Un buen malo siempre ayuda a que una serie, o una película, tenga mayor interés para el público. El héroe (o la heroína) podrá ser todo lo impresionante que se quiera que, si no tiene enfrente un villano que lo ponga a prueba, cuya derrota sea un reto que merezca la pena, se perderá parte de la chispa que hace, por ejemplo, que funcione la primera trilogía de 'Star Wars'. Darth Vader es un gran malo, y lo es no sólo porque es muy poderoso, despiadado y hasta divertido, sino porque también lo vemos evolucionar.
Pero... ¿cómo se crean esos villanos memorables que, a pesar de estar muy lejos de la pureza del héroe, nos caen tan bien que acaban siendo nuestros favoritos?
Un villano tiene principios
Los villanos nunca se ven a sí mismos como tales. Peter Dinklage, que interpreta a Tyrion Lannister en 'Juego de tronos', explicaba sobre Bolivar Trask, su personaje en 'X-Men: Días del futuro pasado', que "realmente cree que está haciendo lo correcto. Quiere salvar a la humanidad en todo el mundo, y al mismo tiempo, en tiempos de guerra (...). Cree que es una oportunidad para unir a todo el mundo". Trask lo hace creando a los Centinelas, esos robots que persiguen a los mutantes.
Trask era el malo de aquella película, pero Dinklage no considera que Tyrion, el personaje que lo ha hecho famoso, lo sea en realidad. Es cierto que arranca 'Juego de tronos' más cerca de esa etiqueta porque es un Lannister (que desde el principio se presentan como antagonistas de los Stark, los protagonistas que primero conocemos en la serie), pero enseguida apreciamos que es un outsider, alguien que, por su condición de enano (y porque su madre falleció en el parto) no encaja con su familia ni con el resto de hijos de familias nobles.
Es demasiado listo, demasiado ingenioso y, con el paso del tiempo, vemos también que es demasiado honesto para ser el villano de la serie. Esa evolución de su personaje, y la posibilidad de que veamos nuevas facetas de él, es lo que permite que vaya convirtiéndose, poco a poco, en uno de los favoritos del público. Como explica David Benioff, uno de los showrunners del éxito de HBO, "todos queremos a Jon Nieve, pero la mayoría no somos héroes. Tyrion es un poco cínico y capaz de escapar de ese cinismo".
Álex Pina e Iván Escobar son el productor ejecutivo y uno de los guionistas de 'Vis a vis', serie de Antena 3 ambientada en una cárcel de mujeres y en la que hay desde el principio una clara villana: Zulema (Najwa Nimri). Es la principal rival de Macarena, la protagonista, por hacerse con ese botín enterrado que todo el mundo busca, y es alguien a quien el resto de reclusas tiene miedo. Pero eso no es suficiente para construir un buen villano. Pina y Escobar explican cómo hacerlo:
"Para que un villano acabe siendo uno de los personajes más queridos de la serie hace falta que se den varias coincidencias: en primer lugar, que el personaje esté bien construido desde un punto de vista narrativo. En segundo lugar, (y no menos importante), que la actriz que lo interpreta aporte su propio ADN al personaje.
En el caso de Zulema se dieron ambas premisas. Zulema era un personaje ambicioso, con malicia, con determinación… pero también con su propia cosmovisión de la justicia. Es decir, no era el tipo de mala que se sienta en un sofá de orejas y acaricia un gato, sino que tenía sus motivos y su jerarquía de lo que está bien y lo que está mal. Esa moralidad construida desde el particularismo de Zulema es lo que justifica cada una de sus acciones. Y por supuesto, luego su carisma y su magnetismo consiguen embaucar al espectador".
Es lo que comentaba Dinklage de Bolivar Trask: cree que está haciendo lo correcto. Otra villana de una serie reciente española, Lola Mendieta en 'El Ministerio del Tiempo', arranca la serie de la misma manera, como una enemiga de los agentes de la institución, pero paulatinamente vamos viendo que tiene sus propios principios y que cree estar haciendo lo que debe hacer. Tiene su propio sentido de la ética.
Un villano es vulnerable
Ya tenemos al malo mostrado no como alguien que no tiene ninguna motivación por hacer el mal, sino como una persona con unas convicciones que le llevan a hacer cosas malas. Para que el público empiece a empatizar con él (o ella) hace falta algo más, hay que mostrar que hay grietas en su fachada de villanía. Eso, a veces, se consigue mostrando más en pantalla al malo.
