Tras años de pleitos entre ambas partes, Iberdrola al fin ha accedido al pago que reclamaba Hacienda desde los tiempos del ministro Cristóbal Montoro. El gigante energético ya ha abonado los 665 millones de euros reclamados por el gobierno y avalados por Bruselas en concepto de deducciones ilegítimas concedidas por el gobierno de José María Aznar y el ministerio de Rodrigo Rato. Ayudas que apuntalaron la expansión europea de Iberdrola.
¿Qué pasó? En 2002 el ejecutivo español aprobó diversos incentivos fiscales para numerosas grandes corporaciones españolas. En el caso de Iberdrola, la más beneficiada, la decisión le permitió ahorrarse los gravosos impuestos asociados a la compra y beneficio posterior de tres eléctricas continentales: Scottish Power, Energy East y Rokas. Virtualmente, el estado español vulneró los principios de competencia interna, lo que despertó las sospechas de Bruselas.
La sanción. Los trámites se iniciaron en 2007, pero no fue hasta varios años después, en 2014, cuando la Unión Europea conminó al estado español a reclamar las deducciones condonadas en su día. Resulta significativo que fuera el siguiente gobierno popular a aquel de José María Aznar quien terminara batallando con las empresas por el dinero. Los directivos de Iberdrola se habían mostrado reacios al pago, pero Hacienda, por el momento, ha ganado el pleito.
¿Por qué me importa? En gran medida por lo que explica sobre el singular modelo capitalista instaurado por los diversos ejecutivos españoles. Las ayudas y deducciones no sólo beneficiaron a Iberdrola, sino a un puñado de las más destacadas multinacionales del Ibex 35 (el índice bursátil que marca los ritmos de la economía española). Telefónica, Santander, Abertis, Sacyr o Ferrovial, todas ellas gigantescas, se adhirieron al fondo de comercio abierto por Rodrigo Rato que permitía la amortización fiscal de las compras de otras empresas en el extranjero.
En esencia, la medida puenteaba el impuesto de sociedades y ahorraba al grueso del Ibex 35 montantes millonarios. Hace un año, y ante la resolución de la Comisión Europea, Montoro envió una carta a las implicadas en las que reclamaba la amortización de las desgravaciones, un montante que Hacienda calculaba en torno a los ¡8.000! millones de euros.
Nuestro capitalismo. El abono temporal de lo adeudado por parte de Iberdrola casa bien con algunas de las críticas vertidas sobre el milagro económico español de hace dos décadas: un modelo capitalista en el que las grandes empresas contaban con el favor del gobierno para limitar la libre competencia y beneficiarse del favor estatal. En ciencia política el fenómeno se conoce como "crony capitalist", y es el objeto de críticas de algunos partidos que interpretan en las célebres "puertas giratorias" meros favores prestados desde el gobierno al sector privado.
Ex-monopolios. No deja de ser significativo que un buen puñado de las grandes compañías a las que Montoro reclamó lo adeudado surgieran de antiguos monopolios estatales (privatizados precisamente durante el gobierno de Aznar). Hay quien pone el acento de la crítica en el beneficio informal que los antiguos monopolios aún obtienen del estado. Ahora es la Unión Europea quien, al observar trampas en la libre competencia comunitaria, ha revertido el camino.
Imagen: Andrés Kudacki/AP
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