¿De qué nos estamos muriendo? Estos gráficos explican cuáles son las causas de muerte más habituales

La esperanza de vida es uno de los parámetros más utilizados para medir la calidad de vida de cualquier sociedad. Pese a que dice mucho sobre cuánto tiempo viviremos, es bastante imprecisa a la hora de explicar de qué nos moriremos. Para remediarlo, y utilizando datos ofrecidos del Gobierno de Estados Unidos, Flowing Data ha creado un estupendo gráfico interactivo en el que desgrana las causas de muerte más habituales, por porcentaje, según grupo sexual o étnico. Y hay diferencias significativas.

Primero, es importante resaltar que la esperanza de vida en Estados Unidos es bastante menor a la que tenemos en España. En rigor, casi todos los países del mundo, exceptuando Japón, cuentan con menos esperanza vida que España. Las particularidades del país norteamericano, con una alta tasa de criminalidad en centros urbanos, hacen los paralelismos complejos. Sin embargo, es interesante observar cuáles son las causas de muerte de sus habitantes a lo largo de su vida.

Ahí reside el principal mérito del gráfico: no sólo nos dice de qué se están muriendo las personas en Estados Unidos, sino cuáles son las causas más frecuentes en cada momento de su existencia. Por ejemplo, las enfermedades de diverso tipo son una causa mortal mucho más habitual durante los primeros diez años de vida que a partir de entonces y hasta el periodo tardío de su madurez. Del mismo modo, las enfermedades mortales matan a más mujeres que hombres, y el cáncer es causa de muerte ligeramente más alta entre los varones que entre las féminas.

El cáncer provoca el 25% de las muertes entre los hombres estadounidenses. Dos datos que quizá puedan ser contraintuitivos: es bastante más probable que un varón se muera de cáncer durante su niñez que a los cuarenta años, según los datos del gobierno, y la mortalidad derivada de la enfermedad comienza a descender a partir de los 70 años.
El cáncer provoca el 22% de las muertes entre las mujeres estadounidenses. Como algunas otras enfermedades, tiene un pico durante la infancia, se reduce durante la juventud y comienza a crecer de forma notable a partir de los cuarenta años, para decrecer antes que en el caso de los hombres, a partir de los 60.

El gráfico permite diseccionar no sólo por grupo poblacional y por sexo, sino también por enfermedad. Así, es fácil observar cómo las enfermedades del sistema circulatorio son cada vez más comunes conforme nos hacemos viejos. Sin embargo, y tras el sorprendente pico de la infancia, superados lops 70 años es más improbable morirse de cáncer que con anterioridad. Al contrario sucede con las causas externas de muerte, que engloban toda clase de incidentes (accidentes, homicidios, suicidios), y que tienen su pico, sin excepción, en la veintena de todos los grupos.

Junto al cáncer, las enfermedades del sistema circulatorio causan más muertes que ninguna otra entre casi todos los grupos étnicos. En el caso de los blancos, representan el 32% de las causas mortales. En la gráfica, vemos cómo comienza a manifestarse a partir de la treintena, estabilizándose durante la madurez. A partir de la tercera edad, crecen exponencialmente.
En el caso de los nativos americanos la influencia de las enfermedades del sistema circulatorio en su mortalidad es mucho menor (24%), aunque también constante y progresiva a lo largo de sus vidas.

Las enfermedades congénitas son una causa de muerte más probable durante la infancia que durante el resto de la vida. Las infecciones y las enfermedades parasitarias alcanzan su pico de mortalidad entre los 30 y los 50 años tanto para hombres como para mujeres. Lo mismo se puede decir de las enfermedades relacionadas con el sistema digestivo.

Las enfermedades respiratorias afectan de formas muy distintas en función del grupo étnico. En el caso de los asiáticos y de los habitantes de las islas del Pacífico, representa el 8% de las muertes, y aumentan de forma notable en la recta final de sus vidas.
Sin embargo, el cuadro es bastante diferente si nos fijamos en el grupo étnico afroamericano. Las enfermedades del sistema respiratorio son muy relevantes durante la niñez, superando el 10% en ocasiones, y después se mantienen de forma más constante que en el caso asiático. Sin embargo, está dos puntos porcentuales por debajo.

A golpe de gráfico: si eres un varón blanco de unos veinte años de edad, lo más probable es que, de morir, lo hagas por una causa externa. Sin embargo, ese mismo varón con sesenta años se enfrenta al cáncer y a las enfermedades circulatorias como causas de muerte más certeras. En el caso de los americanos nativos, la situación cambia: en la recta final de su vida, otras enfermedades, como las digestivas o las endocrinas, son mucho más probables que en otros grupos de edad, reduciendo la influencia del cáncer.

Cuadro general para los varones y las mujeres de etnia blanca. El cáncer y las enfermedades circulatorias son las causas de muerte más habituales durante la recta final de sus vidas.
Cuadro general para los afroamericanos. Se estabilizan las circulatorias desde la edad adulta, aumentan las enfermedades infecciosas, se reduce el cáncer y aumentan las relacionadas con los aparatos genitales.
Cuadro general para los asiáticos. Lo más llamativo, el aumento del cáncer, que supera en varios puntos porcentuales a nivel general a la de otros grupos étnicos.
Y finalmente, el grupo de nativos norteamericanos, con el cuadro más excepcional de todos. Aumentan mucho enfermedades que en otros casos no tienen tanta importancia, como las digestivas y las infecciosas, y también aumentan las causas de muerte externas entre los jóvenes.

También hay diferencias notables entre mujeres y hombres. Por norma general, la mortalidad de ellas está menos definida por los factores externos y más por las enfermedades de toda clase, siendo la diferencia muy notable especialmente en los primeros años de vida, alargándose hasta la veintena.

Cuáles son las causas más habituales de todos los varones estadounidenses según su grupo de edad. Los factores externos son muy importantes durante la juventud, pero decrecen conforme envejecen.
Por contra, las mujeres son más proclives a fallecer por culpa de las enfermedades durante su infancia y durante su juventud. También hay diferencias en cómo afecta cada una de las enfermedades. Por ejemplo, las mentales tienen más importancia que en el caso de los hombres.

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