La digitalización de las compras es un hecho. Y esto afecta a todos y cada uno de los campos del derecho. Pero hay uno que cobra real importancia: el tributario. Con la incursión del comercio electrónico y la globalización ya venían planteándose diversos problemas jurídicos, como la normativa desfasada del IVA, actualizada por última vez en 1993, mucho antes de la era digital. Una norma que ya no se ajusta a las necesidades de las empresas, los consumidores y las administraciones en la época de las compras online. En los años de Amazon, AliExpress y compañía.
Para adaptarse a los nuevos hábitos de los consumidores y con las grandes plataformas como mediadores se ha optado por establecer un régimen de tributación en destino, donde se van a consumir los productos. Una manera de evitar la competencia desleal.
El problema de fondo. Sin ir más lejos, a día de hoy el consumidor está adquiriendo productos a través de plataformas realizando importaciones exentas de IVA. Y en la mayoría de los casos no son conocedores de ello, mientras los empresarios que residen fuera se benefician. Esto causa que estos productos importados acaben siendo más baratos en comparación con los nacionales puesto que el empresario de casa está obligado a pagar todos los impuestos por la venta del mismo producto.
Se hace evidente entonces un reclamo de un reparto de la carga tributaria justo y equitativo. Básicamente, la globalización unida a la digitalización ha permitido, siguiendo el esquema tradicional de residencia, que no se tribute en el lugar donde realmente se crea valor, llevando a los países a una evidente pérdida recaudatoria y a los contribuyentes a sentirse desigualmente tratados en beneficio de las grandes multinacionales.
¿Qué cambiará entonces? A partir del 1 de julio de 2021, se modificarán varios aspectos de la aplicación del IVA a las ventas online. Todos los productos, da igual su precio, estarán sujetos al IVA. Hasta ahora, las mercancías con un valor inferior a los 22 euros importadas a empresas no pertenecientes a la UE están exentas del IVA. A partir de mañana, se suprime esta exención para que se aplique el IVA a todos los bienes que entren en la UE.
Los umbrales existentes para las ventas a distancia de bienes a compradores de otros Estados miembros de la UE se suprimirán y se sustituirán por un nuevo umbral de 10.000 euros para todos. Por debajo de este umbral, podrá seguir aplicando la normativa española del IVA a sus ventas transfronterizas. Si sus ventas superan este umbral, estará obligado a pagar el IVA en el Estado miembro donde se encuentren sus compradores. Para simplificar la vida a estas empresas, los vendedores pueden ahora inscribirse en un portal electrónico denominado "ventanilla única" (OSS), en el que pueden dar cumplimiento a todas sus obligaciones en materia de IVA para sus ventas en toda la UE.
¿Por qué? Se ha demostrado que durante todo este tiempo se ha estado abusando de esta exención, ya que los vendedores de fuera de la UE etiquetan engañosamente los envíos de mercancías para beneficiarse de este "agujero". Por ejemplo, marcar un móvil de 500 euros como un producto de 15 para no tributar. Esta laguna permite a estas empresas sacar ventaja respecto a sus competidores de la UE y cuesta a las haciendas públicas del bloque unos 7.000 millones de euros al año debido al fraude, lo que aumenta la carga fiscal para otros contribuyentes.
Más transparencia. La introducción de una ventanilla única de importación para los vendedores aportará mucha más transparencia. Cuando se compre a un vendedor o plataforma no pertenecientes a la UE registrados en la ventanilla única, el IVA deberá estar incluido en el precio que se pague al vendedor, lo que pondrá fin a las solicitudes de aduanas o empresas de mensajería que pidan un pago adicional a la llegada de las mercancías al país de residencia, ya que el IVA ya habrá sido abonado.
¿A quién afecta? A China, sobre todo. La Unión Europea tenía hasta ahora dos problemas: uno es que las compras a vendedores que no están establecidos en la Unión Europea no se pueden controlar, y se está perdiendo mucho dinero en IVA. El otro es que hay importaciones de bienes de escaso valor que entran en aduana pero no tributan IVA. Ya lo explicaba este experta de derecho tributario en este artículo de Xataka: “Entran muchísimos productos chinos que no pagan IVA y no compiten en igualdad de condiciones que los proveedores comunitarios que sí lo pagan".
Uno de los objetivos de la normativa es evitar la evasión fiscal cuando se realizan compras en China y fortalecer las compras dentro de la UE.
Una barrera para AliExpress. La plataforma de comercio china es el ejemplo perfecto para explicar el fenómeno. Al importar un producto de China a España, éste pasa por aduanas. Y claro, existen tretas que buscan los propios vendedores para esquivar el pago en aduanas (IVA, aranceles, etc.), como el hecho de no enviar paquetes muy voluminosos, entre otros. Si se envían paquetes pequeños y de poco valor es mucho más sencillo que pase desapercibido por los funcionarios, quienes se centran en contenidos de precios más elevados o en mercancía más grande. Un paquete no se para si es pequeño o si es de menos de 22 euros.
Hace unos meses, un empresario chino que prefería mantenerse en el anonimato explicaba en este reportaje de Vozpópuli cómo este tipo de tiendas sortean el IVA y mencionaba la picaresca de camuflar pedidos. "Es algo aleatorio. Hay tantos envíos desde China que la policía de fronteras no da abasto, no puede analizar todos los paquetes”, declaraba. La dimensión que han cobrado esas tiendas es espectacular. El volumen de compras es grandísimo y no se pueden registrar todos los envíos. La pregunta ahora será si va resultar igual de atractivo comprar los mismos productos a un precio mayor. Y, sobre todo, cómo se van a adaptar esas empresas.
Imagen: Unsplash
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