¿Cómo representar la población de un país? La pregunta parece sencilla, pero no lo es tanto. Hay una respuesta evidente: en un mapa. Ahora bien, el modo en el que se diseña ese mapa puede ofrecer una información u otra. En Magnet hemos hablado de mapas de densidad demográfica en numerosas ocasiones, desde aquellos que indican las poblaciones gracias a cuánta luz emiten por la noche hasta aquellos que colorean los espacios de densidad de forma exacta.
Los mapas, eso sí, son contraintuitivos, incluso aquellos que no sólo representan el número en bruto (la cantidad de gente que vive en un lugar dado) sino el modo en el que se distribuyen esos números. Pensemos en España: es un país relativamente abundante en población, pero casi todos los mapas de densidad indican que está virtualmente despoblado en su mayor parte. ¿Es correcto, entonces, pensar que en España vivimos muy dispersos? Pues en realidad no.
Lo ideal, entonces, sería un mapa que permitiera observar el cuadro general... Y también el plano detalle. Y eso es exactamente lo que ha hecho Dan Cookson al dividir el continente europeo en casi dos millones de celdas de un kilómetro cuadrado de extensión. Un mapa que, desde lejos, ofrece una mirada en bruto de la realidad de cada país y que al mismo tiempo permite hacer zoom para saber, de forma muy exacta, cuánta gente vive en cada kilómetro cuadrado de Europa.
Cada casilla, además, está graduada en función de cuánta densidad tenga: si vive muchísima gente concentrada, se colorea en amarillo; si la densidad es medio-alta, en rojo; si es medio-baja, en tonos grisáceos; y si es nula, en blanco. El resultado es una cartografía casi perfecta de todos los rincones del continente. Mirando el mapa no sólo puedes hacerte una idea aproximada de cómo vive la gente, pongamos, en Pomerania, sino en cada rincón de cada pueblo de la región.
Los resultados son sorprendentes por esto mismo, su mirada es mucho más exhaustiva que la de otros mapas. El caso más extraño, ya decimos, es el de España: virtualmente en blanco si la miramos desde lejos, en comparación con la mucho más colorida Francia (el cambio de patrones de vivienda a un lado y a otro de los Pirineos es brutal) o las siempre anaranjadas (muy concentradas) regiones del norte de Europa, en torno al Rin. ¿Pero qué pasa si hacemos zoom?
Pues que descubrimos algo que ya comentamos en su día: en España vivimos muy dispersos, puede ser, pero en los lugares en los que vivimos lo hacemos muy juntos. Las ciudades españolas de tamaño medio o pequeño son mucho más densas (ocupan menos terreno) que las alemanas, las francesas o las británicas. En parte por la peculiaridad de nuestro urbanismo histórico (vivimos en pisos, no en casas), en parte por los modelos poblacionales medievales.
El ejemplo más evidente es Andalucía, donde viven 9 millones de personas y, pese a todo, el mapa es mayoritariamente blanco. ¿Qué sucede en cuanto se colorea? Que apenas hay cuadrados grises, son casi todos naranjas o amarillos. Mucha gente ocupando muy poco terreno, ciudades extremadamente densas y populosas enclaustradas en feudos poco extensos. Fruto todo ello de los avatares históricos de la Reconquista, que favoreció un asentamiento concentrado.
También del clima. En cuanto pisamos Francia Europa se transforma en un espacio verde repleto de aguas abundantes. Y mayoritariamente llano. Todo eso favorece comunicaciones más sencillas y rápidas que han permitido históricamente a sus habitantes disperarse más (hay menos penalización económica y social por vivir lejos de las urbes). Así, hay más celdas coloreadas, pero aquellas que están coloreadas son menos intensas (menos densas) que en España.
Por lo demás, las lecturas habituales sobre dónde se dispersa la población y dónde se concentra. Sigue siendo alucinante observar cómo los mapas de densidad dibujan casi a la perfección cordilleras montañosas como los Alpes o los Cárpatos, y cómo la población se va difuminando en blanco conforme escalamos latitudes hacia el norte. Son sólo países de la UE (datos recopilados desde 2011), pero merece la pena echarle un largo vistazo.