Hoy se estrena Jurassic World, el intento de clonar Jurassic Park y exhibirlo en el museo del taquillazo actual. Pero si la película de Spielberg ya iba un poco por detrás de lo que sabíamos de los dinosaurios en los 90, la nueva entrega de Colin Trevorrow también se toma ciertas libertades.
Dinosaurios sin plumas, clonar ADN de hace varias docenas de millones de años, crear un dinosaurio nuevo mediante ingeniería genética, Chris Pratt como domador de parque temático... ¿Es posible Jurassic World?
¿Podemos clonar dinosaurios desde su ADN?
No. Cuando se estrenó Jurassic Park (y cuando Michael Crichton escribió su novela, en 1990), ya había pocos científicos que dieran validez a la idea de rescatar ADN de dinosaurio y clonarlo. Hoy, sabemos que el ADN tiene una vida media bastante limitada: cada 500 años la mitad de la información genética se deshace.
Incluso en condiciones ideales, la predicción de los científicos es que tras 6,8 millones de años no habría nada que leer. Los dinosaurios se extinguieron hace 65 millones de años. Así que tendríamos que fabricar uno desmontando su evolución desde entonces (algo todavía imposible, pero menos). Básicamente, involucionar un ave, descendientes del único tipo de dinosaurios que sobrevivió malamente a la extinción masiva. O, como dice el paleontólogo español José Luis Sanz,
"la definición filogenética de un ave es: un dinosaurio con alas y con plumas que es capaz de volar."
¿Y crear un nuevo animal como el Indominus Rex?
La estrella de Jurassic World es el Indominus Rex, una mala bestia concebida por gente con corbata a partir de trozos de otras cosas ya conocidas para generar dinero (sí, Jurassic World reflexiona desde dentro sobre la naturaleza del taquillazo actual de Hollywood). Pero, ¿podríamos hacer algo así?
Si antes hablábamos de involucionar un pájaro, unos investigadores de las Universidades de Yale y Cambridge se pusieron manos a la obra para entender cómo es posible que los terópodos -los dinosaurios te dan miedo, por simplificar- se hubiesen convertido en pajarracos.
Algunos de esos primeros "dinopájaros" tenían morro con dientes en vez de pico, y el trabajo de los investigadores da para una peli de doctores locos: manipular embriones de gallina para que desarrollasen ese "morro de dinosaurio" en vez del pico habitual. Lo consiguieron.
De momento, no hay planes para llevar esas gestaciones a término, la investigación no iba de eso. Pero, pensadlo: "en un mundo de ciencia desatada, el hombre tendrá que enfrentarse a una pesadilla surgida del pasado. Miles de años de comer pollo asado tendrán su venganza en Dinogallinas: Jurassic Corral". No es un Indominus Rex, pero eh.
¿Cómo eran los dinosaurios por fuera?
El mayor cambio en los últimos 20 años ha sido el descubrimiento de fósiles que indican que unos cuantos tipos de dinosaurios, de los que no volaban, tenían plumas. O algo parecido a plumas. Cosis. Que no eran como cocodrilos o serpientes, vaya (aunque las escamas sean los antepasados de las plumas, filogenéticamente hablando). El para qué las tenían todavía no está claro, aunque puede que fuese principalmente para pavonearse y ligar. Pero, vamos, con lo que sabemos ahora, el gallimimus -por poner un ejemplo- era menos parecido a esto,
que a esto otro:
El problema es que tanto Jurassic World como la ciencia se enfrentan a un problema: la imagen preconcebida que tenemos de los dinosaurios. Y a otro adicional: apenas tenemos una idea de cómo eran esas plumas, sus colores, longitud o forma, más que en un puñadito de especies.
¿Los velocirráptores también?
También. Y seguimos con el problema heredado de Jurassic Park: a Spielberg le gustan los depredadores inteligentes y grandes, y tener unos bichos del tamaño de un perrete no le encajaban. Así que se basó más en el deinonychus que en el velociraptor, y dejó caer que eran tan listos como nosotros. No lo eran. Si acaso, eran tan listos como un pájaro grande actual. Como un emú australiano, ya que hablamos de cosas que se parecen a dinosaurios y pueden sacarte las tripas con sus garras. Pero claro, no es lo mismo:
¿Y los pteranodones?
No. No tenían plumas, pero sí alas membranosas. Ya que estamos, tampoco podrían cogerte como un ave rapaz: sus patas no daban para eso y cazaban con el pico. Y no, no tenían nada que ver con las aves. Ni con los dinosaurios, .
¿Había dinosaurios tan grandes como el que abre este artículo?
Depende de cómo lo mires. Los mosasaurios no eran más grandes que una ballena azul (nada ha sido nunca más grande que una ballena azul), pero hay gente que defiende que es un problema de perspectiva.
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