Cuatro meses después de que la pandemia empezase a confinar a la población de medio planeta, ya tenemos una mejor perspectiva sobre cómo este evento sanitario y económico ha afectado a la planificación familiar. ¿Coronaboom como anticipaban algunos o crack de natalidad como esperaban los pesimistas? Ni sí ni no ni todo lo contrario.
Más niños (no en todos los casos deseados) en India: según una estimación de la Fundación de Desarrollo Ipas entre marzo y mayo casi dos millones de mujeres (en un país con 1.350 millones de ciudadanos) perdieron el acceso a los anticonceptivos. Según otro estudio, en este caso de la Fundación asociada al equivalente al Ministerio de Sanidad del país, cifró que esa falta de acceso a los anticonceptivos afectaría a 25 millones de parejas. El país fue uno de los que instauró un confinamiento más abrupto y estricto entre su población.
Los expertos temen que, a ese aumento no del todo deseado de la natalidad, se le añaderá una rebaja del nivel de salud medio de su población femenina: su tasa de mortalidad materna es de las más altas del mundo, y ahora tanto por una potencial ola de abortos clandestinos como por el miedo de muchas embarazadas a acercarse a los hospitales a dar a luz, sus cifras podrían empeorar.
Hay datos similares sobre Indonesia: una estimación del Fondo de Población de las Naciones Unidas dicta que, por cada tres meses de cierre que sufra el país, dos millones de mujeres correrán el riesgo de perder el acceso a los anticonceptivos. Debido a los conflictos de logística asiáticos, donde tienen lugar muchos de los grandes fabricantes de anticonceptivos, también se ha reportado que en los grandes centros de países en vías de desarrollo ha habido graves problemas de suministro durante meses. Esto ha sucedido en zonas como Lagos, Nigeria.
La Europa que aplaza o renuncia a los niños: un estudio de junio de la London School of Economics and Political Science encuestó a personas de 18 a 34 años de Francia, Alemania, Italia, España y Reino Unido sobre sus planes de futuro. Más del 50% de franceses, alemanes y españoles dijeron que, por causa del coronavirus, aplazarían sus planes de maternidad y paternidad. De entre los británicos, el 58% también se sumó a la idea de posponer los hijos, y hasta un 19% dijo que abandonaría la maternidad por completo. Las cifras de abandono son aún mayores en los países con menor tasa de maternidad, Italia y España.
El problema del acceso a anticonceptivos también se da en las naciones ricas: como ya vimos con más detalle, en Estados Unidos la Brookings Institution cifró que el desplome de embarazos supondrá entre 300.000 y 500.000 nacimientos menos para el año que viene, pero otros análisis han apuntado a que esa merma en el número de nacimientos será irregular en función de la etnia de las encuestadas. El 44% de las mujeres negras y el 48% de las latinas dijeron que retrasarían sus embarazos, mientras que sólo dijeron que harían eso el 28% de las blancas.
Sin embargo, al preguntar sobre la capacidad de acceso a los profilácticos, las mujeres negras y latinas reportaban mayores problemas de acceso que las blancas, una dificultad que era también acusada entre las personas de bajos ingresos que entre las ricas y entre las queer que entre las heterosexuales.
Así, parece que nos acercamos más a las (muy especulativas) previsiones de un reciente estudio de The Lancet: para 2100 la humanidad se quedará en 8.800 millones, y los países ahora desarrollados, como España, irán progresivamente perdiendo población. Nosotros pasaríamos de los actuales 46 millones a unos escalofriantes 23.
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