Hace unos meses saltaba a los titulares una noticia que abría la esperanza a "la píldora para hombres", es decir, al equivalente de las píldoras anticonceptivas que de momento sólo existen para las mujeres. La posibilidad se apuntaba tras conocer los resultados del trabajo de un grupo de investigadores de la Universidad de Osaka publicado recientemente en Science, en el que se probaba el efecto contraceptivo de un compuesto en ratones.
De este modo, los métodos anticonceptivos se han perfeccionado en cuanto a efectividad y en muchas ocasiones en relación al uso. Pero hay algo que ha seguido más o menos estanco si lo miramos en perspectiva: el abanico de tipos de contracepción para un sexo y otro no ha variado demasiado y las mujeres siguen siendo de momento las únicas con la posibilidad de recurrir a píldora. ¿Ha llegado por fin la de los hombres o aún estamos lejos?
Los espermatozoides sin superpoderes
Si bien el trabajo de los investigadores japoneses se logró ver en ratones, ¿qué es exactamente lo que plantó la semilla de la esperanza para la píldora masculina? Lo que Haruhiko Miyata y sus compañeros vieron es que dos fármacos, la ciclosporina A (CsA) y el tacrolimus (FK-506) que se usan habitualmente como depresores del sistema inmunutario para reducir el rechazo en transplantes, tenían un efecto también en la fertilidad de los ratones.
La clave está en su mecanismo de acción: ambas evitan que se sintetice calcineurina, un enzima que permite la realización de reacciones químicas que en último término llevan a la estimulación del crecimiento de los linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos). Y los investigadores también la encontraron interviniendo en el desarrollo de los espermatozoides.
De este modo, igual que la CsA y el FK-506 interrumpen la función en el sistema inmunitario, se logró interrumpir la síntesis de calcineurina (concretamente, del tipo PPP3CC, y disminuir la del tipo PPP3R2). Y la consecuencia de esta falta fue que los espermatozoides de los ratones tratados no eran capaces de llegar a la parte del ovario donde se encuentran los óvulos fértiles.
Con el fin de probar la incapacidad del esperma y ver la causa concreta, los investigadores hicieron pruebas in vitro de fertilización con este esperma. Lo que vieron con ellas es que fallaba la fase de hiperactivación de los espermatozoides, es decir, un cambio en el patrón de movimiento dentro de la fase de capacitación de estas células (algo así como un superpoder que les permite llegar al óvulo y fecundarlo). Eso sí, en las células jóvenes, ya las maduras podían moverse de manera efectiva pese a la administración de las drogas.
En resumen: la administración de estos fármacos a nivel de esperma tiene efectos esterilizadores transitorios, tardando entre cuatro y cinco días en ser efectivos y volviendo a la fertilidad en una semana (tras parar la administración). De ahí que el hallazgo pusiese en bandeja la hipótesis de la píldora anticonceptiva para hombres.
Considerando estos resultados en ratones, la calcineurina espermática es una posible diana para una anticoncepción humana masculina reversible y rápida.
El horizonte menos borroso, pero aún lejano
Sin embargo, queda aún trabajo por hacer. El hallazgo es interesante pero no deja de estar en una fase relativamente temprana del desarrollo de un fármaco, si bien de hecho lo que se prueba en este trabajo es el efecto y aún no estaría diseñado el fármaco definitivo como tal que se administraría para la contracepción (la forma actual de ambos fármacos no sería adecuada para ello).
Además, aunque se tratase de la prueba con el fármaco definitivo, tras unos resultados exitosos en animales faltaría comprobar la efectividad en seres humanos. Como nos recordaban en Xataka Ciencia, quedaría aún someter al producto a tres fases de pruebas con sujetos humanos para determinar tanto el efecto como las posibles reacciones adversas, así como las interferencias con otros fármacos entre otros aspectos.
¿Cuánto tiempo queda entonces para la píldora? Suponiendo que el trabajo de los japoneses se concreta como una alternativa exitosa y con futuro, para Ilpo Huhtaniemi, profesor de Endocrinología Reproductiva en el Imperial College de Londres, aún quedaría al menos una década para ver estos fármacos en funcionamiento, como declaraba para CNN.
¿Por qué ellas sí y ellos no?
El fundamento de la contracepción femenina es muy distinto si lo comparamos al que se plantea para la masculina, y de ahí también que de seguir por esta vía en la masculina las administraciones probablemente sean muy diferentes (así como sus efectos secundarios). Lo que se consigue con las píldoras diarias que se toman en el caso de las mujeres durante un mes es una modificación de la ovulación, de modo que ésta se bloquea.
En los machos la fertilidad no está regida por ciclos y por ello se plantea atajar la contracepción farmacológica de otro modo
Es decir, la existencia de un ciclo hormonal y de que éste determine la fertilidad, ha permitido que en un momento dado se plantease "hackearlo" y, como vemos, se lograse (y que en animales sea relativamente habitual también controlar los celos). En el caso de los machos la fertilidad es constante, es decir, no está regida por ciclos sino que se producen espermatozoides siempre fértiles. Es por ello que se plantee atajar la contracepción farmacológica de otro modo, en el caso del estudio japonés anulando la capacidad de los espermatozoides.
De este modo, el trabajo abrió una vía de estudio para lograr una contracepción farmacológica masculina, de manera que se pueda tener un equivalente de efectividad y uso al de la píldora femenina (y probablemente para reorientar muchos de los trabajo actuales). Pero el ir a la farmacia a llevarnos nuestro blister lleno de comprimidos de anticoncepción masculina está aún, como hemos visto, bastante lejos.
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