Elon Musk es un millonario atípico: sin mansiones, coches ostentosos ni yates... pero tiene una fábrica de cohetes
Su fortuna en 2024 ha marcado récords superando los 251.000 millones de dólares
Se le puede odiar o venerar, pero Elon Musk no deja indiferente a nadie. Lo que sí es indiscutible es que Elon Musk ha desbordado el cliché de millonarios inaccesible y discreto, para convertirse en un importante actor en el escenario de la geopolítica y los intereses económicos globales.
Tras un corto periodo de tiempo en el que cedió el testigo como persona más rica del mundo al magnate del lujo Bernard Arnault, Elon Musk lo ha recuperado con más ímpetu si cabe, catapultando su fortuna hasta los 244.700 millones de dólares, según el listado de millonarios en tiempo real de Forbes.
Un millonario sin yates ni mansiones
No se puede negar que Elon Musk es un millonario poco convencional. No hace alarde de grandes mansiones ni yates de lujo. Al principio de su carrera, el magnate tecnológico llegó a tener varias casas en zonas privilegiadas de Los Ángeles. De hecho, compró la casa de Gene Wilder solo por el hecho de mantener su legado y se la vendió a un sobrino del actor, aunque por un impago se ha visto obligado a ejecutar la hipoteca.
Sin embargo, el millonario tomó la decisión de deshacerse de todas ellas e irse a vivir de alquiler a un pequeño módulo prefabricado de apenas 35 m2 situado en los terrenos de SpaceX. No hay constancia si las casas en las que viven sus hijos son de su propiedad, pero Elon Musk no vive en ellas. Cuando viaja a otras ciudades, se aloja en las mansiones de sus amigos, tal y como explicaba en una TED Talk.
Tampoco es un apasionado del mar, por lo que siempre que se le ha visto sobre la cubierta de un yate, ha sido en los de otros millonarios, pero no tiene ninguno en propiedad.
Elon Musk tiene dos aviones privados con los que viaja entre Texas y San Francisco, están registrados a la sociedad Falcon Landing LLC vinculada al entramado empresarial del magnate.
Tesla sigue siendo su gallina de los huevos de oro
Si bien es cierto que, en el sentido estricto de la palabra, Elon Musk no fue el fundador de Tesla (por mucho que él insista en que se le reconozca), la actual Tesla no existiría si no fuera por el empujón inicial de 6,5 millones de dólares que el millonario puso encima de la mesa. De hecho, Martin Eberhard y Marc Tarpenning, los verdaderos fundadores, ni siquiera se habían planteado fabricar coches eléctricos. El primero sería el Roadster que llegó dos años más tarde.
Sea como fuere, desde 2008, Elon Musk ocupa el puesto de mayor responsabilidad al frente de la compañía y es uno de sus principales accionistas. Desde hace años, el millonario de origen sudafricano ha estado controlando entre el 12% y el 15% de las acciones de la compañía.
Sin embargo, este porcentaje cambió a raíz de la disputada aprobación de su bono salarial impugnado por la justicia para después ser ratificado en una ajustada votación por los accionistas. Desde entonces, y conforme a los informes enviados por Tesla a la Comisión de Valores, Elon Musk pasaría a controlar el 20,5% de las acciones de Tesla cuando se consoliden, lo cual ha disparado su fortuna, aunque no sin altibajos por la cotización de sus acciones.
En agosto de 2024, Tesla alcanzaba una capitalización de 764.640 millones de dólares, lo que nos indica que aproximadamente el 63% de la fortuna de Elon Musk proviene de Tesla.
El espacio: el negociado de Elon que más ha crecido
En 2002, un Elon Musk con los bolsillos llenos de los millones obtenidos por la venta de PayPal, fundó una pequeña empresa que se iba a dedicar a su sueño de infancia: construir cohetes para llegar a Marte. Su sueño se está cumpliendo y la compañía no hace más que ganar cuota de mercado en la carrera espacial.