A este respecto, Christopher McFeely, uno de los dos guionistas de 'Capitán América: Civil War', decía que creía que las series de Marvel en Netflix conseguían crear villanos más interesantes que las películas porque el espectador podía pasar más tiempo conociéndolos:
"No era la historia de Robert Redford, era 'Capitán América: el Soldado de Invierno'. No era el viaje de Red Skull, era el viaje de un tipo pasando de ser un debilucho de 40 kilos a un héroe americano y, después, entrando en el hielo (...). Me encantan las series de Marvel en Netflix porque tienes mucho más tiempo para pasar con tus villanos. Son, literalmente, minutos y horas".
Y al poder verlos durante más tiempo, el público puede tener la oportunidad de verlos en momentos más vulnerables, puede descubrir que tienen sus propios problemas. Pina y Escobar explican que "la vulnerabilidad de los personajes es lo que los acerca al espectador y los sitúa en un plano comprensible para el televidente. Los villanos acorazados desde el punto de vista de sus necesidades crean una sensación de impermeabilidad hacia el mundo. No es fácil empatizar, querer o indultar a un personaje que no siente ni se resquebraje en algún momento".
Si volvemos a Tyrion, en las cinco temporadas anteriores de 'Juego de tronos' hemos visto cómo es humillado por su propia familia y cómo nadie lo toma en serio. Para los señores de Desembarco del Rey no es más que un enano que sólo ha sobrevivido tanto porque es un Lannister. La manera en la que Tyrion se rebela contra esas humillaciones es lo que va ganándole el favor del espectador.
¿Debe un villano redimirse?
El villano se nos presenta como alguien con sus principios, también como alguien con sus debilidades y sus problemas, pero, ¿necesita redimirse para que pase a ser un favorito del público? Esto es lo que opinan Álex Pina e Iván Escobar.
"La redención es menos importante que el interés. Tony Soprano o Walter White no logran redención por parte del espectador, pero cautivan el interés del espectador porque sus acciones, sus motivaciones y su puesta en escena son imprevisibles, sorprendentes, brutales. La redención del personaje no es más o menos necesaria que la autojustificación personal. Sin embargo, sí que nos parece necesaria cierta comprensión de sus motivaciones. Es decir, la maldad no es atractiva en sí misma, es atractivo el personaje que guarda capas de cebolla que el espectador va descubriendo capítulo a capítulo".
La clave está, por tanto, en mostrar de dónde viene el villano, cuáles son sus motivaciones. En 'Orange is the new black' hay un personaje, Pennsatucky, que empieza la serie como la villana más clara por su animadversión hacia Piper y sus opiniones de white trash pobre e ignorante, pero la serie va mostrándonos más facetas suyas en cada temporada, hasta que entendemos por qué es como es en una subtrama bastante descorazonadora de la tercera entrega.
Y si hablamos de villanos que acaban adorados por los fans, uno de los casos recientes más claros es 'Person of interest'. La serie introduce, al final de la primera temporada, a una hacker llamada Root que quiere liberar a la Máquina, la inteligencia artificial que espía para el gobierno y "predice" atentados terroristas. Es una asesina a sueldo y alguien que cree que la gente no es más que "mal código", pero según va pasando más tiempo con el equipo que utiliza la Máquina para salvar a gente en peligro, va evolucionando.
Una de las claves es que el mundo en el que se mueve el malo no esté definido en términos maniqueos, moralmente no tiene que ser todo blanco y negro. El propio George R.R. Martin ha dicho en alguna ocasión que "me gistan los personajes grises: la fantasía ha estado centradao durante demasiado tiempo en héroes y villanos muy estereotípicos", y es algo que profundiza más Bryan Cogman, uno de los guionistas de 'Juego de tronos':
"Los términos héroe y villano no existen en nuestra sala de guionistas. Y diría que George diría lo mismo sobre sus libros. No hay buenos o malos en sus libros. Por eso esa serie interesa a más gente de los que verían una serie de "fantasía", por la compejidad de los personajes. Un personaje tira a un niño por una ventana, y después empieza a gustarte, y luego ya no te gusta tanto, y después vuelve a gustarte. No hay arcos redentores claros".
Si el villano es alguien interesante, ingenioso, de quién podamos ver qué le motiva a ser como es, que tenga un arco a lo largo de la historia, es probable que acabe convertido en uno de los personajes preferidos del público. La evolución de cualquiera de los Lannister, pero de Tyrion en particular, es buena prueba de ello.
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