Finalmente, Broncano y 'La resistencia' se van a TVE. Tras semanas de polémica que han puesto en evidencia la complicada situación interna que vive el el Consejo de RTVE, el fichaje del humorista y su equipo para el access de La 1 es una realidad. Cuatro intentos ha costado, y ha acabado aprobándose en una ajustadísima votación donde se ha hecho valer el voto de calidad de la presidenta en una reunión extraordinaria.
Negociación complicada. La llegada de Broncano a RTVE parecía haberse atascado definitivamente el pasado jueves, cuando el Consejo se veía bloqueado en una situación complicadísima: hay diez consejeros, pero dos de ellos no estaban, uno por dimisión y otra por no comparecencia. Con los ocho restantes se necesita así mayoría absoluta de cinco votos, pero no fue posible, porque Martín Medem se abstuvo, bloqueando así la decisión, ya que sin empate no entra en juego el voto de calidad de la presidenta que ha acabado dando la victoria al sí este miércoles.
Politiqueo en el consejo. Es imposible tratar la cuestión de la larga cola que está trayendo esta decisión sin entrar en que esta decisión está siendo, ante todo, una cuestión política: en la votación del jueves pasado, a favor estaban los consejeros del PSOE y del PNV, y en contra, los del PP. Toda la semana pasada, en redes sociales se habló del hipotético fichaje de Broncano como una maniobra política dictada desde el Gobierno (algo improbable, porque ni siquiera la directiva de RTVE valora previamente las deliberaciones del Consejo). Pero lo cierto es que las afinidades políticas enfrentadas en el órgano están claras.
Objetivo: Motos. Es imposible tratar la cuestión sin hacer referencia al elefante en la habitación: Pablo Motos. El fichaje de Broncano está siendo entendido como un ariete del Gobierno contra 'El hormiguero' por el enfrentamiento abierto que el presentador ha tenido en distintas ocasiones con el PSOE actual y por las opiniones de talante conservador que se despliegan en el programa de Antena 3. Significativamente, la tarde del miércoles Broncano y 'La Resistencia' eran trending topic en Twitter, pero también lo eran Pablo Motos y 'El hormiguero'. El fichaje interesa más a la contra, pudiera decirse, que por sus propios valores.
Broncano el deslenguado. Hay una duda clara que plantea este fichaje, y es si Broncano y 'La resistencia' pueden mantener el tono lenguaraz y agresivo que han tenido en su paso por Movistar Plus+. Hay que recordar que estamos en access, una franja horaria considerada no infantil, pero donde sería contraproducente tomar actitudes muy agresivas (aunque Broncano es bastante inocuo en lo político; desde luego, más que Motos). Mientras que Broncano suele llevar a su programa a invitados que a veces lindan con la cultura underground, Motos tiene contenidos (los experimentos, los juegos) propios de programa infantil e invita a, literalmente, las personas más famosas de España.
Arma política (otra vez). Y ya no se trata de una cuestión de audiencias (que también: 'El hormiguero' gusta a los más pequeños). También volvemos al uso de 'La resistencia' como arma política: si el programa de Broncano no funciona bien a nivel de audiencia, se convertirá en un ingrediente de la parrilla que la oposición podrá echar en cara al Gobierno, ya que el contrato de Broncano está blindado por dos temporadas y no se puede rescindir antes (aunque sí puede pasar a late night). Si 'La resistencia' no funciona, RTVE tiene entre manos un fardo del que no sabrá cómo deshacerse.
Broncanada de billetes. La principal polémica que puede desatar una auténtica guerra política es la cantidad inusualmente alta que van a cobrar El Terrat y Encofrados Encofrasa: 14 millones de euros por temporada. Actualmente, cada programa de 'La resistencia' cuesta 87.000 euros, superando por poco a 'El hormiguero' (80.000 por programa) o, por comparar con otro programa de El Terrat, al ya desaparecido 'Late Motiv' de Buenafuente, que costaba 50.000 por programa.
La función de la pública. Sin duda, si el programa no termina de cuajar en audiencia (tras la segunda temporada se podrá cancelar si en seis meses no alcanza una cuota de pantalla del 7,5 %, según han comentado fuentes del Consejo a Efe), la oposición podrá preguntarse si tiene sentido que RTVE se inmiscuya en una guerra de pujas, fichajes y audiencias que casi siempre han sido materia de conflicto para las privadas. ¿Pierde la televisión pública su objetivo de servicio si invierte todo este dinero en pelear por las audiencias? Sin duda, un buen tema para discutir en la próxima reunión del Consejo de Administración.
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