Primero fue el tribunal superior de Maryland, en marzo, y ahora la Corte Suprema. La justicia no considera que haya hueco para hacer una reapertura del caso, tal y como pedían en su recurso los abogados de Adnan Syed, quien lleva en la cárcel desde 1999 cumpliendo cadena perpetua por el asesinato de su novia de la secundaria Hae Min Lee en Baltimore. Se trata del caso Syed v. Maryland, que consternó a la opinión pública estadounidense (y de parte del resto del mundo) entre 2014 y 2015 por el superexitoso podcast Serial, presentado por Sarah Koenig y con más de 10 millones de descargas en sus primeros tres años de vida.
Juicios paralelos y Making a Murderer: si viste esta serie documental de Netflix puedes imaginarte el proceso de reinterpretación del caso de Syed por parte de la opinión pública. Al igual que con Steven Avery y su sobrino, el programa nos transportaba a la vida del adolescente, su entorno y los muchos agujeros que parecía haber en el caso de un exnovio que asfixiaba hasta la muerte a una chica en el párking de un supermercado para luego tirarla en una tumba poco profunda en un parque.
Hechos clave: sólo dos elementos justificaron la condena del joven. El primero fue la triangulación del lugar donde se ubicaba su teléfono en las horas del delito (pese a que hubo un descargo de responsabilidad de la prueba, alegando que la triangulación no puede ser totalmente fiable) y la acusación de un amigo de Syed, Jay Wilds, cuyo testimonio fue cambiando en las distintas entrevistas.
La testigo ignorada. Los actuales abogados de Syed denuncian que el chico no tuvo una representación justa (un fallo de la Corte de Apelaciones estadounidense de 2015, después del podcast, falló que era cierto que había tenido una representación “deficiente”). Asia McClain, una compañera de Sayd, dijo que había hablado con el acusado en la biblioteca en el mismo momento en el que supuestamente estaba asesinado a Lee. Pese a ello, el abogado de Syed nunca vio necesario subir al estrado a McClain o preguntar si alguien más había visto aquel encuentro. Es un punto altamente indignante por cómo se narra la omisión en Serial. Maryland apeló en 2015 ese fallo de la Corte de Apelaciones argumentando que la declaración de esta testigo no habría cambiado los hechos del caso.
¿Por qué el Tribunal Supremo no reabre este caso? Porque es un tribunal equivalente al nuestro. Sólo reabren una docena de casos al año y rara vez es por creer que un tribunal inferior haya cometido algún error en sus procedimientos. Esta decisión provoca que sea muy probable que Syed tenga que cumplir su condena vitalicia, aunque aún tiene la pequeña posibilidad de que un tribunal inferior abra un proceso de hábeas federal.
¿Y por qué es tan importante este caso? Por dos motivos. El primero porque Serial fue un acontecimiento tan relevante que muchos achacan que es justamente su éxito el culpable de la actual fiebre por el podcast (fue número uno en Apple durante meses, ningún otro podcast, con todo el apoyo mediático que haya podido tener detrás, consiguió después esas cifras, ha tenido hasta una serie documental en HBO).
Por el otro, porque como Making a Murderer es otro ejemplo de la actual inclinación por la justicia paralela que se prodiga en los productos audiovisuales. Sea o no cierto que Sayd fuese culpable o que su juicio cumpliese los mínimos estándares de garantías procedimentales, millones de personas creen que uno de los pilares democráticos de su país le falló. Y como ejemplo, The Thread, el documental que muestra al estilo de los peones negros del 11M los miles de internautas que se consagraron a revisar pieza por pieza, detalle por detalle, todos los entresijos del caso Syed v. Maryland.
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