Casi nadie entiende cómo se solicita la ayuda de 200 euros. La burocracia española lo hace a propósito

Enrique Pérez

Editor Senior - Tech

Editor especializado en tecnología de consumo y sociedad de la información. Estudié física, pero desde hace más de diez años me dedico a escribir sobre tecnología, imagen y sonido, economía digital, legislación y protección de datos. Interesado en aquellos proyectos que buscan mejorar la sociedad y democratizar el acceso a la tecnología. LinkedIn

Desde el pasado 15 de febrero es posible solicitar una ayuda de 200 euros para ayudar con la cesta de la compra. Sin embargo, conseguirla no es tan sencillo. En primer lugar solo se puede pedir por internet, lo que ya deja a una gran cantidad de personas fuera, y por otro lado hay que saber moverse por las webs de la administración electrónica. Lo que todavía más complejo.

A la práctica resulta que una ayuda que puede ser muy útil para una gran parte de la población, únicamente acaba llegando a unos pocos.  Como ya ocurrió con el Ingreso Mínimo Vital, una dotación que es muy vistosa de anunciar por parte del gobierno acaba repartiéndose poquísimo.

El caos para registrarse. Para pedir la ayuda de 200 euros hace falta entrar en la Sede de la Agencia Tributaria y verificar nuestra identidad. Aquí llega el primer desafío. No hay un solo método, sino tres. Y ninguno de ellos es simplemente una foto de nuestro DNI como sí ocurre en la Seguridad Social. España ha ido modernizando la administración pública, pero todavía no existe un sistema unificado que toda la población sepa cómo utilizar. Para la ayuda de los 200 euros podremos acceder con el DNI electrónico, el certificado digital o el sistema Cl@ve PIN.

Un montón de datos personales. Una vez dentro tampoco es inmediato. Hay que hacer clic en la Solicitud y completar un formulario con una gran cantidad de datos. Además de los clásicos DNIs, teléfonos y direcciones, también hay que rellenar otras casillas menos habituales como la referencia catastral o una declaración responsable de convivencia.

Hacienda es consciente de que muchos necesitan ayuda. El hecho de que muchos no se aclararán está reconocido por la Agencia Tributaria, que ha publicado desde un vídeo paso a paso hasta un FAQ de preguntas frecuentes. Además de ello, Hacienda ha creado carteles informativos que colocará en distintas oficinas públicas.

Todo se alarga en el tiempo. Hasta el próximo 31 de marzo hay margen para solicitarla, pero luego hay que añadir hasta 3 meses más para recibir una respuesta. Es decir, es posible que para un solicitante llegue principios de verano y todavía no sepa si se la van a conceder. Es posible ir a la web y acceder al apartado de Consulta de solicitudes presentadas, pero de nuevo es otro paso que para muchos no es trivial.

El lío de las comunidades autónomas. No termina con la web el problema de solicitar una ayuda. Se da el caso de que no siempre es posible hacerlo por las vías anunciadas. En función de en qué comunidad autónoma vivamos, el mecanismo puede ser distinto. Afortunadamente para la ayuda de 200 euros, la gran mayoría de ciudadanos sí puede pedirla por la misma forma.

La excepción es si se tiene el domicilio fiscal en el País Vasco o Navarra. Estos ciudadanos deberán acudir a las respectivas instituciones autonómicas.

Sin explicaciones de por qué solo se puede pedir online.  La Ley 39/2015 establece cómo deben ser este tipo de procesos. Y entre otros aspectos determina cuándo para pedir una ayuda solo se puede hacer online o si existe la posibilidad de ser atendido en persona. En el caso de los 200 euros, pese a ser una ayuda general enfocada en las personas con menos recursos, se establece que solo es online.

Desde Civio consultaron con la administración y la respuesta fue que así estaba decretado por ley. No se han dado más detalles, amparándose en que no tienen la obligación pues, según ellos, esta información no está sujeta por la Ley de Transparencia.

Decenas de millones, llegan unos pocos miles. Se teme que con la ayuda de los 200 euros pase algo similar a otras ayudas. En el caso del bono eléctrico social se invirtieron unos 310 millones, de los cuales solo 200.000 euros llegaron a los hogares más vulnerables. Un 0,07%.

Con el Ingreso Mínimo Vital se calculó que podían pedirlo unas 3 millones de personas, pero solo 600.000 personas lo solicitaron. Con el Kit Digital, de los 3.067 millones, solo se han dado 676 millones. A gran escala, de los fondos europeos, el nivel de adjudicaciones no llega al 40%. Plazos que se extienden, procedimientos administrativos complejos para solicitar y excesiva burocracia son algunos de los factores.

Los ricos reciben el doble de ayudas. Según el informe de la OCDE "Income support for working-age individuals and their families", en España más del 30% de las ayudas del Estado las recibieron el 20% de los hogares más ricos. ¿Cuánto recibieron el 20% de los hogares más pobres? Solo el 12%. Es un problema muy grave que ejemplifica todo el trabajo que hay por delante en conseguir que las ayudas lleguen a quienes las necesitan.

"El pobre siempre está bajo sospecha". Es una frase de la presidenta de la Mesa del Tercer Sector Social, Francina Alsina, para definir por qué las ayudas no lleguen tan fácil a la masa social. En el informe "El impacto de los trámites administrativos en el acceso a las prestaciones sociales. Una perspectiva conductual", se constata que hay una "burocracia exagerada" y se propone que la administración debería "cruzar datos" para agilizar muchos tramites.

Imagen: Commons / Unsplash

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