Disney tiene derecho a construir una central nuclear en Disneyworld. Aún no lo ha hecho (aún)

Si hay algo que a Disney no le ha faltado nunca es poder. Uno tan grande que le ha permitido en el estado de Florida hacer y deshacer cuando le viniera en gana. Desde que el bueno de Walt comenzó las obras de su parque temático en Orlando en los años 60, ha ejercido un poder político enorme. Con todos los recursos y la ley a su favor, usó su influencia para asegurarse de tener aún más control. Sin embargo, Disney no podía llevar a cabo su mágico sueño sin el permiso del gobierno de Florida para ser autónomo. Lo que necesitaba era en realidad su propio municipio privado.

Y lo consiguió. Florida creó el gobierno privado de Disney y le otorgó todo tipo de poderes: desde construir caminos y drenajes, recaudar impuestos, emitir bonos y tener servicios de emergencia, privilegios que sólo están reservados para el gobierno de un condado. Hemos hablado de ello en Magnet con anterioridad. Una jurisdicción en el Distrito de Mejoramiento de Reedy Creek con sus propias leyes. Incluso tiene el poder, por ejemplo, de crear su propia fuerza policial, aunque hasta ahora no lo haya hecho.

Pero no sólo eso, también permitió a la empresa construir cosas que en el futuro pudiera usar, como un aeropuerto o una central energética. De hecho, una ley promulgada en 1967 hace totalmente legal que la empresa construya y opere un reactor nuclear en su propiedad. No nos extraña. En aquella época, las tecnologías verdes no tenían mucho peso.

¿Construirá Disney alguna vez una central nuclear?

No.

Bueno, al menos las posibilidades de que lo haga son mínimas. En realidad, según su plan futurista, la empresa quería entonces que su ciudad de magia y color fuera autosuficiente, y la energía nuclear era en aquellos años un buen punto de partida. Recordemos que entonces la nuclear recibía mucho apoyo y Einsenhower había lanzado la iniciativa de Atoms for Peace. Disney incluso publicó un libro llamado Nuestro amigo el átomo en 1956.

Pues bien, ya que la compañía ha acariciado la opción nuclear con sus dedos tanto tiempo. ¿Es necesario hoy en día derogar dicha ley? Recientemente, ha habido rumores en la política de Florida acerca de cambiarla. El senador Víctor Torres defendía que un espacio familiar de vacaciones no es lugar para una cosa así: "No creo que Disney construya nunca una central nuclear, no lo anticipo, pero solo quiero evitar que ocurra algo así, punto", explicaba en una entrevista en 2019.

Hay prácticamente 0 posibilidades de que Disney se pusiera manos a la obra con una planta nuclear. Primero, porque ensuciaría la imagen de la compañía, que se esfuerza tanto por mantener. Y la energía nuclear no tiene buena reputación que digamos. Segundo, es mucho más probable que Disney preferiría acercarse a opciones energéticas que el público vea con mejores ojos. Es decir, renovables.

De hecho, Disney World está tratando de volverse verde con los años. El espectáculo del castillo de Cenicienta de 170.000 luces ha sido modificado a iluminación LED, reduciendo la cantidad de energía usada. Han estado construyendo una granja solar (en forma de Mickey Mouse, claro) con nada menos que 48.000 paneles solares.

Recordemos que los costes operativos anuales de Disney World superan los 10.000 millones y requieren más de 1.000 millones de kWh de electricidad. No es que Disney World no utilice actualmente energía nuclear. Florida tiene cuatro reactores nucleares en dos plantas administradas por NextEra Energy que generan alrededor del 12% de la energía del estado.

“Si Walt hubiera construido un reactor o no, está en debate”, explicaba Christian Moran, director del documental Great Big Beautiful Tomorrow: The Futurism of Walt Disney. "Para los años 70, las tecnologías solares ya estaban llegando al punto en que él habría comenzado a investigarlas… No creo que Walt hubiera seguido adelante con una central nuclear. Creo que simplemente se estaba dando opciones a sí mismo". Y el coste de construir una además es de miles de millones.

También pidieron y se les dio la autoridad para fabricar bebidas destiladas, que tampoco encaja con la imagen de Disney. Y no lo hicieron nunca.

Todos estos poderes de los que goza Disney se deben a su distrito especial creado en 1967, que exime a Disney de una serie de regulaciones y ciertos impuestos y tarifas. Ha permitido que la compañía administre sus parques temáticos y resorts en el estado con poca burocracia durante más de 50 años. Gracias a ello ahorra decenas de millones de euros al año. Hace unas semanas, en Magnet contamos cómo el Senado de Florida aprobó un proyecto de ley para eliminar ese distrito fiscal especial.

Incluso hay otros beneficios valiosos que Disney recibe del estado que los legisladores no han abordado aún. Uno es una exención fiscal de 570 millones que Florida ofreció a la empresa para trasladar a unos 2.000 empleados al estado. La otra es una ley del condado de Orange que asigna impuestos a las habitaciones de hotel para promover el turismo. Hay que recordar que Disney emplea a casi 80.000 personas en el estado. El turismo en el área aporta 5.800 millones en ingresos fiscales locales y estatales anualmente. Hay que cuidar a Disney como sea. Incluso dándole una central nuclear (si la quieren).

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