Despidos, amenazas de cierre, fin de las ayudas: el drama de Ryanair en el aeropuerto de Girona

A finales de la pasada década, el Aeropuerto de Girona simbolizaba todo lo que Ryanair tenía de exitoso. Un personal de plantilla superior al centenar de trabajadores, un modelo de negocio que había revolucionado la aviación comercial en Europa, y más de cinco millones de pasajeros anuales subiendo y bajando de sus aparatos. Una década después, la imagen es muy distinta. Ryanair seguirá en Girona. Pero lo hará quizá sin ayudas y con su imagen pública muy deteriorada.

¿Qué ha pasado? Que durante el mes de noviembre la compañía abrió un proceso de negociación con sus 160 empelados en Girona, una de las principales bases de la aerolínea en el sur de Europa. Les planteó dos opciones: o el cierre de operaciones en la provincia o un recorte sustancial en sus derechos laborales. Los trabajadores debían pasar a ser "fijos discontinuos", perder su antigüedad y pasar a una categoría laboral peor pagada.

Negociación. La oferta de Ryanair fue tildada de "coacción" por los sindicatos. En esencia, la compañía amenazaba con un escenario catastrófico si sus empleados no aceptaban despedirse de su antigüedad, con todo lo que ello conlleva, y marcharse al paro tres meses al año, reduciendo su nómina a tan sólo tres trimestres. En última instancia, y pese al rechazo de un puñado de empleados que se irán a la calle en enero, el grueso de la plantilla firmó.

Subvenciones. Sucede que Ryanair ha operado desde Girona gracias a un generoso contrato de ayudas pactado con la Generalitat de Catalunya desde 2003. La aerolínea, al igual que en otros aeropuertos de Europa, varios de ellos en España, atraía "turismo" y generaba puestos de trabajo a cambio de subvenciones directas. En Girona se embolsaba €8 millones anuales. En total, el gobierno catalán ha entregado €60 millones a Ryanair para que opere desde allí.

Cambio de criterio. ¿Qué sucede ahora? Que la Generalitat tantea retirar las ayudas. La Comisión Europea desea reducir las emisiones comunitarias a cero, y la industria aeroportuaria es una de las más contaminantes. Una forma de hacerlo es retirando las subvenciones directas para que algunas aerolíneas operen en determinados aeropuertos, el modelo de Ryanair para instalarse en ciudades pequeñas como Charleroi, Bérgamo o Girona.

En su lugar, la Generalitat desea abrir un concurso público para acceder a las subvenciones y operar desde Girona, un aeropuerto en números rojos desde hace años. Esto es un problema para la base de Ryanair en la ciudad, dado que hasta ahora negociaba individualmente las ayudas con el gobierno. Ahora tendrá que competir en abierto.

Canarias. Diez años después, Girona representa la crisis de Ryanair. Los cierres y los procesos se han convertido en la actualidad de la compañía durante el último lustro, fruto de la competencia de otras aerolíneas low-cost. En España, sin embargo, la peor parte se la llevan las islas Canarias: Ryanair ha retirado sus dos bases allí sin siquiera ofrecer peores condiciones a sus trabajadores. ¿El fin de la década prodigiosa de Ryanair? Parece que sí.

Imagen: Ferad Zyulkyarov/Flickr

Newsletter de Xataka

Suscríbete a "Xatakaletter", una forma distinta de informarte cada semana de la actualidad tecnológica hecha con pasión por el equipo de Xataka.

Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com

VER 0 Comentario

Portada de Xataka