El altruismo entre los seres humanos existe. Y según la ciencia, se acentúa cuanto más dinero hay en juego
Vas caminando por la calle, miras hacia el suelo y te topas con una cartera repleta de dinero. ¿Qué haces? La pregunta puede parecer intrascendente, dado que apunta a nuestras motivaciones personales, pero es clave para entender el funcionamiento de la "honestidad" en las sociedades modernas. O al menos así lo ha interpretado un grupo de académicos que ha investigado qué hacemos las personas de todo el mundo cuando nos encontramos con dinero ajeno.
La respuesta es sorprendente.
Metodología. El estudio, elaborado por un grupo de investigadores de diversas instituciones y liderado por Alain Cohn, profesor en la Universidad de Michigan, recurrió a una metodología simple. Repartió más de 17.000 carteras con cantidades variables de dinero (desde el equivalente a 11€ hasta por encima de 90€) en edificios públicos y privados de 355 ciudades del planeta (40 países distintos). Y después esperó a que las personas se toparan con ellas y obraran en consecuencia.
Resultados. En contra de lo esperado, el dinero desincentivaba quedarse con los objetos extraviados. Mientras que el ratio de devolución para las carteras sin dinero o con pequeñas sumas no superaba el 51%, en aquellas repletas de billetes alcanzaba el 72%. En 38 de los 40 países analizados la mayoría de la gente prefería devolver la cartera si contenía una pequeña fortuna mucho antes que si estaba vacía.
Es decir, si pierdes una cartera es mucho más probable que te la devuelvan si está a rebosar de dinero.
Contraintuitivo. ¿Extraño, verdad? Los investigadores partían de la misma base intuitiva que nosotros: la avaricia se impondría (dinero gratis, al fin y al cabo) al deber cívico o a la buena conciencia. Lo que descubrieron fue lo contrario. El impulso por satisfacer al desgraciado poseedor de la cartera superaba con creces al interés por enriquecerse personalmente. El trabajo, así, halló un denominador común a todas las sociedades modernas: la "honestidad cívica".
Sociedad. ¿Por qué? La motivación, argumenta el estudio, es similar a la que permite el sostenimiento de un sistema fiscal o el cumplimiento de la ley. La gente paga impuestos y acuerda los términos de un contrato no por rigor jurídico, sino porque proyectan un compromiso moral para con el resto de las personas. Es la base de toda sociedad funcional, un deber cívico que se extiende a anécdotas puntuales como devolver una cartera a su legítimo dueño.
Egoísmo. Eso no es todo, claro. Nuestro sentido social es elevado, pero también lo es la importancia que otorgamos a nuestra autopercepción personal. Los investigadores creen que el alto ratio de devolución de carteras ricas se debe a que no queremos vernos como ladrones: "Las fuerzas psicológicas pueden ser más importantes que las financieras". Es decir, nos sentimos mal sustrayendo dinero ajeno porque no soportamos la culpa autoimpuesta.
Es otra forma de egoísmo. Una que deriva en honestidad cívica.
Conclusiones. De modo que se trata de una mezcla de inteligencia social y autopercepción personal. La lógica cuestiona los principios teóricos de la economía. Cuando los autores pidieron a 297 economistas profesionales que predijeran los resultados de su estudio en base a sus conocimientos, la abrumadora mayoría respondió que las carteras con más dinero serían devueltas en menor porcentaje. Se equivocaron.
Preferimos vivir con la conciencia tranquila a tener 90€ más en el bolsillo. No tiene sentido económico, pero sí psicológico.
Imagen | EVG Photos/Pexels
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*Una versión anterior de este artículo se publicó en junio de 2019
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