Hay ahora mismo más de 36.000 firmantes que están a favor de cerrar el canal de Álvaro Reyes, uno de los mayores representantes de la seducción científica en España. Esto es lo que dicen en el Change.org abierto para esta misión:
Álvaro Reyes se dedica a enseñar a otros hombres heterosexuales cómo acosar a mujeres en espacios públicos para intentar conseguir sexo con ellas, impartiendo talleres y vendiendo libros al respecto. Reyes enseña a no aceptar nunca un "NO" por respuesta. Para él, el rechazo es transitorio. Otra de sus enseñanzas fundamentales gira en torno al control dominante que los hombres heterosexuales deben tener en las situaciones y las relaciones. “Debemos sobrepasar los límites establecidos para tener éxito con una chica. Nunca preguntes si puedes hacer algo, hazlo sin más”.
Como vemos, lo que se apunta en ese extracto es a una política en favor del abuso sexual de las mujeres, y no es la primera vez que Reyes se enfrenta a acusaciones de perpetuar la cultura de la violación entre los adeptos a sus prácticas, pero no estaría de más saber cuál es la teoría y terminología que manejan estos "potenciales acosadores".
Con una mezcla de técnicas de autoayuda, nociones de psicología enfocadas a la manipulación y algunos principios del márketing aplicado al ligue, los gurús de la seducción han creado un universo de jerga y experiencias propias que pretenden englobar y dominar todo el campo de la conquista femenina, capacitando, según sus cursos, a todos los hombres que apliquen estos simples conceptos, a lograr su objetivo último: acostarse con todas las mujeres que deseen. Este es un breve glosario que nos permitirá comprenderlos mejor:
Ese glosario seductor:
MDLS: Maestro de la Seducción. El título que se ponen los gurús que han alcanzado el completo manejo en la seducción científica, pero también rango que se pone a los aprendices cuando han conseguido dominar las artes de conquista bajo estos métodos. Otros términos similares son artista venusiano o PUA, del inglés Pick Up Artist.
TB: Tía Buena. Acompañado de un número, el grado de atractivo del cuerpo de un potencial objetivo. Todas las mujeres son un número en esta escala. Una TB10 es lo más alto a lo que se puede aspirar, y algunos seductores pueden liarse con una TB5 y sentirse algo decepcionados por sus dotes de ese día. Sin embargo, y como ya han indicado algunos MDLS como Mario Luna, no es sólo importante el lugar del físico de la mujer dentro del baremo. Si al seductor la chica le pone, conecta sexualmente con él, le dice guarradas en la cama, etc, deja tanto de ser importante su puesto como TB. El que manda sobre si una tía merece la pena o no, es el seductor.
DDN: Destructor de Novio. Si la chica objetivo tiene pareja, un DDN será toda aquella práctica empleada para conquistar a la que se encuentre en esa situación y opte por acostarse con el seductor.
Sargear: ligar o seducir a una mujer. Salir a sargear es salir a ligar. También sargeo y sargeador.
IDI: Indicador de Interés. Signos que revelan que una mujer está interesada o se siente atraída por un hombre. Por lo general son pequeñas pistas que la mujer le da al hombre consciente o inconscientemente. Podrían ser IDIs que ella le agarre la mano con fuerza, que diga algo positivo de él o que mire con atención sus ojos.
Nega: lo contrario del IDI y gestos que deben aplicar los hombres para hacer que la mujer no se confíe y no piense que está dispuesto a todo por ligársela. Que el hombre no se humilla y que es él quien tiene el poder. Un nega suele funcionar como piropo envenenado, por ejemplo: “¿Tan guapa y tan solita? ¿Es que tienes alguna tara oculta?” o “Bonito vestido. Lástima que no te pegue nada”.
Bloqueador: persona que acompaña a tu objetivo y que hará todo lo posible por que no pases tiempo con ella. Como bloqueadores pueden actuar un amigo del MDLS, un extraño o las amigas que rodean a la presa y evitan que se pueda acceder a ella.
Daygame real - Besos Express con Álvaro Reyes from Álvaro Reyes on Vimeo.
Ala: compañero del seductor que va con él como ayuda para conquistar a la chica. Un ala puede encargarse de distraer a los bloqueadores o hacer todos los negas y quedar como un chico menos atractivo que el seductor principal.
Distorsión temporal: término que proviene originalmente del mundo de la hipnosis, aquí se aplica como técnica usada por los seductores para que su objetivo tenga la sensación de pasarlo bien con él, como si se conocieran desde hace mucho tiempo y no sólo unos minutos, por el cual será más fácil que ella baje sus defensas y el MDLS pueda seducirla.
Daygame: artistas de la seducción que sólo practican durante el día, lo que se tiene como mucho más difícil por ser en lugares y momentos menos propicios a la búsqueda de encuentros sexuales.
Pavoneo: accesorios sexuales. Ropa y complementos llamativos (una chaqueta naranja, unas uñas pintadas de negro, lo que quieras) que hacen que a tu llegada al espacio de sargeo las chicas presten atención a los MDLS y les hagan más interesantes.
Retocar: modificar el punto de vista de alguien sobre una idea o una situación.
