La última política estrella del Gobierno de Corea del Sur no se centra en su preocupante problema con el insomnio, la exposición a las catástrofes naturales o la lucha contra la corrupción, problemas todos con los que lidia el país. Ni siquiera apunta a su músculo tecnológico o las complicadas relaciones con Pyongyang. Su foco es otro muy distinto: el cuidado de los jóvenes solitarios, que pasan sus días enclaustrados en casa, un quebradero de cabeza tal para las autoridades que han decidido asignarles subsidios de 449 euros para animarlos a salir a la calle.
La medida resulta llamativa, pero tiene su lógica.
Un "empujoncito" para salir de casa. La medida la ha anunciado el Ministerio de Igualdad de Género y Familia surcoreano, que lo ha presentado como parte de su Ley de Apoyo al Bienestar Juvenil. Su objetivo es simple: ayudar a los coreanos de menor edad que viven recluidos a "reinsertarse en la sociedad".
De las propuestas que plantea, la más llamativa es una asignación mensual de hasta 650.000 wones (unos 449 euros) para jóvenes aislados y solitarios. Eso sí, deben cumplir ciertos requisitos: tener entre 9 y 24 años y residir en un hogar con unos ingresos inferiores a la media nacional, que en Corea del Sur —precisa la CNN— se fija en alrededor de 3.700 euros para cuatro personas.
¿Y qué más plantea? El objetivo, recalca la ministra de Igualdad de Género, Kim Hyun-sook, es aportar una "ayuda especial a jóvenes en crisis que necesitan apoyo social y económico" y contribuir de ese modo a su "desarrollo saludable". La medida conecta con un plan más amplio anunciado ya en noviembre de 2022 para velar por la salud psicológica y emocional de los jóvenes y contempla otras líneas de trabajo, como apoyo en educación, laboral y sanitario. También prevé acciones adicionales, como aportar o reforzar las redes sociales y detección temprana.
The Guardian precisa que entre las ayudas contempladas figuraría el pago de intervenciones para, por ejemplo, corregir cicatrices "de las que los adolescentes puedan sentirse avergonzados". Otras medidas pasarían por el apoyo con el material escolar y de gimnasia o asignaciones para experiencias culturales.
¿Tan grave es el problema? Los datos que manejan las autoridades son elocuentes. Según sus cálculos, cerca del 3,1% de los surcoreanos de entre 19 y 39 años son solitarios y viven aislados, recluidos, desconectados en gran medida del exterior y con dificultades para disfrutar de una "vida normal". El porcentaje tal vez no parezca excesivo, pero se traduce en alrededor de 340.000 personas. Los estudios concluyen además que en el 40% de los casos el aislamiento empezó durante la adolescencia, la etapa en la que se centra la nueva medida.
Objetivo: los "hikikomori". El fenómeno está lo suficientemente extendido y estudiado para que tenga incluso su propio nombre, "hikikomori", término japonés que designa a aquellas personas que viven igual que ermitaños modernos, aislados, solitarias. El NCBI (National Center for Biotechnology Information) lo define como "una forma de retraimiento social severo". El problema no es desde luego exclusivo de Corea del Sur. Hace ya varios años las autoridades niponas realizaron una encuesta que mostró que el 1,57% de su población se ajustaba a esa etiqueta.
El informe de las autoridades surcoreanas ayuda a entenderlo mejor, con casos reales. Uno de los que citan lo protagoniza una persona que achaca su situación a un episodio de violencia doméstica que vivió con 15 años: "Me deprimió tanto que comencé a vivir en reclusión". En otro de los casos el afectado empezó a recluirse después de que su familia quebrara. En su estudio, el Gobierno recalca el impacto de los aislamientos extremos y cómo afectan incluso al desarrollo físico de los jóvenes debido a factores como una "alimentación desequilibrada".
Más allá del aislamiento. La medida busca apoyar a los jóvenes aislados para que puedan "reintegrarse en la sociedad", pero entronca con otros problemas que afronta Corea. El descenso alarmante de la natalidad, con un mínimo histórico de alumbramientos en 2022, ha adelgazado su volumen de población en edad laboral y la nación afronta el riesgo de convertirse en una de las más envejecidas.
Imagen de portada: Markus Winkler (Unsplash)
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