La contaminación atmosférica es una de las grandes cuestiones de nuestro tiempo. Tanto en los países desarrollados como muy especialmente en aquellos en vías de desarrollo se ha convertido en el principal problema de salud pública. La OMS estima que año a año más de cuatro millones de personas pierden la vida a causa de las partículas finas y otros elementos tóxicos en suspensión. El aire que respiras te está matando.
¿Pero cuánto y a qué velocidad? Los niveles de contaminación varían de forma drástica en función del punto del planeta en el que nos encontremos. Sabemos que Madrid, París o Los Ángeles tienen problemas (serios) con la calidad diaria de su aire, pero también que la situación en Pekín, Delhi o Karachi es infinitamente peor. El mejor modo de comprobarlo de un vistazo rápido e informativo es mediante AirVisual Earth.
Desarrollado hace dos años por una empresa china, el mapa recopila información de más de 10.000 estaciones atmosféricas repartidas por todo el mundo, de fuentes gubernamentales, de imágenes satelitales y de sensores especiales instalados por la compañía en algunas ciudades. El resultado es impresionante: un lienzo en tiempo real (y a tres días vista) de los niveles de contaminación de casi todos los rincones del planeta.
¿Y qué podemos aprender gracias a él? Primero, que allí donde hace calor la concentración de partículas finas tiende a ser peor (tanto por motivos naturales como por la acción humana). Alguna de las estaciones que registran niveles más altos de contaminación se encuentran en Arabia Saudí, por ejemplo, o en Pakistán. El mapamundi asocia colores cálidos (del amarillo al rojo oscuro, saltando al morado por encima de cierto umbral) a la contaminación extrema.
En lugares como El Cairo, Kuwait o Lagos la situación es crítica. AirVisual se vale de un sistema de medición estandarizado a nivel internacional, Air Quality Index, que elabora una escala del 0 al 500 (o más) en función de la cantidad de partículas y otros elementos nocivos presentes en el aire de una ciudad. Pues bien, en puntos como Calcuta o Chengdu (estaciones de medición concretas, no en toda la ciudad) supera los 400.
Es decir, aire virtualmente irrespirable para los seres humanos. Sabemos que Delhi, la ciudad más contaminada del planeta, supera con frecuencia tan impresionante marcador (de ahí que hayan surgido ideas de lo más distópicas para atajar el problema radicalmente). Junto al globo interactivo, AirVisual ofrece un mapa estándar (pensemos en Google Earth vs. Google Maps) donde podemos explorar las estaciones de forma individual.
Ahí, la aplicación ofrece un ránking. ¿Cuál es la ciudad más contaminada hoy? Al parecer, Astana, la capital de Kazajistán (una calidad del aire por encima de los 400 puntos en promedio, una salvajada). Delhi le sigue a una distancia considerable (340), mientras que el resto del top ten cae por debajo de los 300 (Dakka, Bangladesh; Lahore, Pakistán; Wuhan, China; o Belgrado, Serbia, entre otras). Son los puntos negros de la contaminación mundial.
La gran cuestión es, ¿cómo atajarlo? Porque su efecto en la salud está más que documentado (los habitantes de Delhi introducen en su organismo el equivalente a dos cajetillas de tabaco diarias sólo con salir a la calle). Las respuestas son complejas, pero la reducción del tráfico rodado y (sobre todo) el cierre de las centrales térmicas del carbón (en India o China muy cerca de las ciudades) sería un primer paso. Uno difícil, pero sustancial.