Ni Call of Duty, ni GTA: el juego más vendido digitalmente en su mes de lanzamiento de la historia Es un cuqui simulador de vida en el que la fuente de mayor estrés a la que te puedes enfrentar es cazar tarántulas. Animal Crossing: New Horizons es, ahora mismo, El Sitio en el que hay que estar.
Bonitas, bonitas casas: el simulador consiste básicamente en gestionar tu propia isla y crear una comunidad alrededor de ella. Como los Sims, vaya, y por eso mismo una parte importante de los jugadores pertenece al nicho estético, más preocupados por aplicar las infinitas opciones de customización que te da el editor a crear maravillas de la arquitectura, recreaciones de referencias culturales famosas, espejos de su propia alma.
Así que ya han llegado las inesperadas oportunidades de negocio: Olivia, una firma británica de diseño y con web de artículos del hogar, ha decidido ampliar su repertorio de paquetes de decoración de interiores para trasladarlo al nintendero espacio virtual. Por 40 libras la hora podrás lograr “el feng shui virtual perfecto”: se pasean por tu isla, aplican su inteligencia escenográfica y te dicen qué poner y qué quitar para dejarla digna de un catálogo de fincas de celebridades.
Un trampolín promocional para los estilistas: tal vez los de Olivia se decidieron por ofrecer este producto (así como truco para dar visibilidad a sus otros productos en tres dimensiones, de los de verdad) al ver lo que hicieron los de Queer Eye. En su cuenta de Twitter los Fab Five, miembros de un popular reality show estadounidense de “cámbiame” (que también está disponible en España por Netflix) se ofrecieron a vender gratuitamente tips especiales para tu casita en la playa.
En teoría, tú también puedes ganar dinero: según Olivia, la propuesta es bidireccional. Si crees que tienes un talento para sacarle el máximo partido a ese editor visual de Animal Crossing, puedes mandarles un correo mostrando algún portfolio con el que te contratarán para ofrecer ese servicio que venden.
Economías sumergidas derivadas: era cuestión de tiempo que estas modalidades de negocio de segunda vuelta llegasen al nuevo juego de moda. El mundo del gaming ya había pasado por presidiarios chinos farmeando perfiles en World of Warcraft o en andadores profesionales para el Pokémon Go. Sin salirnos tampoco del campo de la decoración, había quien daba clases para aprender a decorar tu auténtica casa usando el entorno de The Sims 4. Así que ya lo sabes, a golpe de chequera puedes hacer aún más fácil un juego diseñado para evitarte cualquier quebradero de cabeza. Es ya prácticamente como estar en el paraíso. O no.
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