El ser humano lleva habitando, recorriendo y cargándose el planeta Tierra un montón de años, concretamente unos 12.000 años si hablamos del Homo sapiens. Y tras todos esos años aún no hemos tenido tiempo de descubrir las curiosidades de nuestro planeta, si bien las que nos quedan por conocer tampoco son demasiado accesibles. Hace poco por ejemplo nos daban a conocer qué podemos oír en las fosas abisales, concretamente el punto más profundo de la Tierra conocido hasta ahora, el abismo Challenger (10.900 m), en la Fosa Mariana (océano Pacífico).
Una grabación que tiene más valor por el hecho de haberla logrado que por los sonidos, entre los cuales se identificaron sonidos de ballena, terremotos e incluso barcos desde lejana superficie (algo que es posible grabar debido en parte a que la propia fosa actúa como una cámara de eco). Lo cual nos hace preguntarnos: ¿qué otros sonidos curiosos hay tanto en planeta como fuera que no conocemos? Necesitaríamos más de un artículo para incluirlos todos, pero éstos son algunos de los más curiosos y menos conocidos.
La música de la lava
Los volcanes siempre han sido un fenómeno geológico muy mainstream y, nunca mejor dicho, explosivo. Hay varios elementos en el estrépito que se oye cuando el volcán estalla, como las turbulencias y fricciones que crean los gases al acelerar por los distintos conductos así como los fragmentos de rocas y partículas que se mueven violentamente por ellos. Éste, por ejemplo, es el del volcán Arenal en Costa Rica.
Estos sonidos pasan de estar en un umbral por debajo de lo que los seres humanos podemos oír, entorno a los los 20 hercios (baja frecuencia o infrasonidos) hasta igualar la frecuencia de los motores de un Boeing 747. Y, ¿para qué se miden los sonidos de los volcanes? Según explica Robin Matoza en la web de la Universidad de Oregón, un investigador de la Universidad de San Diego (California), saber cómo se producen y desplazan estos sonidos puede ayudar a entender las propiedades de la columna de erupción.
El sonido de la destrucción
Los tornados es un ejemplo similar a las volcanes en cuanto a naturaleza, sonido y utilidad. Obviamente aquí también hablamos de turbulencias y de gases (el aire) moviéndose a altas velocidades, además de otros sonidos propios de la tormenta. En este audio escuchamos al físico Al Bedard, del Laboratorio de Tecnología Medioambiental de la Administración Atmosférica y Nacional de Estados Unidos, que explica qué uso se le da a los sonidos de los tornados.
Dato curioso: justo en el otro extremo, el de los infrasonidos (que recordemos ni siquiera podemos escuchar nosotros), también encontramos algo muy útil. Las aves sí son capaces de percibir estos sonidos, y lo que parece según los estudios que se están realizando es que esto les sirve para huir en dirección contraria al avance del tornado. Jon Hagstrum, geofísico de la U.S. Geological Survey, explica que aún se está estudiando de qué manera los pájaros pueden "predecir" las tormentas pero que los hallazgos de momento son muy significativos.
El curioso micromundo de los insectos
Si somos seguidores de la serie The Big Bang Theory puede que recordemos el episodio en el que Sheldon y Howard se baten en una atípica competición: determinar la especie de un grillo que invade el piso del primero. El reto surge porque difieren en criterio según el sonido que el insecto produce, adjudicando cada uno una especie distinta.
Esto tiene un evidente enfoque humorístico en el capítulo pero es toda una realidad: el canto del grillo, así como el de los insectos en general, es una herramienta para diferenciar la especie. Algo que movió al entomólogo norteamericano Sam Droedge a crear el proyecto Atlas of North America Calling Insects, que anima a contribuir captando el sonido de los insectos con nuestro smartphone.
Debido a la diversidad de los insectos, podéis imaginar la grandísima variedad de sonidos que existen. El propio Droedge, como cabe pensar, tiene una buena colección de la que recogen una muestra en Wired, algunos de ellos aún por identificar. Estos son algunos ejemplos de sonidos de insectos, concretamente de los saltamontes longicornio y Syrbula admirabilis.
Los animales jamás defraudan, y menos éstos
Correcto, esto no es ninguna localización curiosa, ni supone en muchas ocasiones el mismo reto que captar e identificar el sonido de un insecto. Pero hay animales, bien relativamente comunes u otros algo más particulares, que emiten sonidos llamativos y bastante graciosos. En la red tenéis muchas muestras de ello como por ejemplo en esta recopilación del Hufftington Post. Os dejamos con una maravillosa selección, con la rana de lluvia de Namaqua como broche final (lo entenderéis).
Otro dato curioso en relación a los sonidos de animales: éstos suelen ser la fuente para crear los sonidos de las criaturas fantásticas de las películas (combinados entre especies o con sonidos de objetos). Tenemos varios ejemplos en este artículo de la BBC, que cita entre otras a la película Godzilla de 2014, en el que se combinaron sonidos de globos, zapatos y un rebuzno de asno entre otras cosas, y de la archiconocida Jurassic Park, en la que con el sonido de un cocodrilo, un tigre y un bebé elefante (ralentizado) se creó el rugido del tiranosaurio.
El espacio es espectacular y el ser humano también
Se habla mucho de los telescopios y de las potentes lentes que éstos usan pero no tanto de los sonidos que los científicos llevan captando durante mucho tiempo, si bien es cierto que es mucho más difícil identificar la fuente de los audios en este caso. Se trata por ejemplo de ondas de radio de 10 milisegundos, captaciones que se achacaban a eventos singulares más allá de nuestra galaxia pero que recientes estudios incitan a pensar en orígenes extraterrestres, con toda la connotación de la palabra.
Según leemos en The Independent, estos sonidos (que denominan fast radio bursts, "ráfagas de radio") no siempre provendrían de sucesos aislados como explosiones estelares, sino que en algunos casos se trataría de una misma fuente que emite sonidos de manera repetida. Hablan incluso de un patrón de emisión, algo que pone en bandeja que resurja la hipótesis de una tecnología alienígena.
Las ráfagas de radio (FRB) no pueden tener un origen en una explosión. Así que, o hay alguna extraña coincidencia o puede que haya diferentes tipos de FRB.
No obstante, en News Discovery recogen la opinión de otro grupo de investigadores, concretamente el equipo liderado por Peter Williams del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsoniano que discrepan, opinando que se trata de audios procedente de un gran agujero negro, explicando que otros equipos no han considerado este origen en sus conclusiones.
La NASA, por su parte, puso a disposición en su web lo que denominaron en broma como "sonidos de Halloween", por el curioso resultado de las ondas que captó la sonda Cassini de varias localizaciones en el espacio. En concreto aquí nos adjuntan los audios correspondientes a Urano, la Tierra, Júpiter y Ganímedes, uno de sus satélites, y el resultado es bastante curioso (se acaba entendiendo entiende esa alusión a Halloween).
La traducción de las ondas electromagnéticas espaciales a audio da estos "sonidos" espaciales que resultan algo escalofriantes, y encontramos más muestras en la red. Tenemos, por ejemplo, los de los anillos de Saturno, Neptuno o Miranda (un satélite de Urano).
No es extraño que esto saque a ese Mulder que hay en nosotros y que alimente las teorías de inteligencias extraterrestres, como la posibilidad de que haya una base secreta alienígena en el cometa 67P (una idea que los ufólogos aportaron tras oír el "sonido" de dicho cometa gracias a la sonda Rosetta). ¿Y si los graciosos sonidos de Júpiter son de algún patio de vecinos alienígena? La verdad no está siempre ahí fuera, pero los ruidos curiosos sí.
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