Van ya más de 80 denunciantes contra los abusos de Harvey Weinstein. Y no está sólo. La osadía de estas mujeres se ha convertido en el acicate que la industria necesitaba: Dustin Hoffman, James Toback, Kevin Spacey… poco a poco vemos cómo el chantaje sexual es moneda de cambio corriente, cómo el mundillo ha hecho durante décadas oídos sordos ante los abusos y permitía que se diese este tipo de situaciones por el beneficio de estar en la órbita del poder.
Y aunque gracias a esta ola de concienciación están apareciendo ya nuevas denuncias en otros ámbitos, como está ocurriendo en los entornos musicales y periodísticos del mundo anglosajón, aún muchos nos preguntamos qué ocurre con lo de casa. ¿Son los abusos sexuales algo particular de Hollywood o tienen los profesionales del cine en España mucho que decir?
Son aún pocas las voces españolas que se han sumado a la denuncia, pero están ahí. Muchas gracias a un reportaje de Yo Dona, pero también en Lecturas y otros medios. La última, una actriz más que se suma a la denuncia por violación por parte del productor norteamericano.
Las españolas no han arrojado nombres, pero han apuntado al tipo de prácticas que han sufrido alguna vez. Son acusaciones sin agresor visible que no permiten aún romper el círculo de silencio, pero que son un acto de valentía que no debería caer en saco roto.
Aún sin nombre ni rostro, en España también hay acosadores
Aitana Sánchez Gijón, la ex presidenta de la academia del cine en España, denuncia en El Mundo el encuentro que sufrió durante un cásting: "alguien, cuyo nombre no recuerdo, me citó en un hotel para hacerme una supuesta prueba. Subí a esa habitación, no había cámaras ni nada, me dijo que la prueba me la haría otro día pero que quería estudiar ángulos de luz. Empezó a tocarme la cara, a colocarme el cuerpo y a aproximarse mucho. Me sentí fatal y me fui. […] Cuando se lo conté a otros compañeros me dijeron que era el modus operandi de ese tipo”.
Carla Hidalgo a la que has visto en 7 vidas, La que se avecina o la película Muertos de risa, cuenta cómo un “actor, director y productor español muy conocido" se encaprichó con ella, intentó que se acostase con él en uno de los viajes de trabajo y, al ver que Hidalgo se negó, utilizó su poder para evitar que le ofreciesen trabajos en la industria.
Ana Gracia, de Truman y Camino, ha contado cómo en una ocasión un “conocido director español” la encerró en su despacho y en otro momento se abalanzó sobre ella “pegando su cuerpo al mío de forma descaradamente obscena. […] Me dejó en paz porque se dedicó a acosar a la actriz protagonista, que estaba harta y desesperada”.
Luisa Martín, secundaria de oro de la televisión más conocida por su papel como la Juani en Médico de Familia, cuenta lo que le ocurrió en su época de estudiante con su profesor de arte dramático. “Di un respingo y dije algo así: Huy, ¿qué había aquí debajo? ¿Un bicho? Y seguimos trabajando. Por mi cara debió ver que no me hacía ninguna gracia”.
Bárbara Rey habla de un “director muy premiado” la acosó cuando tenía 20 años durante varios días. Al no soportarlo y dejar el proyecto su agente le reprochó su actitud, ya que, según él, iba a perjudicar a su carrera. También otro director acosó a Rey tiempo después, alguien vinculado a Televisión Española.
Del sobeteo a la violación: el derecho a pernada implícito para muchos
Maru Valdivieso, a la que reconocemos por haber trabajado en Los amantes del círculo polar o la reciente Verónica, se anima a contar una experiencia “de muchas”. Una prueba de cásting frente al escritor del libro en el que se iba a basar la película y en la que la obligó a pasar a su dormitorio y a desnudarse de cintura para arriba. Sólo la dejó marchar cuando ella prometió que volverían a verse en mejores circunstancias.
María Jiménez: “A mí también me follaron gratis” son las rotundas declaraciones de la cantante sevillana que se ha animado a denunciar su experiencia a raíz del caso Weinstein. “Había que haberlo denunciado antes pero ya ha pasado el tiempo, ya ha caducado”, dijo ante la prensa en la entrega de los Premios Escaparate. “Eso ha existido toda la vida y sigue existiendo. Ahora es peor porque las discográficas llevan el 75 % de los artistas”.
Yvonne Blake, la actual presidenta de la Academia de Cine, veterana diseñadora de vestuarios y antigua actriz, no ha tenido vivencias en suelo nacional, aunque sí denuncia lo que le ocurrió en el rodaje de una de sus primeras películas en Inglaterra. Recoge Huffington Post: “Un productor americano me violó. Él era una persona famosa y yo tenía miedo. Yo no podía decir nada a nadie. Fue horroroso. En esos años me daba vergüenza hablar sobre esto, sólo a mi más íntima amiga le hablé de ello”.
Leticia Dolera, visible activista del movimiento feminista, contó sus experiencias de acoso durante el rodaje de un par de títulos. En ellas el director de un largometraje y un actor y compañero de trabajo la manosearon sin su consentimiento. En uno de los casos, con el beneplácito de los presentes.
Los hombres también pueden ser víctimas del acoso. Rafa Mora, el famoso ex concursante de Hombres Mujeres y Viceversa, contó en Sálvame cómo un importante productor del país le pidió que se quitase la camiseta y el pantalón y que fuese después a su casa a cambio de favores laborales. Los mensajes no cesaron durante cuatro meses. Mora reconoció que alguna vez ha pensado cuánto habría cambiado su vida si hubiera aceptado aquel plan que le llegó ya en un momento de fama, y entiende que algunas personas, mucho más necesitadas, puedan aceptar estos abusos.
Paz de la Huerta protagoniza la última y más reciente denuncia de la lista. El mismo Weinstein habría violado a la actriz de origen español dos veces hace siete años durante el rodaje de la popular serie Boardwalk Empire. Según la policía que investiga el caso, esta denuncia podría acabar en condena, dada la fiabilidad del testimonio de la víctima, prolijo en detalles y consistente en su relato.
La indispensable labor de apoyo de los medios y la sociedad
Ha habido actrices españolas a las que se ha preguntado y han negado haber vivido situaciones similares, como es el caso de Blanca Suárez, Paz Vega, Elsa Pataky o Kira Miró, entre otras. Las hay como Maribel Verdú que, aunque sin anécdotas propias, sostienen conocer situaciones similares que le han ocurrido y le siguen ocurriendo a otras mujeres en este país, no sólo del mundo del cine.
De muchas de las declaraciones de las denunciantes que hemos citado se desprende el mismo mensaje: estas situaciones ocurren con más frecuencia de la que pensamos, pero es casi imposible superar el terror que se crea en torno a la denuncia del abuso. Y de ahí, el papel esencial de compañeros y medios de apoyar a quienes deciden romper con el sistema en busca de un entorno menos tóxico y más justo.
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