Hace tan solo cuatro años el precio de un Bitcoin eclipsaba el precio de una onza de oro por primera vez. Esta noticia y la adopción explosiva del blockchain atrajo a una hornada de nuevos clientes, inversores y empresarios a la incipiente criptomoneda. Sin embargo, el rápido crecimiento del Bitcoin no solo llamó la atención de personas que buscaban obtener ganancias a través de medios legítimos, sino a nueva categoría de estafadores. En general, la mayoría de los proyectos de blockchain y criptomonedas aún se encuentran en su etapa experimental y especulativa, razón de más para que se abra un abanico de vulnerabilidades.
Y ahí es donde empieza la historia que muestra el otro lado de la moneda. Basta decir que un nuevo tipo de estafa financiera que involucra al Bitcoin se ha extendido activamente a través de las redes sociales. Y lo curioso es que tienen éxito aprovechando la exageración impulsada por las últimas y más grandes señas de identidad de la cultura popular.
El testimonio. Un hombre relataba hace unos días a la BBC cómo perdió la escandalosa cifra de 450.000 euros en Bitcoin. Su historia hará llevarse las manos a la cabeza a más de uno. Después de una tranquila noche de Netflix con su esposa, se quedó revisando Twitter antes de irse a la cama. Un tuit de Elon Musk le llamó la atención,: “¿Dojo 4 Doge?”, decía la publicación del supuesto millonario. Y, a continuación, un enlace a un supuesto sorteo. Era un portal de aspecto profesional dedicado a la criptomoneda, había un temporizador en cuenta regresiva y el sitio web prometía a los participantes la posibilidad de duplicar su dinero. Aparentemente, el concurso estaba a cargo del equipo Tesla de Elon Musk, que invitaba a las personas a enviar desde 0.1 Bitcoin (con un valor de aproximadamente 4.500 euros) a 20 Bitcoin (aproximadamente 900.000 euros), y el equipo devolvería el doble de la cantidad.
El corazón en un puño. Nuestro protagonista se aseguró dos veces del logotipo de verificación junto al nombre de Elon Musk y ya se le hacía la boca agua tratando de decidir si enviaba 5 o 10. "Lo máximo, pensé, esto es totalmente real. Así que envié 10", explicaba. Durante los siguientes 20 minutos, refrescaba su pantalla cada 30 segundos. Vio incluso al señor Musk enviar un nuevo tuit críptico y se sintió tranquilo de que el sorteo era real. Pero lentamente el temporizador en el sitio web se redujo a cero y el hombre cayó en su error: "Me di cuenta de que era una gran falsificación. Lancé mi cabeza sobre los cojines del sofá mientras mi corazón latía con fuerza... Subí las escaleras y me senté en el borde de la cama para decírselo a mi esposa. La desperté y le expliqué que había cometido un gran error”.
Una tendencia. El año pasado, el sector de las criptomonedas fue testigo de una mayor adopción generalizada, pero también acompañada de piratería y robos que resultaron en la pérdida de millones de euros de muchos inversores. Según los datos investigados por Trading Platforms UK, el valor de los ataques y robos de criptomonedas entre 2019 y 2020 aumentó en un 38,38%: de cerca de 400 millones de euros a 550 millones.
El crecimiento de robos de criptomonedas se produce incluso cuando el sector continúa madurando en su tecnología de intercambios, billeteras y otros custodios de activos digitales que garantizan la seguridad. La mayoría de los custodios también han establecido relaciones con las fuerzas del orden, lo que facilita el seguimiento de cualquier actividad fraudulenta casi al instante. Sin embargo, el aumento en el valor del robo de criptomonedas es un indicador de que los delincuentes informáticos también están innovando nuevos medios para superar las medidas de seguridad actuales.
Impunidad. A 215 kilómetros de distancia, en Ámsterdam, los analistas de Whale Alert observaban con horror cómo los 10 Bitcoin de aquel hombre habían sido transferidos y luego cobrados de forma anónima unos días después. Los analistas utilizan un libro de contabilidad público que muestra todo el movimiento de las criptomonedas en tiempo real para detectar tendencias y rastrear el dinero. Han identificado qué direcciones o carteras de Bitcoin son operadas por los llamados "estafadores de sorteos" y han rastreado la creciente cantidad de dinero que están ganando.
En Estados Unidos ya existe una propuesta que requiere que las transacciones entre intercambios incluyan información personal sobre el remitente y el receptor de fondos similar a las transferencias bancarias internacionales para detectar fraudes.
Se esperan más. Los investigadores dicen que los estafadores están ganando sumas récord en 2021. Solo los que se dedican a falsificar sorteos en Twitter o Facebook ya han ganado 20 millones de euros en los primeros tres meses de este año, en comparación con los 20 millones obtenidos en total durante todo 2020, según Whale Alert. Los datos también sugieren que el número de víctimas este año eclipsará a los de años anteriores. En 2020, alrededor de 10.500 personas cayeron en las estafas, pero ya este año los investigadores dicen que han rastreado a 5.600 que han enviado dinero.
En redes sociales. Las técnicas reales de los criminales no han cambiado mucho desde 2018, cuando comenzaron a incrementarse. Crean cuentas de Twitter que se parecen a las de celebridades como Elon Musk o el inversionista multimillonario Chamath Palihapitiya. En algunos casos los delincuentes usan cuentas robadas de personas prominentes para asegurarse de que tengan la marca azul 'verificada' para que la cuenta parezca más confiable. Esperan a que las cuentas reales twitteen y publican una respuesta para que parezca que las celebridades han publicado las estafas a sus millones de seguidores.
Es muy sencillo. Es demasiado fácil robar Bitcoin gracias al anonimato de las transferencias. Pero también, curiosamente, la infraestructura de blockchain puede ayudar significativamente a mejorar el sistema de monitoreo existente y detectar, disuadir y documentar posibles fraudes. De ahí que hayan acudido al lugar donde más gente se convierte en víctima inmediata: las redes sociales.
Una de las estafas más sonadas tuvo lugar en julio de 2020, cuando un hackeo de Twitter a gran escala, pero de corta duración, permitió a los estafadores tuitear utilizando cuentas de celebridades como Bill Gates, Kim Kardashian-West y Elon Musk. En ese caso, los delincuentes informáticos robaron más de 130.000 euros en Bitcoin y tres personas fueron arrestadas. La fiebre del Bitcoin podría convertirse muy pronto en la fiebre de las estafas.
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