¿Cómo han sucedido las agresiones sexuales en grupo en Colonia?

¿Qué ha pasado en la Nochevieja alemana? Hay más de 120 denuncias por robo y agresión (dos tercios de ellas por agresión sexual, y dos por violación) en las proximidades de la estación de Colonia; cerca de 50 en Hamburgo; goteos de caso en Stuttgart o Bielefeld... Así, hasta en ocho ciudades alemanas. Todos, según los diversos cuerpos de policía local y las víctimas, perpretados por varones entre "18 y 40 años" y de apariencia "árabe o norteafricana".

Los sucesos de Colonia, los más graves por incapacidad policial y número de los mismos, han reabierto el debate sobre la política de "puertas abiertas" de Merkel. Una de las hipótesis manejadas sugiere que los eventos podrían haber sido organizados a través de las redes sociales por "bandas criminales". Entre los 32 imputados en Colonia que ha confirmado hoy Alemania se encuentran 18 solicitantes de asilo, pero ninguno de ellos está acusado de agresiones sexuales.

¿Por qué la policía de Colonia no "hizo nada"?

La plaza de la estación de Colonia.

Se vieron superados. El tabloide Bild ha filtrado el informe policial de lo que pasó en la estación de Colonia y alrededores. Mientras la policía solicita públicamente todo tipo de imágenes o vídeos filmados en la zona entre las 20 horas del 31 de enero y las 7 de la mañana del día 1 ("será difícil detener a alguien sin esas pruebas", según fuentes judiciales de Colonia) el informe revela que los 200 agentes enviados “no pudieron mantener el control de todos los sucesos, ataques y crímenes. Sencillamente, sucedían demasiadas cosas a la vez para que fuese posible controlar la situación".

Los vídeos de las horas anteriores publicados en Internet muestran masas de jóvenes congregados, bebiendo y lanzando petardos indiscriminadamente contra la gente. Ante la peligrosidad de los hechos, la policía decidió evacuar la estación. El resultado fue que los ciudadanos que se habían concentrado para recibir el nuevo año se vieron inmersos en la masa. "Una dura experiencia", según recoge el informe policial, que califica de "vergonzosa" una situación en la que las víctimas tuvieron que atravesar sin protección la masa de asaltantes. Más de mil hombres, según la policía, aunque no está claro cuántos participaron en los múltiples ataques.

La división en grupos "de 20 a 30 hombres" para perpetrar los ataques, impedir que las víctimas pudiesen escapar (sometidas a tocamientos, robos y vejaciones), ha hecho sospechar al responsable de la policía de la Colonia, Wolfgang Albers, que los hechos podían estar "organizados de antemano". Para empeorar las cosas, la alcaldesa de la ciudad, Henriette Reker, metió la pata al recomendar "mantener a los desconocidos a un brazo de distancia" y "a no abrazar a cualquiera que te sonría para no provocar malentendidos".

Reker es una jurista de 58 años que apenas lleva un mes en la alcaldía. Y ella misma fue víctima reciente de un crimen: un activista xenófobo la apuñaló en el cuello en octubre de 2015 por su política de "simpatía con los refugiados". Una actitud que, junto al retraso de la policía (emitió una nota de prensa en Año Nuevo informando de normalidad absoluta) y los medios alemanes en informar del caso, ha provocado fuertes críticas. O bien se quiso ocultar que la policía de una ciudad con más de un millón de habitantes no estuvo a la altura. O bien el factor "podrían ser refugiados" era una bomba política para toda la cadena implicada, desde Reker hasta Merkel.

¿Es la primera vez que pasa algo así?

Sí. Casi todos los cuerpos policiales de las al menos ocho ciudades alemanas donde se han repetido hechos similares, en mayor o menor escala (incluso fuera de las fronteras alemanas, como en la capital finalndesa Helsinki o en la suiza Zúrich), admiten que "es algo totalmente nuevo", como afirmó el Jefe de la Policía de Helsinki, Ilkka Koskimaki, tras la detención de varios refugiados iraquíes que "planeaban agresiones sexuales en grupo".

