Dónde genera sus ingresos Google y dónde termina pagando impuestos en realidad

La Agencia Tributaria ha entrado hoy en las oficinas de Google en Madrid, en el contexto de una investigación sobre posible evasión fiscal. Google, evasión de impuestos, Europa. La historia es familiar y, de hecho, tiene precedentes cercanos en otros puntos del continente. La relación del gigante tecnológico estadounidense con la fiscalidad en otras partes del globo es, cuanto menos, especial, en una historia que se arrastra desde las primeras planas hasta las páginas interiores de los periódicos durante lustros. Hoy es Google, ¿pero en las oficinas de qué otro emporio digital entrarán los inspectores fiscales mañana?

No lo sabemos, así que hablemos de Google. En Xataka han contactado con la oficina española y esto es lo que han respondido:

Cumplimos con la legislación fiscal en España al igual que en todos los países en los que operamos. Estamos cooperando con las autoridades en España para responder a todas sus preguntas, como siempre.

Existe la posibilidad de que así sea. Pero para entender cómo funciona financieramente un gigante internacional como Google, con miles de empleados repartidos por todo el planeta y ganancias multimillonarias curso tras curso, quizá sea más útil acudir a algunos datos en crudo. Es decir, cómo genera beneficios Google en España (y en otros países del mundo en los que opera de forma similar), cuántos empleados tiene a su cargo, dónde paga los impuestos resultantes de los beneficios generados en el país de turno y por qué todas las grandes multinacionles digitales tienen incentivos para trabajar de igual forma.

Google en España: 7.000 millones de euros

La cifra anterior se refiere al impacto económico.

Tradicionalmente, Google había mantenido cierta opacidad voluntaria en sus cifras. En 2015, sin embargo, reveló algunos datos relacionados con su volumen de negocio en España. Las cifras,sobre el curso económico de 2014, fueron obtenidas por la auditora externa contratada por la compañía estadounidense, Deloitte. El número más notable resaltado por Google se refería al impacto que sus negocios tenían en la economía española: nada menos que 7.000 millones de euros (una cifra de volumen similar a la del fútbol, por ejemplo).

Es mucho dinero, pero es sólo una estimación basada en la utilización de productos Google por toda una serie de empresas y proveedores a lo largo de toda la geografía española. Si nos fijamos en la letra pequeña, sin embargo, observamos que la relación económica de Google con otras empresas se reduce a áreas de negocio muy estrictas. Como explican en El Español, Google Search y AdWords. Google, en España, genera la mayor parte de su negocio como proveedor de espacios publicitarios. Y dado que ejerce un cuasi monopolio sobre el sector, es una fuente de beneficios automática.

Sus volumen de negocio es igualmente impresionante: Google España facturó alrededor de 600 millones de euros sólo en 2014, todo ello contando con apenas 200 empleados repartidos entre la Torre Picasso y el Campus Google ubicado en pleno centro de la ciudad. Es una maximización total de la inversión: por cada empleado, Google es capaz de generar 3 millones de euros. Es un montón de dinero sólo para el 0,5% de sus 60.000 empleados mundiales. Técnicamente, según el Banco de España, podríamos hablar de la pyme más rentable del país.

Google y los impuestos: 33.000€ en año

Pero no lo es, claro, y eso le ofrece ciertas ventajas.

La principal, la que le ha puesto en los ojos de la Agencia Tributaria española. Por naturaleza, conocer el volumen total de evasión fiscal de una empresa cualquiera es complicado: son cifras oscuras a propósito, que escapan de la mirada de los controladores e inspectores. Sin embargo, sabemos cuánto pagan: en 2012, entre Google, Apple, Amazon, Facebook, Yahoo, eBay y Microsof, los siete imperios digitales y globales, ingresaron en las arcas del estado español poco más de 1.200.000 euros. Según El País, el año anterior, en 2011, Google había depositado 33.000 euros en la Hacienda pública (de unos beneficios de 38 millones).

Es poco dinero. El impuesto de sociedades en España está al 28%, tras la primera rebaja del actual gobierno (30%) y antes de la prevista en el futuro próximo (25%). Sin embargo, este impuesto, como vimos en su momento, es uno de los más complejos que existen, con múltiples variables que hacen que Google quizá no tenga que pagar el montante completo por criterios de doble imposición (la norma que impide a una empresa ser gravada por la misma actividad dos veces en dos países distintos). El gobierno ha tratado de evitar este problema a través del IVA: no está claro que le vaya a funcionar (o que Europa lo permita).

Las cifras de Google para España se conocen gracias a que las cuentas fiscales de las filiales internacionales son públicas y se depositan en el Registro Mercantil. Aún así, para hacernos una idea de cuánto paga Google en proporción a lo que pagan otras corporaciones europeas, en 2014 se supo que, fuera de EEUU, la tecnológica de Mountain View sólo destinó alrededor del 8% de sus beneficios al pago de impuestos (muy por debajo del impuesto de sociedades).

¿Cómo lo hace?

Google fuera de España: allí van los impuestos

Fácil: ¡con complejos trucos de ingeniería fiscal!

Lo vimos en su momento a propósito de los Papeles de Panamá: a través de técnicas conocidas como "el doble irlandés" y el "sándwich holandés". La primera es relativamente sencilla: las filiales de todas las grandes compañías tecnológicas estadounidenses son irlandesas (gracias al bajo tipo de sociedades de Irlanda, el 12,5%, a la cola de la Unión Europea). Allí crean dos empresas: una, la filial que opera y comercializa sus productos, con sede fiscal en Irlanda (la Google visible); otra, la que explota los derechos de propiedad intelectual, con sede fiscal en... un paraíso fiscal (la Google invisible, por así decirlo).

Paraíso fiscal, definición gráfica.

El dinero se mueve así: de Google España pasa a la Google irlandesa, que transfiere la mayor parte de los ingresos a la Google caribeña en concepto de derechos de propiedad intelectual. De este modo, la empresa de turno sólo abona una pequeña candidad de dinero a las arcas irlandesas. Si aún así desea evitarlo, tiene la opción del "sándwich holandés". En Irlanda, el impuesto de sociedades está exento para el pago de royalties a otras empresas europeas. Se crea una tercera empresa en Países Bajos que cobra por royalties de propiedad intelectual a la irlandesa y, finalmente, la irlandesa lo transfiere a la caribeña. Puro ahorro.

Entre 2004 y 2007, Google ahorró con este sistema 3.000 millones de euros en impuestos. La pregunta lógica es, ¿pero todo esto es legal? ¿No está Google al fin y al cabo generando esa actividad económica en España? Y en este momento, es en el que debemos volver a las declaraciones de Google a Xataka:

Cumplimos con la legislación fiscal en España al igual que en todos los países en los que operamos. Estamos cooperando con las autoridades en España para responder a todas sus preguntas, como siempre.

Al igual que en las empresas offshore de Panamá que terminaron con el ministro Soria dimitido, la elusión fiscal no es necesariamente delictiva. En Francia las autoridades fiscales han investigado hasta en tres ocasiones distintas durante los últimos cuatro años a Google (entrando, también, en su sede parisina muy recientemente), pero de momento la compañía se libra. La Comisión Europea ha seguido sus pasos, con similar éxito. Google está en el ojo del huracán, pero el problema, al margen de cuestiones legales, quizá se encuentre en la escasa armonización impositiva europea.

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