Japón es uno de los países con más personas centenarias del mundo. Además de a la dieta, esto se debe a que los ancianos en Japón permanecen activos casi hasta sus últimos días. La obsesión por no convertirse en una carga para sus familias ha llevado al 50% de los mayores de 70 años a mantenerse trabajando o inmersos en proyectos de voluntariado y, más concretamente, a mujeres como Mieko Nagaoka a batir el récords mundiales en natación con 105 años.
28%. Este es el porcentaje de japoneses que en 2019 sobrepasaban los 65 años, una cifra que reafirma que se trata de uno de los países más envejecidos del mundo. En esta línea, el pasado mes de septiembre, el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar contabilizó 71.274 personas censadas por encima de los 100 años, de las cuales el 88% eran mujeres. De continuar la tendencia actual, se estima que para 2050 el 40% de la población japonesa esté por encima de los 65 años.
Esperanza de vida. Este es uno de los parámetros que mejor refleja el desarrollo y el nivel socioeconómico de un país. Para hacernos una idea, desde que terminó la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad las expectativas de vida han aumentado en más de treinta años. Mientras un japonés nacido en 1945 podía llegar a vivir hasta los 50 años, en 2019, esta edad asciende a los 84 años de media.
Según señala un estudio publicado por The Lancet, los avances en materia de longevidad japonesa tienen que ver principalmente con el estilo de vida, la prevención de factores de riesgo (reducción del consumo de tabaco, accidentes cardiovasculares, etc) y el control de enfermedades infecciosas. Aun así, en este contexto, continúa habiendo una excepción: los que se mueren por trabajar demasiado.
Meiwaku. Este término hace referencia al miedo que tienen los japoneses jubilados de convertirse en una carga física, emocional o financiera para sus familias. Así, con la finalidad de no ser meiwaku, los ancianos de Japón están constantemente incentivados para practicar ejercicio físico o continuar realizando actividades de estímulo mental. Según las cifras recogidas en el último informe sobre la Sociedad del Envejecimiento japonesa, el 70% de las personas de entre 60 y 69 años y el 50% de los mayores de 70 están trabajando o participan en actividades de voluntariado, ejercicio físico o pasatiempos sociales.
El papel de la dieta. La revista de medicina británica publicó en 2017 un informe en el que, tras analizar la alimentación japonesa, ilustraba que ésta era capaz de reducir hasta un 15% el índice de mortalidad de la población, sobre todo por causas cardiovasculares. Aquellas personas que consumían con mayor frecuencia verduras, frutas y pescado fresco eran quienes más probabilidad tenían de vivir más años.
Casualmente, ingenir alimentos bajos en calorías es uno de los secretos mejor guardados de Okinawa, el lugar del mundo con más personas centenarias: por cada 100.000 habitantes esta isla tiene 68 que superan el siglo de vida.
Restricción calórica. Esta es una de las conclusiones más firmes a las que ha llegado un estudio sobre el envejecimiento publicado recientemente por la revista científica Cell. Tras realizar varios experimentos con ratas, los investigadores se dieron cuenta de que para ralentizar el envejecimiento celular, controlar las calorías ingeridas es clave. Las ratas sometidas a una dieta de restricción calórica presentaron menos de la mitad de los marcadores de envejecimiento identificados en los roedores que comieron hasta saciarse.
Imagen: Darren Chan
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