Castilla-La Mancha se prepara para encoger. Y Aragón para dar un estirón. Y no, no hablamos en sentido figurado. Los respectivos achique y expansión serán tan palpables, tan eminentemente prácticos, que pueden medirse en hectáreas. 2.000, para ser precisos, que es la superficie que desde hace más de un siglo se disputan los ayuntamientos de Cuenca y Albarracín por la delimitación de El Entredicho, un monte situado justo en el linde entre las regiones de Castilla-La Mancha y Aragón.
Tras una larga y compleja disputa que se remonta al siglo XIX, el Gobierno acaba de pronunciarse a favor de las pretensiones de Albarracín, una localidad de Teruel de apenas un millar de vecinos, lo que cierra (al menos de momento) la polémica. El caso podría quedarse en una simple curiosidad si no fuera por un detalle clave: en los límites de Cuenca y Albarracín se deciden también los de sus autonomías.
El disputado El Entredicho. Hay topónimos descriptivos y luego está el de El Entredicho, que capta de una forma sorprendentemente precisa la situación en la que se encuentra desde hace más de un siglo este monte situado (a priori) justo entre las provincias de Cuenca y Teruel. El nombre le viene al pelo porque hay alrededor de 2.000 hectáreas que llevan más de un siglo así, en "entredicho".
Echando mano de diferentes argumentos, sus límites precisos se los disputan los ayuntamientos de Cuenca y Albarracín, en Teruel. El primero exige que prime la geografía. El segundo, la historia y quién se encarga realmente de su gestión.
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Remontándose al siglo XIX. La disputa no es nueva. Se conservan actas documentales que permiten remontar el desencuentro hasta, como mínimo, finales del siglo XIX, cuando las administraciones ya intentaron definir las fronteras entre provincias. Si entonces resultó complicado llegar a un pacto, ahora no lo es menos. El monte de titularidad pública está atravesado por el cauce del río Tajo, el referente que se ha utilizado para demarcar el mapa provincial.
El problema es que esa división deja del lado de Cuenca cerca de 2.000 hectáreas de bosque cuya gestión medioambiental y cinegética, en la práctica, asegura haber asumido la administración aragonesa. La disputa por lo tanto no consiste tanto en quién ostenta la "titularidad" del terreno, como a quién pertenece su jurisdicción y, por lo tanto, puede incluirlo en su mapa: el ayuntamiento de Cuenca o Albarracín.
¿Qué argumentan uno y otro? He ahí la clave. Para Cuenca la situación está muy clara: el límite entre ambos ayuntamientos lo marca de forma natural el cauce del río Tajo. En Albarracín sin embargo las cosas se ven distinto. Sus responsables reivindican que, en la práctica, la titularidad y gestión del monte ha recaído sobre Aragón y que ha sido el pequeño municipio turolense el que se ha encargado de su aprovechamiento agrícola y forestal. De ahí que exija que el conjunto del monte pase a formar parte de su territorio, con el consecuente baile de lindes.
Hace unos meses, durante una entrevista con La Vanguardia, el alcalde de Albarracín, David Úbeda, resumía su argumentario con una sola frase: "El límite no lo marca el accidente geográfico del río Tajo, sino que debe prevalecer el criterio de la gestión y explotación que hemos llevado a cabo durante décadas". De ahí que considere que El Entredicho no deba estar "partido por la mitad".
El regidor turolense insistía además en que "la propiedad del monte nunca ha estado en liza" y ha sido su ayuntamiento el que "históricamente" se ha encargado de sacarle partido y Aragón el responsable de reparar sus caminos. "La disputa es una cuestión de términos municipales, historia y territorio", subrayaba.
Y llegó el IGN. Quizás Albarracín y Cuenca no lograsen un acuerdo, pero al menos en 2022 encontraron una forma de arrojar luz sobre la disputa: escuchar a una de las voces que a priori se podría pronunciar con mayor autoridad sobre el tema, el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Ambas partes expusieron sus argumentos y hace unos meses, en marzo, el organismo se pronunció.
¿Cómo? Básicamente poniendo en valor el razonamiento del ayuntamiento aragonés. Echando mano de la jurisprudencia del Supremo y las resoluciones del Consejo de Estado, el IGN llegó a la conclusión de que el límite debe trazarse como lo propone Albarracín, el consistorio que ha "podido demostrar el ejercicio de la jurisdicción en los terrenos en litigio sin contestación por [parte de] Cuenca".
… Y el BOE. El informe del IGN era eso, un estudio, "preceptivo, pero no vinculante", como recordaban desde el propio organismo en primavera. Le competía al Ministerio de Política Territorial emitir una resolución. Y esta ha llegado esta semana vía BOE, donde al fin se ha publicado la orden de deslinde. ¿Con qué criterio? Pues ajustándose al del IGN, que respondía a las pretensiones de la villa aragonesa. La decisión tiene además el aval del Consejo de Estado.
La orden declara por lo tanto que "la línea límite" entre los municipios de Albarracín y Cuenca debe ser la que reconoce el IGN en su informe de principios de año y desliza algunos argumentos clave. Por ejemplo, considera que "no existe base jurídica" para defender, como sostiene Cuenca, que un deslinde jurisdiccional entre dos localidades debe basarse en un río. También recuerda que "quien parece haber ejercido" la gestión de El Entredicho han sido Albarracín y Aragón.
¿Y ahora qué? Si la disputa por El Entredicho ha trascendido las páginas de crónica local es en gran parte por la propia situación del monte: su ubicación hace que un cambio en los límites no afecte solo a la localidades de Cuenca y Albarracín. Se traslada también a esferas mayores: las provincias de Cuenca y Teruel y, por lo tanto, a las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Aragón.
Que el Gobierno se haya pronunciado vía BOE no significa, eso sí, que la disputa tenga que estar necesariamente zanjada. Los implicados pueden ahora presentar un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional. En primavera de hecho Cuenca ya acordó recurrir la resolución del IGN. "Pelearemos para que la delimitación sea el Tajo", garantizaba. Desde Albarracín son escépticos y aseguran que un recurso "no cambiará nada". Por lo pronto, la enrevesada pelea por el monte El Entredicho suma un nuevo capítulo a su larga, larguísima, crónica.
Imágenes |Bartwatching (Flickr) y Francisco Anzola (Flickr)
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