Las acciones de uno de los grandes distribuidores del sector sufren un pinchazo por la caída de la demanda
Quizás suene exagerado, pero cuando hablamos de economía y Bolsa las patatas fritas congeladas son mucho más que una guarnición más o menos saludable. Son también un negocio millonario. Y, a su modo, un interesante indicador económico. Acaba de demostrarlo uno de los gigantes del sector, Lam Weston, multinacional estadounidense de referencia en el sector, con presencia en más de un centenar de países y que actúa como proveedor de McDonald´s y Yum! Brands, corporación que opera a su vez marcas tan populares como KFC, Pizza Hut o Taco Bell.
Lam Weston acaba de cerrar un trimestre "decepcionante", en sus propias palabras, y encara un 2025 que como mínimo será "desafiante". Más allá de sus cuentas, su caso nos habla del sector de la fast food. Y de nuestros hábitos.
Un desplome del 28%. Esa es la caída que sufrieron las acciones del gigante Lamb Weston el miércoles, después de que la compañía presentara sus resultados del cuarto trimestre de 2024. El dato lo revela Cinco Días, que precisa que, si bien el batacazo inicial se suavizó el jueves, al cierre de las Bolsas europeas la compañía mantenía una caída del 2%. El porcentaje agrava la deriva de la multinacional a lo largo de los últimos meses. Los gráficos de la plataforma Investing.com muestran que si a inicios de este año sus títulos superaban holgadamente los 100 dólares, a día de hoy y tras el "pinchazo" de las últimas semanas no llegan a los 60.
Sus ventas netas durante el cuarto trimestre cayeron un 5% con respecto al ejercicio pasado, los ingresos netos un 74% y el ebidta ajustado un 14%, si bien los ingresos operativos subieron un 15%. La "foto general" del conjunto del año fiscal 2024 resulta más favorecedora, con tasas de crecimiento del 21% en ventas netas e ingresos operativos. En el global, los ingresos netos cayeron un 28% con respecto al año pasado, hasta dejar un beneficio de cerca de 725,5 millones de dólares.
"Decepcionados". La caída de las últimas horas llegan después de que la multinacional presentase sus datos del último trimestre, un período que no ha dejado el balance que esperaba, y unas perspectivas para 2025 cuanto menos cautelosas. "Estamos decepcionados por los resultados del cuarto trimestre", reconoce Tom Werner, presidente y consejero delegado de la empresa.
Los resultados del trimestre se quedaron "por debajo de las expectativas" y la empresa constató una "pérdida de cuota" y "ralentización” de la actividad en restaurantes en EEUU y otros mercados internacionales. El panorama se vio agravado además por las pérdidas por la retirada de uno de sus productos.
Cambio de escenario. El análisis de Werner resulta interesante tanto por su balance de los últimos meses como, sobre todo, las expectativas que desliza de cara a 2025. El directo asume que el ejercicio será "desafiante" y apunta directamente a un cambio de escenario, con un menor flujo de clientes en los locales.
"El entorno operativo ha cambiado con rapidez a lo largo de los últimos doce meses, ya que el flujo global en los restaurantes y demanda de patatas congeladas se suavizaron debido a que la inflación de los precios de los menús sigue afectando de forma negativo a la actividad mundial de los restaurantes", señala.
Werner vaticina que "el desequilibrio" entre oferta y demanda persistirá probablemente "durante gran parte, si no todo, el ejercicio 2025" y avanza que la empersa que dirige ya está realizando "algunos ajustes operativos a corto plazo" para adaptarse. Entre otras actuaciones, habla de un "reescalonamiento" de las inversiones, "medidas decisivas" en materia de costes y medidas orientadas a la productividad y la de cadena de suministros. Para 2025 la empresa espera unos ingresos de entre 6.600 y 6.800 millones con un ebitda de entre 1.340 y 1.480 millones, ligeramente por debajo de los 1.630 esperados en el mercado.
Pero… ¿Comemos menos fuera? En su análisis la compañía apunta directamente al "cambio del entorno operativo" y una "suavización" en la demanda que relaciona con la subida de precios. En España un informe lanzado en abril por NielsenIQ mostraba que en 2023 la demanda de bebidas en restaurantes, hoteles, bares y cafes se contrajo un 1,4%, dejando la primera caída desde la pandemia.
Poco antes un estudio de Kantar Worldpanel aportaba un dato igual de revelador: un descenso del 2% en el consumo fuera del hogar en 2023, lo que revela que al menos el año pasado los españoles salimos menos a comer a restaurantes.
"Las cifras dibujan un consumidor que sale menos a comer fuera y de una forma más planificada, para vivir cada salida como un momento especial que se disfruta en pareja, familia o con amigos", señalaban por entonces desde Kantar. Las caídas en el consumo en locales coincidía con un prolongado período inflacionario, del 5,4% interanual en 2022, seguida por un 3,1% el ejercicio pasado.
El reflejo en la fast food. Aunque hay compañías relacionadas con la fast food que han registrado buenas rentabilidades, como Brinker o Chipotle Mexican, Lamb Weston no es la única empresa del sector con un balance mejorable. Las acciones de Papa John´s han caído también de forma marcada en lo que va de 2024, igual que The Wendy´s, Jack in the Boxo Dine Brands pese al repunte de estas últimas durante las últimas semanas. Todas incluyen patatas fritas en sus menús.
Cinco Días precisa que después de que Lamb Weston presentara sus últimos resultados, las acciones de McDonald´s también registraron caídas —en lo que va de año se deja un 14,7% en Bolsa— y el índice S&P 1500 Restaurant Index, clave para entender el sector del fast food norteamericano, se ha dejado un 9%.
Imagen | Emmy Smith (Unsplash)
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