Cada festival tiene su propia seña de identidad. Coachella concentra a la flor y nata del famoseo y los “influencers”; el Sónar de Barcelona representa la vanguardia en música electrónica y el Burning Man…bueno, el Burning Man no es un festival al uso ya que cuenta con sus propias “leyes” y es mucho más amplio que un simple festival de música. Es casi una filosofía de vida antisistema que se materializa durante una semana al año en medio de un desierto en Nevada (EE. UU).
El carácter transgresor y neohippie ha captado la atención de los hijos de los millonarios que por unos días deben renunciar al dinero como medio para conseguir cosas. En su edición de 2023, el festival ha tenido un invitado del todo inesperado: una lluvia torrencial en medio del desierto lo ha convertido en un lodazal intransitable del que a duras penas han podido escapar.
La locura de una noche de San Juan. En la noche del solsticio de verano de 1986, Larry Harvey y Jerry James decidieron hacer una hoguera en una playa de San Francisco quemando la figura de un hombre de más de dos metros de alto. La quema de este muñeco se repitió año tras año reuniendo a más público cada vez. El evento tomó tal envergadura que en 1991 tuvieron que cambiar la ubicación del evento a un paraje inhóspito en mitad del desierto de Nevada. Desde entonces, el esperado evento se repite cada año en la última semana de agosto, superando las altas temperaturas propias de un desierto en pleno verano.
Una edición accidentada. La edición que se iba a celebrar entre el 27 de agosto y el 4 de septiembre de 2023 pasará a la historia del festival como una de las más trágicas. Una tormenta inesperada descargó sobre los asistentes el equivalente a tres meses de precipitaciones en poco menos de 24 horas.
El temporal se ha saldado con la muerte de uno de los asistentes y dejando al resto inmovilizados e incomunicados en un barro pegajoso y sin opción de recibir ayuda de los servicios de emergencia ante lo inaccesible del paraje. Los vehículos quedaron atrapados en el barro e incluso era complicado caminar por un terreno completamente embarrado.
Mucho más que un festival de música. Burning Man no es un festival de verano al uso. Se trata de un festival “neohippie” donde se dan cita la contracultura, lo antisistema y el arte en todas sus expresiones.
Cada año, la organización del festival propone una temática y, a partir de ahí, cualquier asistente puede dar rienda suelta a todo tipo de expresiones artísticas. La única condición es que ellos mismos deben traer todo el material que necesiten para crear su escultura, actuación o lo que se le ocurra. Si una vez allí necesita algo, tendrá que conseguirlo mediante trueques con otros asistentes ya que no está permitido el comercio lucrativo ni el uso de dinero.
Black Rock, una ciudad efímera y autosuficiente. El evento se desarrolla en la ciudad efímera de Black Rock, situada en la gran llanura del lecho de un lago seco en medio de la nada en el desierto de Nevada.
El concepto de ciudad efímera responde a que la ciudad se levanta cada año en forma de media luna con la llegada masiva de sus habitantes y cobra vida durante siete días. Cuando termina el festival, Black Rock se desmantela completamente sin dejar ni el más mínimo rastro de presencia humana en el lugar.
Las 10 normas de Burning Man. El peculiar evento se rige bajo 10 principios inamovibles: inclusión radical, donaciones, desmercantilización, autoexpresión radical, autosuficiencia radical, esfuerzo comunitario, responsabilidad cívica, inmediatez, participación y no dejar ni rastro.
Bajo estos preceptos, la organización y la construcción de Black Rock y sus manifestaciones artísticas se basan en la colaboración entre todos los asistentes. No está permitido el comercio ni el uso de dinero, por lo que las marcas no son bienvenidas y los asistentes deben asegurarse de traer consigo toda la comida, bebida, transporte, electricidad o alojamiento que vayan a necesitar durante los siete días que dura el festival. El evento principal del festival es precisamente la quema del Burning Man y otras esculturas que aportan el carácter efímero del evento. Con motivo del caos que causaron las torrenciales lluvias, en la edición de 2023 no se ha hecho honor a la tradición siendo el año del ‘NoBurning Man’, pero que permanecerá en la memoria de los asistentes por el caos que provocó el barro.
Sin dinero, pero cuesta un dineral. Pese a que en Black Rock con está permitido el uso de dinero, cada vez son más los ricos y famosos que se sienten atraídos por este festival que mezcla la distopía de Mad Max con la filosofía de Woodstock del 69.
Tal vez, uno de los motivos por el que los ricos sienten atracción por este festival es por el prohibitivo precio de sus entradas. Cosas de la vida, aquí sí que vale el dinero contante y sonante. El precio del pase de ocho días cuesta 575 dólares y se tiene que sumar un extra de 140 dólares por estacionar un vehículo, que se hace obligatorio para llegar hasta ‘La Playa’, lugar que recibe el nombre donde cobrará vida Black Rock City mientras dura el festival.
En Xataka | Hay gente cultivando algas en mitad del desierto del Sáhara con un objetivo: capturar CO2 de la atmósfera
Imagen | Instagram (@burningman)
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