¿Cuántas personas han fallecido durante los últimos meses a causa del coronavirus? La única respuesta posible es la ofrecida por las autoridades sanitarias encargadas de recopilar cifras oficiales: 22.295 en todo el mundo, para un total de 495.000 contagios. Sabemos que, al menos, esta última cifra es inexacta. No todos los países han hecho tests masivos. El número de enfermos es mucho, mucho mayor.
¿Pero qué hay del número de muertos?
El caso de Italia. Viajemos a Nembro, una pequeña localidad en los alrededores de Bérgamo, epicentro de la epidemia. Il Corriere ha rebuscado en sus archivos y ha encontrado un desfase estadístico. Durante la última década, el volumen de decesos registrados a estas alturas de año oscilaba en torno a los 35. Este año ya se cuentan 158.
El número oficial de residentes fallecidos por el coronavirus es de 31.
"Cuatro veces más". ¿Qué significa? Que hay un alto porcentaje de contagios letales no detectados. El número real de muertes (8.200 a día de hoy, muy por encima del resto de países afectos, incluido España) podría ser cuatro veces más alto. Algo similar podemos observar en Bérgamo: los decesos se han disparado en casi todos los grupos de edad vulnerables. Datos que superan los oficiales por coronavirus.
¿Por qué? Por un lado, por las dificultades técnicas para contabilizar estadísticamente el impacto de una epidemia. No todos los pacientes fallecen en un hospital, supervisados por un especialista. Muchos lo hacen en residencias o en su casa, sin que la causa de su enfermedad sea clara. Otros, como está sucediendo en España, pierden la vida antes de que el test determine si está contagiado por coronavirus o no.
Disparidad. No es un problema específico de Italia. Es público que las autoridades francesas no están contabilizando a los ancianos perecidos en las residencias. En España representan más del 30% del total. Alemania, por su parte, aúna las cifras recopiladas por los gobiernos locales varios días tarde. Cuando son publicadas a nivel nacional ya han caducado.
En Estados Unidos, no todas las administraciones regionales están aunando datos de igual modo. Hay una gran disparidad entre las hospitalizaciones estado a estado. No sólo se trata de un desfase grave en el número de contagios, fruto de la pasividad del gobierno durante los primeros días, sino también, probablemente, en el de muertos.
Nebulosa. Afrontamos una suerte de "niebla" estadística. La gripe, por ejemplo, se cuenta de modo distinto año a año (estimaciones, no casos confirmados). Y al impacto directo de la epidemia debemos sumar el de la saturación hospitalaria: ¿cuántos pacientes por otras enfermedades están muriendo ante la falta de recursos del sistema de salud?
El coronavirus afronta retos inéditos. El caso de Nembro ilustra que no conoceremos la verdadera realidad de la epidemia hasta dentro de unos meses. Y que probablemente se revelará peor de lo que ya es.
Imagen: Antonio Calanni/AP