Es cierto que en el resto de ciudades, salvo Hamburgo, la escala de los hechos ha sido mucho menor, pero las agresiones sexuales comparten un denominador común: hombres de apariencia inmigrante que participan colectivamente en asaltos a mujeres.

Sin embargo, la diferencia con lo sucedido en Colonia ("se trata de una nueva magnitud de crimen organizado", en palabras del ministro de Justicia, Heiko Maars) ha llevado a pensar a la policía de la vecina Düsseldorf en que sus bandas criminales pueden haber tenido algo que ver. Allí, a 45 kilómetros de distancia, tienen identificados desde principios de 2014 a más de 2.000 sospechosos en robos grupales organizados, y admiten que los delincuentes pueden haber participado en los actos de Colonia. Sin embargo, fuentes policiales de Colonia informaron al Welt Am Sonntag, que el principal objetivo no era el robo, sino "los delitos sexuales", contradiciendo abiertamente las informaciones facilitadas por la jefatura.

¿Tendrá consecuencias en la crisis de los refugiados sirios?

En lo que respecta a Colonia no hay pruebas concretas de que los asaltantes hayan sido refugiados, según las fuentes oficiales. El portavoz del Ministerio del Interior, Tobias Plate, ha afirmado hoy en rueda de prensa que se practicaron 32 detenciones e interrogatorios relacionados con la estación de Colonia. Pero por robos y agresiones en general, no por delitos sexuales (existen tres detenidos por estos hechos, pero Interior aún no ha facilitado su identidad). Y que 18 de los detenidos eran solicitantes de asilo. Entre los detenidos se encuentran nueve argelinos, ocho marroquíes, cinco iraníes, cuatro sirios, dos alemanes, un iraquí, un serbio y un estadounidense.

Mientras, varias voces en Colonia acusan a la policía de haber dado una descripción incompleta de los atacantes, al quedarse en "de aspecto magrebí o árabe". El abogado de Colonia Mehdi Labidi ha declarado a The Guardian que “algunos de mis clientes presentes en la estación afirman que [entre la multitud] había albanos, kurdos, montenegrinos, sirios e iraquíes". Sin embargo, la cadena pública WDR habla de la posibilidad de que entre los asistentes a la celebración en Colonia hubiese refugiados venidos desde Duisburgo, al norte de Düsseldorf.

La gestión de la crisis, muy criticada por haber sido más o menos encubierta durante varios días, ha pasado factura a Merkel y su política de "puertas abiertas". La canciller alemana se ha mostrado firme en sus primeras declaraciones tras conocerse los sucesos de Nochevieja: "son actos criminales repugnantes que Alemania no piensa aceptar".

Merkel ha anunciado "consecuencias" para los refugiados. "Tenemos que revisar una y otra vez si ya hemos hecho todo lo necesario en materia de deportaciones, para mandar una señal clara a todos aquellos que no estén listos para tolerar nuestro sistema legal". Durante 2015, más de un millón de refugiados entraron en Alemania.

¿Dónde están los responsables?

Hace escasas horas que la policía de Colonia ha vuelto a pedir ayuda por Facebook, sobre todo material gráfico de lo ocurrido en las horas posteriores a su intervención:

La noticia de que sólo haya tres detenidos por agresión sexual (y que en Hamburgo ni siquiera haya detenciones aún), y la confesión de Wolfgang Albers de que “hasta ahora, no sabemos quiénes son los responsables" ha cabreado aún más a la opinión pública. La emisora pública alemana WDR habla de la intervención de dos teléfonos móviles a dos detenidos de Marruecos y Túnez, de 16 y 23 años de edad, en la que aparecen vídeos de las agresiones sexuales y mensajes convocando a los hechos de esa noche.

En Kalmar, Suecia, al menos 15 mujeres han denunciado el mismo patrón de agresión sexual: grupos de hombres rodeándolas para someterlas a tocamientos y vejaciones. En Helsinki, la policía fue "avisada de que había grupos planeando agresiones sexuales masivas" y hay seis detenidos de momento, refugiados iraquíes.


Foto: Estación de Colonia por la noche - Raymond Spekking

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