Empuja Y Tira: técnica empleada para aumentar la atracción que siente la presa hacia el seductor. Es importante crear una escalada de la tensión, un juego, que consiste en mostrarse interesado por la chica en algunos momentos seguido de estadios en los que el MDLS pasa de ella. Se puede practicar el Empuja y Tira a corto plazo (en una misma frase) o a largo plazo (ser majísimo después de la primera cita por Whatsapp y luego no contestar los tres días siguientes).
DR: o defensa de reputación. Es el habitual comportamiento de algunas mujeres que ponen barrera al encuentro sexual (o se arrepienten del mismo) por la presión de la sociedad al qué dirán si decide acostarse con un hombre en la primera cita. Los MDLS harán todo lo posible por evitar que esta imposición moral cale en sus objetivos, al menos hasta que hayan obtenido lo que los seductores desean.
Escudo: respuesta defensiva que usa una mujer para rechazar a un extraño que se aproxima a ella. Aunque su reacción ante una frase de entrada pueda ser brusca, eso no significa necesariamente que la mujer sea desagradable ni que sea imposible entablar una conversación con ella. Puede que se trate simplemente una muestra más del ritual habitual de cortejo en la que se espera que el hombre se gane a la mujer, o tal vez sea la DR actuando. Por eso el seductor deberá seguir insistiendo.
RUH: o resistencia de última hora. Después de haber conquistado a una mujer y de que ella haya demostrado interés por el hombre, puede ser que el objetivo ponga excusas y evite que el encuentro sexual aumente en intensidad evitando, por ejemplo, que se le quite el sujetador o los pantalones o, ya en la recta final, que se la penetre. Lo mejor sería no insistir para no caer en la violación, mostrar que que el MDLS no está tan interesado en el sexo y retirarse de inmediato.
Tras la teoría, los que la practican
Todos estos términos provienen de El Método (The Game), libro de Neil Strauss, quien popularizó el mundo de la seducción científica al ver cómo su supuestamente autobiográfica obra se convertía en un best-seller en 2005 en Estados Unidos y en 2008 en España. Es a través de estos preceptos básicos que pivotan muchos conceptos análogos que usan Álvaro Reyes, Mario Luna o David del Bass, entre otros, en sus manuales de seducción adaptados al mercado español.
Aunque cada uno tiene sus métodos, son las ideas que recogía Strauss directamente de los Pick Up Artists norteamericanos en esta Biblia de la conquista la base de este corpus teórico aplicado del ars amandi. También es el libro del que Andrés, estudiante de psicología santanderino, sacó toda la información para dedicarse a practicar la seducción científica durante unos años.
Como le pasó a Neil Strauss, quien ha declarado recientemente arrepentirse de haber defendido esa clase de estrategias (“Si me preguntas hoy en día, te diré que cualquier cosa que implique manipulación o que te obligue a obtener resultados como sea no es definitivamente nada sano”, llegó a decir), Andrés tampoco repetiría la experiencia que vivió en aquel tiempo.
"Estuve investigando y practicando esta disciplina unos tres años", nos cuenta, "cuando todavía estaba en pañales en nuestro país. A raíz de esta lectura de The Game la curiosidad me llevó a investigar más y a trabajar con manuales específicos de distintos autores".
Autoimagen y misoginia
Parte de su cansancio, nos dice, vino promovido por el panorama nacional de los seductores, precisamente gente como Álvaro Reyes. "supongo que en parte el ver la proliferación de esta disciplina malinterpretada por norma general, y convertida en algo cada vez más casposo y superficial me hizo abandonar cualquier nexo con el mundillo. También el hecho de que a diferencia de EEUU, en España los pioneros y los autores que más éxito han tenido tienen un perfil totalmente ajeno a la aplicación constructiva o a una visión profunda de este tema. Aquí han triunfado los más garrulos, se podría decir que la élite de la seducción, al menos en ese momento, en España era un sucedáneo del panorama internacional".
¿Y por qué esta ciencia amatoria tiene tanto éxito entre los jóvenes? Para Andrés, una de las causas podría estar en algo que va más allá del sexo o la conquista. "la psicología de la seducción se compone de una mezcla de claves conductuales, cognitivas, sociales, emocionales y también sexuales, que están enfocadas a conseguir éxito y estatus. Aunque es evidente que el interés de la mayoría de las personas que se introducen en ello es por el éxito sexual, este se debería acabar convirtiendo en un objetivo secundario. Al final es todo una especie de coaching social".
Pero esto llevaría, con el tiempo y la práctica, a una suerte de sociopatía, desvincularse emocionalmente con los demás, especialmente las mujeres. "Se empieza a influir en la manera de relacionarse con uno mismo y con los demás. Lo demás es periférico, que lo uses para hacer amigos, ligar, mejorar tu autoimagen o camelarte a un público en sociedad, eso depende de la profundidad con la que te plantees ese conocimiento", resume Andrés, que también ve ese potencial "caldo de cultivo para la misoginia" de la que dan cuenta los detractores de la seducción científica. "La mayoría de estos autores son unos resentidos que transmiten una idea de estatus a través del sometimiento social de la mujer, y esto es incompatible con respetar a un igual".
"En el momento en el que te importe un mínimo la persona con la que estás tratando, ves las líneas que tiene sentido y que es moral cruzar y las que no", sentencia Andrés. "A día de hoy no volvería a repetir todo aquello, ni de coña".
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