Las guerras transforman el paisaje urbano y físico que nos rodea. Siempre lo han hecho. Sus cicatrices, en ocasiones, no se evaporan jamás. Aunque el ser humano ha realizado esfuerzos desbordantes para que las huellas de su horror se esfumen para siempre. Durante el siglo XX, las ciudades han sufrido su destrucción sistemática durante los conflictos. Y muchas de ellas han resurgido de sus cenizas de la forma más espectacular posible.
Aquí recopilamos algunas comparativas para mostrar, primero, de lo que es capaz el ser humano en su versión más extrema y destructiva, y, segundo, de su habilidad para reconstruirse a sí mismo y al entorno que le rodea después de años de bombardeos, masacres y derrumbamiento de los cimientos de su civilización. De la Segunda Guerra Mundial a la Guerra Civil Española: ciudades destruidas durante una guerra, ciudades reconstruidas durante la postguerra.
Colonia
A consecuencia de los bombardeos de los aliados en los últimos estertores de la Segunda Guerra Mundial, el centro de Colonia quedó completamente arrasado. Sólo sobrevivió en pie la imponente catedral que a día de hoy continúa dominando el paisaje urbano de la ciudad. Del resto, sin embargo, no quedó piedra sobre piedra. Poco después comenzó la reconstrucción. Hoy Colonia es una ciudad moderna, funcional y acogedora que ha sabido recomponerse de tamaña herida.
Budapest
Primero ocupada por los nazis tras la invasión de Hungría, posteriormente sitiada y tomada por el Ejército Rojo en plena contraofensiva para llegar a Berlín, Budapest fue el escenario de encarnizadas batallas que demolieron por completo los cimientos de la ciudad. Más de la mitad de la ciudad quedó completamente en ruinas. Entre otros elementos simbólicos de la capital húngara, el Puente de las Cadenas, hundido en 1945, felizmente reflotado hoy.
Gernika
El 26 de abril de 1937 Gernika fue reducida a cenizas por la Legión Cóndor del Ejército alemán y las fuerzas aéreas del Ejército italiano. La operación fue planeada por los golpistas sublevados durante la Guerra Civil española. El acto pasó a la historia como símbolo de las atrocidades cometidas no sólo en España durante el transcurso de un conflicto fratricida, sino en una Europa convulsa, oscura y asesina. Fue inmortalizado por Picasso en uno de los mejores cuadros jamás pintados.
Dresde
Los bombardeos aliados causaron verdaderos estragos en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de los más polémicos, criticados y bestiales llevados a cabo por las fuerzas aliadas tuvo lugar en Dresde. Allí, una ciudad estratégicamente poco relevante fue arrasada por las bombas en un ejercicio que algunos historiadores han calificado como crimen de guerra. La bella Dresde, en el este de Alemania, fue reconstruida calle a calle. Hoy luce así.
Varsovia
Durante el otoño de 1944, la aún dominada Varsovia se alzó frente a la ocupación alemana que duraba ya cinco años. Aprovechando la cercanía del Ejército Rojo, la resistencia polaca trató de liberar la ciudad por su cuenta. El resultado fue catastrófico: los nazis no sólo lograron controlar la situación, pese a su progresiva precaria situación, sino que, en venganza, destruyeron la ciudad por completo. El 80% de Varsovia desapareció. La reconstrucción fue lentísima, pero llegó.
Manila
Durante la primavera de 1945 la cruenta batalla entre los japoneses y los norteamericanos tocaba a su fin. Uno de los últimos escenarios, y también de los más sangrientos, de tan larga y devastadora guerra tuvo lugar en Filipinas. Allí, en las calles de Manila, las fuerzas de Estados Unidos y Japón se enraizaron en una lucha urbana a vida y muerte de la que salieron victoriosos, de forma clave, los primeros. Para Manila, el precio a pagar fue una destrucción casi completa de su entramado.
Rotterdam
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Rotterdam era la clásica ciudad holandesa repleta de canales, casas estrechas y una viva vida urbana. Muy parecida a Ámsterdam, según atestiguan antiguas fotografías de principios de siglo XX. Todo cambió en 1940, cuando las tropas alemanas, en su avance hacia el oeste de Europa, acabaron con la resistencia holandesa destruyendo por completo el casco urbano de la ciudad, del que no queda absolutamente nada. Rotterdam creció de forma exponencial a partir de entonces como una ciudad funcional y con el mayor puerto de Europa.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 0 Comentario