Los Ortega, además de ser accionistas de Inditex, han construido discretamente un imperio inmobiliario por valor de miles de millones
Los beneficios de Inditex han permitido que, desde 2013, la familia Ortega monopolice las dos primeras posiciones de la lista de personas más ricas de España. Amancio Ortega se mantiene en la primera posición a base de acertar en sus inversiones. La segunda posición ha cambiado de manos, pasando de su esposa, Rosalía Mera, a su hija, Sandra Ortega Mera, que ha conseguido incrementar considerablemente su patrimonio con un curioso negocio del que ha hecho partícipe a su padre: alquilar hoteles a los hoteles.
De tal palo, tal astilla. Es de sobra conocida que Amancio Ortega es un millonario atípico que ha mantenido un hermetismo absoluto en torno a su vida privada, y no es una persona que se deje ver en actos públicos o conceder entrevistas. De hecho, se sabe más de su vida y fortuna por los balances de sus empresas que por declaraciones a medios pese a que no debe ser fácil atesorar una fortuna estimada de 77.300 millones de dólares y no llamar la atención.
Sandra Ortega Mera ha heredado el mismo gusto por la privacidad y ha conseguido mantener el mismo hermetismo en torno a su persona que su padre. Sin embargo, ha dejado que sus inversiones hablen por ella. Con una fortuna estimada de 6.900 millones de dólares, Sandra Ortega es la segunda fortuna más grande de España y ocupa el puesto 344 en la lista Forbes de personas más ricas del mundo en 2023.
El olfato de los Ortega para el ladrillo. Pese a que la gallina de los huevos de oro de los Ortega continúa siendo Inditex, la familia ha diversificado su negocio con distintas ramas. Amancio creó la sociedad Pontegadea, a través de la cual ha canalizado la reinversión en ladrillo de los miles de millones de dólares en dividendos que obtiene de Inditex cada año. En el ejercicio de 2023 se estima que el empresario recibirá unos 2.217 millones de euros por este concepto, que irán a parar íntegramente a la cuenta de inversiones de Pontegadea para seguir ampliando su cartera de edificios de oficinas.
Por su parte, la hija mayor del millonario ha incrementado su fortuna invirtiendo en el sector turístico y hotelero a través de la sociedad Rosp Corunna. Sandra Ortega, al igual que su padre, ha encontrado un filón en el negocio de los alquileres inmobiliarios para otras empresas, aunque su preferencia no son las oficinas.
Rosp Corunna sigue los pasos de Pontegadea. Pontegadea se ha hecho popular como el casero de las big tech en medio mundo. Destacan la sede de Amazon en Seatle, las oficinas de Facebook en España o las Apple Store de Barcelona, Valencia, París, Miami o San Francisco.
Rosp Corunna parece seguir la misma senda marcada por Pontegadea. En lugar de a las grandes tecnológicas, Sandra Ortega se ha convertido en la casera de las principales cadenas hoteleras, gracias a la variedad geográfica de su cartera de inversiones. Entre sus inquilinos se encuentran cadenas de la talla de Barceló, Palladium, Crestline Hotels & Resorts, The Standard o NH Hoteles. Uno de los alquileres más polémicos ha sido el de los hoteles de la cadena Room Mate en Miami, Nueva York y Barcelona por el litigio que mantuvo con la cadena fundada por Kike Sarasola por impago.
La excepción portuguesa. Ambos instrumentos de inversión mantienen una estrategia de inversión similar, pero ambas gestoras han seguido caminos muy diferentes. Sin embargo, a veces coinciden sus intereses. La especialidad de Pontegadea son los edificios corporativos y de lujo pero parece que la inversora inmobiliaria de Amancio Ortega se ha acercado un poco más al negocio de su hija en Portugal. Además de un par de centros comerciales en Lisboa, Pontegadea cuenta con diez edificios que funcionan como hoteles: ocho arrendados a la cadena Accor, uno a NH y el último a Iberostar.
Sandra Ortega también hace gala de la excepción portuguesa en su modelo de negocio y en lugar de alquilar edificios, parece dispuesta a desarrollar un polémico complejo turístico en la península de Troia, frente a las costas de Setúbal que ha levantado ampollas entre los ecologistas de la zona. El proyecto incluye un ecoresort de cinco estrellas con instalaciones deportivas y de ocio. Rosp Corunna compró en 2021 las 98 hectáreas donde se va a desarrollar el proyecto por 50 millones de euros, y la inversión final será de unos 200 millones más con los que se crearán 300 empleos en la zona.
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Imagen |Pexels (Anete Lusina), GTRES
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