Utilizar diariamente Facebook afecta a las emociones negativamente. Por el contrario, desactivarlo de nuestros teléfonos mejora los niveles de satisfacción con la vida y reduce los síntomas de depresión y ansiedad. Sin embargo, y a pesar de las evidencias de varios estudios, la red social de Zuckerberg cuenta con 2.400 millones de usuarios activos cada mes.
El estudio. La Universidad de Stanford ha llevado a cabo una investigación para medir los efectos psicológicos derivados de integrar Facebook como un hábito más de la vida cotidiana. Para poder evaluar el nivel de adicción en el que se encontraban los participantes, la organización puso precio a la desinstalación de Facebook de sus teléfonos móviles. ¿Cuánto? Los más accesibles aceptaron cobrar 100 dólares y los más reacios a formar parte del experimento recibieron 180.
Durante 30 días, monitorizaron tanto las sensaciones de los participantes del grupo de tratamiento (los que abandonaron Facebook), como las del grupo de control.
Mayor satisfacción. Los usuarios que desactivaron Facebook de sus smartphones reportaron niveles más bajos de ansiedad y depresión y, en términos generales, una mayor satisfacción con la vida que el grupo que se mantuvo conectado. El propio estudio califica que los beneficios obtenidos equivalen a un 25-40% del efecto positivo de acudir a terapia psicológica. Esto viene derivado de que el tiempo que previamente era dedicado a Facebook, tras la desactivación, se invirtió en actividades del entorno offline como pasar tiempo con familia o amigos.
Efecto contagio. La reducción del uso de Facebook también trajo consigo una disminución del consumo de entretenimiento digital, en términos generales. El mero hecho de no entrar en contacto con el contenido que otros usuarios publican en sus respectivos muros, mantuvo a los participantes del experimento más alejados del uso de plataformas como Spotify oTwitter y, por ende, les llevó a disminuir el tiempo en el entorno digital.
Igualmente, el estudio detectó que la polarización ideológica de los usuarios disminuyó al abandonar Facebook. Para ser más exactos, los investigadores descubrieron que estar fuera del bucle informativo de la red social aumentaba la capacidad de entender las opiniones contrarias.
Idealización. En 2016, el Servicio Nacional de Salud británico compartía un estudio elaborado en Dinamarca que había llegado a la misma conclusión: el uso de Facebook afecta a las emociones negativamente. Entre otras cosas, porque consumir el contenido que suben las personas a las que seguimos fomenta la idealización de sus vidas y, lo que es peor, la comparación con la propia.
Soluciones. A raíz de conocer los efectos negativos de las redes sociales, ahora, la mayor parte de los teléfonos ofrecen la opción de limitar el uso que hacemos de las mismas. Así, todo aquel que solo quiera pasar diez minutos al día en Facebook, Twitter o Instagram tan solo tiene que configurarlo en su smartphone y tener la fuerza de voluntad suficiente para no cambiarlo una vez cumplido el tiempo diario.
De hecho, el 43% de los participantes del estudio anterior que se desactivaron Facebook, nueve semanas después habían conseguido reducir su uso en 12 minutos y un 5% no había vuelto a activarse la cuenta.
Imagen: Thought Catalog/Unsplash