Corea del Norte y China tienen una relación simbiótica a nivel comercial
El mercado del pelo postizo es vital para Corea del Norte y se sospecha que sirva para financiar misiles
Corea del Norte es un país extremadamente hermético. Es por eso que es complicado saber de primera mano cómo es la vida civil en el país, pero hay expertos que aseguran que, mientras el programa de armamento sigue creciendo, la crisis alimentaria se cierne sobre la población. Es curioso, pero el brazo militar de Corea del Norte es fuerte (al menos en número de soldados activos) y el régimen de Kim Jong-un sigue desarrollando el programa de misiles balísticos.
Esto es algo que cuesta un dineral, pero la economía del país tiene un importante pulmón gracias a un producto que pasa desapercibido ante las sanciones internacionales: el pelo postizo.
Armas nucleares. En 2006, la ONU aplicó una serie de sanciones a corea del Norte relacionadas con el desarrollo de su programa nuclear. Desde entonces, en diferentes años se han reforzado estas sanciones o aplicado nuevas medidas, como las establecidas hace unos meses tras el lanzamiento de un satélite espía norcoreano. Esas sanciones funcionan, en parte, como un bloqueo comercial, pero el país se ha buscado los métodos para, supuestamente, seguir la ronda de financiación de armamento.
Un arma importante de Corea del norte son los hackers, que realizan ataques a casas de cambio de criptomonedas para financiar al régimen (aunque les pueden devolver la tostada, como el ataque de hace dos años que los dejó sin Internet). Y también han infiltrado trabajadores en empresas norteamericanas para financiar este programa nuclear. Ahora bien, sobre el mercado de pelo postizo no hay bloqueos, al menos de momento, y parece ser una fuente importante de ingresos para Corea del Norte.
Una peluca cada dos segundos. China es un productor bestial de pelo postizo y Corea del Norte ha sido un aliado importante estos últimos años. El país cerró su comercio exterior con la pandemia, pero tras la reapertura del mismo la rueda volvió a girar. Se estima que, en 2023 China recibió 1.680 toneladas de pelo postizo por valor de unos 167 millones de dólares desde Corea del Norte. En 2019, antes de la pandemia, se exportaron más toneladas (1.829), pero a un precio muy inferior (31,1 millones de dólares).
Esto incluye pestañas, barbas y pelucas y es el total de los productos declarados en las aduanas, ya que también hay un problema con el contrabando. China y Rusia están intentando que la ONU suavice las medidas contra Corea del Norte, pero no es algo que afecte a este mercado del pelo postizo debido a que la industria ligera no está sujeta a las sanciones. Ojo, y esto va más allá de China.
En el gigante asiático cada vez hay más consumo de este tipo de productos, pero la clave son las exportaciones a occidente, con un importante mercado europeo, norteamericano y africano. La demanda extranjera es bestial y se vende una peluca fabricada en China cada dos segundos en AliExpress.
Made in China Korea. Pero… ¿realmente están hechas en China? Aquí está la clave del asunto. Recientemente, Reuters habló con 20 fuentes implicadas de un modo u otro con la economía de Corea del Norte. Esto incluye 15 personas de la industria de las pestañas postizas y abogados comerciales que detallaron el mecanismo de toda esta industria.
Básicamente, las empresas norcoreanas importan el cabello desde China, lo ensamblan a bajo coste en tierras coreanas y, tras ese paso, es China quien importa el producto semiacabado para terminar de empaquetarlo, etiquetarlo y venderlo tanto en el mercado nacional como en el internacional. Y en esa etiqueta veremos que los artículos fueron fabricados en China, omitiendo Corea del Norte.
Capital mundial de las pestañas. Hay varias ciudades y empresas chinas que fabrican pelucas, pero parece que un nodo clave en esta cadena de suministro con Corea del Norte es Pingdu, la autodenominada 'Capital mundial de las pestañas' donde se produce el 70% de las pestañas postizas a nivel mundial con fibra sintética, pero también con piel de visón o cabello humano. Wang Tingting es una de las propietarias de una de esas empresas, Monsheery, y afirma a Reuters que muchas de las empresas de la ciudad utilizan ese material importado de Corea del Sur.
De hecho, Wang afirma que "la calidad del producto norcoreano es mucho mejor" y también comentó no estar al tanto de ningún problema relacionado con las sanciones y el uso de pestañas postizas norcoreanas. ¿El destino de su fábrica? Estados Unidos, Brasil y Rusia, pero una representante de una de las empresas coreanas que trabajan en esta cadena de producción confirma que, aparte de esos países mencionados, el destino de muchas pestañas es Europa, Japón y Corea del Sur.
A los surcoreanos no les toman el pelo. Se estima que el 80% de las empresas de Pingdu compran o procesan productos de Corea del Norte y, como decimos, parte de la producción va a un país vecino con el que la relación está en el filo de la navaja desde hace años. Johny Lee es un importador surcoreano de productos fruto de esa cadena entre Corea del Norte y China y afirma que no está comprando ni vendiendo "tecnología sofisticada como semiconductores", sobre la que hay un fuerte veto de cara a China, y que "los trabajadores norcoreanos están tratando de ganarse la vida".
El problema es que no hay certezas de cuánto de ese dinero en exportaciones va a parar a la financiación de armamento por parte de Corea del Norte y la ley surcoreana establece que el país de origen es aquel en el que los productos adquirieron "características esenciales". Eso implica que, aunque en la etiqueta ponga 'Made in China', donde realmente se dio forma al producto fue en Corea del Norte y, por tanto, el producto es de allí.
Además, los Servicios de Aduanas de Seúl afirmaron que "la importación de productos norcoreanos disfrazados de chinos puede ser castigada", pero también apuntan que es una práctica difícil de determinar en algunos casos.
Calidad de pestañas, no de los trabajadores. Y como todo cuando hay un sistema tan hermético, es difícil determinar dónde va realmente el dinero y cuáles son las condiciones de esos trabajadores norcoreanos a los que se refiere Johny Lee. Ya hemos comentado que China prefiere el material norcoreano debido a la buena calidad, pero según las fuentes de Reuters, los salarios a los trabajadores norcoreanos pueden ser una décima parte de los salarios chinos.
Por otra parte, Wang, gerente de la fábrica Co-Lash de Pingdu, afirma que, cuando Corea del Norte cerró sus fronteras comerciales durante la pandemia, los trabajadores de las fábricas 'cedieron' la mayor parte de sus ingresos al Estado. Eso sí, no ha proporcionado pruebas de esto.
Imágenes | Universidade de Brasília from Brasília, Explore DPRK
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