 una nueva norma enfocada a frenar la producción: solo se podría aumentar la superficie de los viñedos en un 0,1% cada año y hasta 2020. Esta decisión llegó en 2017, tras conocerse que a raíz de triplicar sus hectáreas, el cava extremeño había batido récords.
En respuesta, el gobierno nacional ratificó el hectáreas, pero solo durante 2018 y respetando las solicitudes de ampliación de terreno emitidas con anterioridad. Gracias su decisión, Valencia pudo ampliar sus viñedos en 1.400 hectáreas. En el reparto de hectáreas de 2019, el cava extremeño ha sido el más beneficiado: el Ministerio de Agricultura le ha concedido 202 hectáreas de las 377 repartidas.
¿Y el catalán? La distribución total de cava disminuyó en 2018 un 12,1% en el mercado español. Teniendo en cuenta que todavía hoy Cataluña representa el 95% de la producción, la caída viene motivada casi íntegramente por su lado. A pesar que el Consejo Regulador no detalla la evolución de ventas por comunidades, sí afirma que en el mercado internacional el protagonismo del cava catalán sigue intacto, siendo la denominación española que más exporta.
Dentro de este contexto, tampoco conviene perder de vista la venta parcial de Freixenet y Codorniu en 2018. Mientras la primera se deshizo del 50% de sus acciones, la segunda ha dejado en manos del fondo de inversión Carlyle el 55% de la compañía.
Caída. El 23% de los consumidores españoles han dejado de comprar productos catalanes durante los últimos años. Así lo sostiene el informe emitido por Reputation Institute sobre el impacto del procés, publicado en 2017. A raíz de la consulta realizada del 1-O, otro 21% de consumidores se planteó sumarse al boicot. Y si la independencia se hiciese realidad, el 49,1% de los españoles no catalanes dejaría de comprar productos catalanes.
A raíz del procés, el rechazo a los productos catalanes se ha intensificado en redes y ha dado lugar a la proliferación de grupos de Facebook como éste, donde diariamente se publican listados de marcas a las que sabotear.
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