De tanto en cuanto, escenas impropias del decoro y buen hacer parlamentario recorren las televisiones y redes sociales de todo el mundo. Son llamativas porque se ubican en las antípodas del proceder democrático. Los conflictos se resuelven hablando y votando, no a golpes, como en ocasiones sucede en Ucrania. Pero tampoco, solemos asumir, mediante escenas caricaturescas que bordan el surrealismo. Hasta que llega un político y amenaza nuestra noción de lo correcto.
A lo Naruto. Su nombre es Pamela Jiles, representa al Partido Humanista y ocupa un escaño en el Parlamento de Chile desde 2018. Y lo ocupa con entusiasmo, con maneras teatrales, con un nítido sentido del espectáculo. Durante los últimos días un vídeo suyo correteando por la Cámara Baja ha recorrido las cuatro esquinas de Internet. Jiles celebra su triunfo en una votación de particular importancia para su formación. Y lo hace vestida de Naruto. Corriendo como Naruto.
Dentro vídeo:
La explicación. Correr a lo Naruto se ha convertido en un meme recurrente de la cultura popular, muy especialmente juvenil. No hace falta saber los pormenores de su significado y prevalencia (es decir, de la serie de anime japonés del que proviene) para comprender sus códigos humorísticos. Durante su estancia en el parlamento, Jiles, apodada la "Abuela" pese a su relativa juventud (59 años), ha recurrido a guiños similares tanto en sus redes (muy activa) como en las estancias del Congreso.
Ejemplos. En diciembre, durante una sesión que debía revisar una acusación formal contra el Presidente de la República, Sebastián Piñera, Jiles accedió al hemiciclo con una capucha fosforita rematada con dos orejas rosas. Es habitual que se fotografíe con bandas condecorativas, al uso de las empleadas por diputadas y alcaldes, cosidas con colores estridentes. Siempre superpone la palabra "Aprueba" (La Abuela aprueba viene a ser su lema), a menudo bordada en purpurina o estampados chillones.
¿Funciona? Uno podría pensar, como seguramente piensen los diputados rivales a los que de forma recurrente Jiles trata de humillar (con escenas estrambóticas dentro del Congreso), que semejante attrezzo es ridículo y no se corresponde con la actitud esperable de un representante público. Pero los votantes parecen pensar de otro modo. Una encuesta de aprobación elaborada por Plaza Pública ubica a Jiles como la segunda diputada más popular de Chile, sólo por detrás de Izkia Siches.
El 59% de los chilenos valoran sus acciones positivamente. ¿Se debe quizá a su estilo desenfadado y a su peculiar conexión con los jóvenes mediante referencias a Naruto?
Políticas. Quizá sí, quizá no. Jiles también ha ganado prominencia política durante los últimos meses por su defensa entusiasta del "segundo retiro", una medida que permitiría a chilenos muy castigados por la crisis económica retirar un 10% de sus contribuciones a la seguridad social (ya hubo un primer retiro meses atrás). Su celebración a lo Naruto, de hecho, se correspondía con la aprobación preliminar del primero. De ahí la algarabía y el disfraz, planificado por la diputada.
Triunfo. Con anterioridad, Jiles se ha destacado por defender una agenda muy progresista y alineada con las protestas iniciadas hará ahora un año. Ya entonces hacía gala de referencias a la cultura japonesa, enmarcadas entonces en la oposición a Piñera y en la denuncia de los abusos policiales. Jiles ha hecho de su disfraz de superheroína anime su identidad política. El meme le ha correspondido, trascendiendo a lo cómico y entrando en el marco de lo simbólico (cómics, carteles, muñecos, su escena protagoniza toda suerte de merchandising ideológico).
El personaje, de momento, le funciona.
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