Era una de las muchas posibilidades que tenía el Ministerio de Educación sobre la mesa. La menos aconsejada por los profesores, la más popular por los alumnos. Finalmente, tras una reunión de Isabel Celaá con los consejeros de cada comunidad autónoma, España aplicará el aprobado general en los cursos de primaria, secundaria y bachillerato. Los colegios llevaban cerrados desde el 11 de marzo. No volverán a abrir.
Condiciones. A grandes rasgos, la decisión afecta a más de ocho millones de estudiantes. La gran mayoría pasarán de curso. No todos lo harán con la misma nota, aunque para su evaluación sólo se tendrán en cuenta los resultados obtenidos durante el primer y el segundo trimestre. El tercero sólo computará de forma positiva, es decir, para diagnosticar al alza, pero no tendrá efecto práctico.
Desarrollo. Cada alumno recibirá un informe personalizado por parte de su profesor. Habrá asignaturas pendientes, a recuperar a lo largo del curso siguiente, pero las repeticiones se reservarán para casos muy excepcionales y previa autorización de la administración. Según El Mundo, se mantendrán abiertos los colegios durante julio para ofrecer clases extraordinarias a los alumnos con mayores necesidades.
Los planes de refuerzo, por su parte, se desarrollarán durante el próximo curso, detrayendo tiempo a otras materias y obligando al despliegue de profesores específicos.
¿Selectividad? Las condiciones específicas para Segundo de Bachillerato están por definir, aunque se espera que su evaluación dependa únicamente del primer y segundo trimestre. Es un caso más delicado por la inminencia de Selectividad, aplazada al mes de julio hasta en diez comunidades y simplificada para no perjudicar a los alumnos. Los últimos meses son claves en la preparación de la prueba.
Los motivos. De fondo, el cierre de las aulas ofrecía una ventana de oportunidad a modelos pedagógicos telemáticos y más experimentales. Su efectividad se ha visto lastrada por las diferencias socioeconómicas asociadas al uso de nuevas tecnologías. Al menos el 10% de los alumnos no disponen de herramientas o conexión a Internet, lo que generaba una brecha difícil de conjugar con la igualdad de oportunidades.
La idea de continuar las cases y de tenerlas en cuenta para la evaluación había sido discutida por expertos y asociaciones como Save The Children, ante la brecha de rendimiento que generaba. En su lugar, planteaba cuatro medidas, entre ellas ajustar los criterios de evaluación:
Muchas familias no tienen los dispositivos necesarios ni, lo que es más importante, las habilidades y el nivel cultural para acompañar a los niños y niñas en un aprendizaje mucho más autónomo. Así es imposible garantizar la igualdad de oportunidades. Una parte del alumnado no está siguiendo el ritmo y corre el riesgo de desvincularse de la escuela, e incluso, de abandonar.
Problemas. El Consejo Escolar hizo suya la idea y transmitió una recomendación similar al gobierno. La idea de ofrecer clases de refuerzo durante julio, sin embargo, se observa con reparos en parte de la comunidad educativa. Muchos centros no cuentan con el acondicionamiento necesario para lidiar con largas horas didácticas a temperaturas superiores a los 35º C. Es un asunto que preocupa incluso en otras estaciones.
Repeticiones. La medida representa un paréntesis en la alta tasa de repeticiones de España. Es uno de los países desarrollados donde más alumnos están en un curso que no les corresponde (en torno al 28%, por encima de la media del 11%). Lo escasamente generoso del sistema y la dudosa evidencia en torno a los beneficios de repetir se han incluido en las recomendaciones para suspenderlo este año.
Imagen: Armin Weigel/DPA
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