Hubo un tiempo no lejano en el que la industria de la música gozaba de un esplendoroso presente gracias a las copias físicas. Millones de discos se vendían anualmente empaquetados en pequeños CDs, acreedores de una enorme rentabilidad para las discográficas. Hoy, como sabemos, la realidad es muy distinta: el streaming supone ya la principal fuente de ingresos de la industria, y en el camino el ecosistema musical que conocíamos ha saltado por los aires. Para bien y para mal.
Pero eso no significa que no se vendan discos. O que no sean importantes.
Al #1. Aún se venden copias físicas. Y ahora mismo nadie está vendiendo más copias físicas en España que Angelus Apatrida. Si no los conoces y el nombre te suena más a salmo cristiano que a un grupo de música, no te preocupes: es normal. Angelus Apatrida se dedican al thrash metal, una de las variantes más pesadas, rápidas y agresivas de los géneros extremos del rock. Su disco homónimo, el séptimo desde que iniciaran su andadura hace dos décadas, es esta semana el más vendido de España.
Lo excepcional. El hecho es interesante por varios motivos. Primero por lo excepcional. No es habitual que grupos lindantes en los sonidos más extremos del metal permeen en la esfera pública, entre el público general. Angelus Apatrida comparten top ten con Bad Bunny, Ozuna, Aitana, Anuel, Antonio Orozco, Dua Lipa o Pablo Alborán. Por más que rebusquemos en las posiciones bajas de la tabla (The Weekend, Taburete, Rozalén, J Balvin, David Bisbal) cuesta encontrarles acomodo.
Contemplar el chart de discos más vendidos este mes equivale al clásico ejercicio de una clase de Lengua en Primaria: Identifique qué palabra no pertenece a la misma familia: pera, manzana, naranja, plátano, tornillo.
Lo decidor. ¿Una anécdota sin importancia? He aquí la segunda lectura importante del fenómeno: Angelus Apatrida ilustran una forma de consumo musical muy alejada de los medios de comunicación y de las plataformas comerciales, pero de intensa fidelidad a pie de calle. En un tiempo en el que los artistas han perdido poder (el poco que tenían) dentro de la industria por culpa del streaming, la única forma de sostener sus carreras lejos de los grandes focos es apelando a la comunidad. A sus oyentes.
¿Nos quieres? Apóyanos. Pocas redes de seguidores están tan movilizados y comprometidos con sus ídolos como la metalera. El improbable éxito de Angelus Apatrida encabezando el listado de discos más vendidos se explica por ahí. Ellos mismos son conscientes:
No nos lo podemos creer. Este es un paso de gigante no sólo para nosotros, sino para la totalidad de la escena metal de este país. No salimos en la radio ni en la televisión, no aparecemos en ningún medio de comunicación relevante, pero somos capaces de llegar a lo más alto gracias al duro trabajo de un gran equipo y a aquellos apasionados por la música heavy metal; miles de vosotros nos habéis ayudado en llegar tan lejos comprando o escuchando nuestro disco. Sois los mejores. Gracias por colocar al metal donde pertenece.
La dinámica. El éxito de Angelus Apatrida es la externalidad positiva de una dinámica a gran escala presente ya en todas las industria culturales de nuestro tiempo. La del fan hipermovilizado y radicalizado. Lo vimos a cuenta de Charlie D'Amelio, BTS o GameStop: los compartimentos estancos de Internet y la horizontalidad de las redes sociales ha generado comunidades muy afines, muy movilizadas, muy tribales y muy capaces de encumbrar o arrastrar por el fango a sus artistas favoritos o supuestos enemigos. BTS y su "Ejército", tal y como se autobautiza su legión de seguidores, sería el ejemplo paradigmático.
Aprovechando. Este proceso puede ser tóxico en muchos aspectos, pero también puede permitir a pequeñas comunidades organizadas cosechar éxitos como el de Angelus Apatrida. No por casualidad el único grupo que pudo destronar a Taylor Swift durante el lanzamiento de Love, uno de sus discos, fuera... Tool, enseña del metal vanguardista. Aunque para el caso de Tool la expectación histórica y su relevancia dentro de la escena les colocara al margen de cualquier otro ejemplo.
Angelus Apatrida no son una misteriosa banda de culto que lleva años sin publicar un nuevo trabajo. Sólo son un grupo de Albacete que toca muy pero que muy bien el género que les apasiona y al que le han entregado parte de sus vidas. Sus seguidores les han correspondido. Y algo tan sencillo como esto es un pequeño rayo de esperanza para todos los grupos al margen de las plataformas de promoción mediáticas.
Imagen: Donostia Kultura
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