En la actualidad, Musk es director ejecutivo de SpaceX. La compañía no está cotizada en bolsa, por lo que no está obligada a hacer públicas sus resultados. Sin embargo, Bloomberg se hacía eco en junio de 2024 de una Oferta Pública de Adquisición (OPA) sobre SpaceX, que valoraba a la compañía en unos 210.000 millones de dólares. La nueva oferta superaba con creces a los 180.000 millones de una OPA lanzada a finales de 2023, sin duda impulsada por los buenos resultados de los últimos lanzamientos de sus cohetes.
Según una investigación de The Wall Street Journal, Elon Musk es propietario de, aproximadamente, el 42% capital de SpaceX (que no de sus acciones, ya que no cotiza en bolsa). Eso, siendo generosos con la valoración de la OPA, sumaría unos 88.200 millones más a su patrimonio.
Una de las grandes sorpresas para Elon Musk y SpaceX ha sido Starlink. Comenzó como un proyecto pequeño dentro de SpaceX, casi una prueba, que ha terminado siendo una empresa de éxito que está reportando a la compañía unos 6.600 millones de dólares de beneficios. Elon Musk mantiene el 54% de la compañía bajo su control, por lo que la compañía se ha convertido en una nueva fuente de ingresos para el millonario.
X: su mayor dolor de cabeza
Sin lugar a dudas, X ha sido el capricho más polémico del millonario y, con toda probabilidad, su inversión menos rentable.
Musk compró la red social por 44.000 millones de dólares. Tras un caótico año lleno de cambios en el funcionamiento de X, distintos conflictos con anunciantes e inversores e incluso disputas legales con países, el principal inversor de la compañía valoraba que X había perdido un 71,5% de su valor inicial.
De nuevo, X no está obligada a hacer públicas sus cuentas por no ser una compañía participada. Se estima que Elon Musk posee alrededor del 79% de la red social X, aportando poco más de 1.000 millones a la fortuna del magnate (sin descontar el enorme agujero de deuda que ha dejado en sus arcas).
Por el uso intensivo que el millonario hace de la red social, X es más una herramienta de influencia para Musk que un activo con el que buscar rentabilidad económica.
Neuralink la apuesta de futuro
Neuralink es probablemente la startup más innovadora de la cartera de Elon Musk, por el campo en el que opera. La empresa fue cofundada en 2016 por Elon Musk que se mantiene como inversor mayoritario. Su objetivo: desarrollar interfaces cerebro-computadora mediante implantes cerebrales que están obteniendo buenos resultados.
Al tener que depender de constantes rondas de financiación, la compañía se enfrenta a constantes estimaciones de su valor. En 2022, su valor se fijaba en unos 2.000 millones de dólares. Tras la última ronda de inversión, esta valoración se ha triplicado ascendiendo a más de 7.000 millones, según informaba Reuters, aunque una tasación más conservadora la rebajaba hasta los 5.000 millones.
Los “satélites” empresariales de Musk
Además de las grandes empresas que ha comprado, invertido o fundado a lo largo de su carrera, Musk ha ido creando extensiones de cada una de ellas en forma de proyectos independientes. En ese contexto se encuentra SolarCity, que Musk fundó con sus dos primos Lyndon y Peter Rive con el fin de instalar paneles solares y baterías. Con el tiempo, Tesla tomó el control de la compañía, quedando como empresa subsidiaria.
The Boring Company o xAi son proyectos menores que se vertebran como "instrumentos" proveedores de servicios para el resto de empresas de Elon Musk, aunque por el momento no suponen una gran vía de entrada de dinero para Elon Musk. The Boring Company es la encargada de hacer los túneles bajo el tráfico para The Loop. Su mayor activo son sus tres perforadoras: Godot, Line-storm y Prufrock.
Por su parte, xAi es la encargada de desarrollar los modelos de IA alternativos a OpenAI, que luego servirán de base para integraciones en X, Tesla, SpaceX y el resto de compañías de la órbita del magnate.
Del mismo modo, Elon Musk tiene su propia empresa privada de seguridad, de la que nada se sabe públicamente, pero aparece como proveedora de servicios en el informe de resultados de Tesla, que le paga una factura de 2,4 millones al año.
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Imagen |Midjourney (@mana)
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