La guerra es el motor de muchas economías y, lamentablemente, el impulsor del desarrollo tecnológico. El desarrollo de drones, sistemas de vigilancia e inteligencia artificial son factores que pueden llevarnos a una nueva guerra fría (si no lo estamos ya) y, precisamente, desde hace unos años las armas láser han dejado de ser algo exclusivo de la ciencia ficción.
En 2014, la Marina de los Estados Unidos aprobó el uso de un arma láser experimental para atacar drones, helicópteros y patrulleras y hubo un plan para dotar a los soldados de Estados Unidos de armamento láser en 2023. En los últimos años, el armamento láser se ha vuelto algo relativamente común y pueden ser una contramedida para algo que estamos viendo en la guerra de Ucrania: los drones kamikaze.
Las armas láser. Aunque las diferentes potencias militares llevan años investigando la mejor manera de incorporar armas láser en sus equipos, este año hemos visto una verdadera explosión en este segmento. Un ejemplo es todo lo que hemos visto del DragonFire, un arma láser que, según el Ministerio de Defensa británico, puede acertar a una moneda a un kilómetro de distancia. Además, es muy barata, con un precio de sólo 11 euros por disparo.
En 2018, China presumía de tener un rifle láser capaz de carbonizar instantáneamente la piel humana, Estados Unidos ha invertido miles de millones de dólares en armas láser que ya están utilizando en combate y la propia Rusia tiene un cañón láser capaz de derretir un dron en cinco segundos.
Drones kamikaze. El problema de ese armamento láser que ya se está utilizando es que está pensado para drones de combate y reconocimiento. Es decir: vehículos no tripulados. El movimiento de estos vehículos puede ser predecible y también tienen un tamaño considerable. Lo que se están encontrando los combatientes en el frente ucraniano es que se están utilizando drones comerciales para realizar ataques suicidas.
Los dos bandos del conflicto están realizando ataques con drones comerciales y, mientras los ucranianos han encontrado una solución (drones con palos para atacar las hélices de los drones rusos), para Rusia estos drones siguen siendo un problema. Los hay de todo tipo: drones cargados con granadas que las sueltan cuando están sobre el objetivo, drones FPV que persiguen de forma precisa a sus objetivos en movimiento y otros que, directamente, van hasta arriba de explosivos y buscan tanques abiertos en el frente para colarse y detonar.
Deslumbradores. Rusia tiene en el campo de batalla algunos tanques armados con contramedidas, pero como demuestran todos los vídeos que han recogido desde The War Zone, estos drones están suponiendo un verdadero problema tanto para los blindados rusos como para otras unidades. ¿La solución? Cañones láser, pero no como los que estás imaginando, capaces de desintegrar un dron, sino láseres para cegar e inutilizar.
Estos láseres serían (reduciéndolo mucho) versiones más potentes de un láser comercial, pero con menos potencia que la que tienen esas armas capaces de derretir un dron. Se conocen como 'deslumbradores' y es un dispositivo más versátil y sencillo de equipar. Un ejemplo es el GLARE LA-9/P de la empresa B.E. Meyers que ya está en servicio en los buques de superficie de la Armada de los Estados Unidos. Cuenta con un deslumbramiento ofensivo de hasta 500 metros y un sistema de advertencia que tiene un alcance de 4 km por la noche y 1,5 km durante el día.
Munición infinita. Una ventaja de estos láseres es que no tienen cargadores, ya que funcionan con baterías y, siempre que haya recambio de las mismas, el potencial es infinito. El objetivo de ese tipo de armamentos son los sistemas de posicionamiento y visión de los drones comerciales. El motivo es que estos drones que no están pensados para uso militar tienen un sistema de reconocimiento compuesto por cámaras convencionales y, en ocasiones, sistemas infrarrojos.
Son los elementos que facilitan la navegación y, en los drones FPV, las cámaras son, directamente, los ojos de los operadores (un dron FPV es el que se controla con un sistema similar a la realidad virtual, con un operador viendo a través de unas gafas todo lo que ve' el dron por sus cámaras). Neutralizar esos sistemas ópticos durante un tiempo puede ocasionar un funcionamiento inadecuado en el dron, sobre todo cuando éste se mueve a gran velocidad, ya que lo más fácil es que se estrelle contra un objeto o se quede enganchado en un árbol.
No es nuevo. Inutilizar sus cámaras también es útil cuando se trata de un dron recreativo enfocado al reconocimiento, algo para lo que también se están empleando y, al margen de los láseres, ya hay unidades que están empleando sistemas de inhibición de frecuencia, sobre todo en drones FPV, para que se pierda el contacto momentáneo entre operador y vehículo.
Sin embargo, la Unión Soviética ya trabajó en un sistema similar en su día. A finales de la década de 1980 no había drones no militares, pero sí misiles guiados y telémetros láser. Los soviéticos desarrollaron el sistema Shtora-1, un conjunto de protección activa electroóptica diseñado para bloquear los sistemas ópticos enemigos. Se montó en tanques rusos T-80 y T-90 (que siguen en activo) y también en los T-84 que ahora son ucranianos.
Shtora-1 tenía un sistema de granadas de humo para opacar la luz infrarroja enemiga, pero también un sistema de luces infrarrojas montadas a los lados del cañón principal que emitían pulsos para interferir en los sistemas enemigos.
Desintegrando un DJI Mavic Mini. Algo así, debido a la naturaleza de los drones actuales, no sería demasiado efectivo, pero como apuntan en TWZ, la empresa BAE Systems ofrece algo similar al Shtora-1. Se trata de un sistema que se puede montar en vehículos y que proporciona protección contra misiles, pero también se puede utilizar contra drones.
Y la empresa australiana Electro Optic Systems tiene el Laser Dazzler, un sistema que puede degradar, denegar y destruir, directamente, los sensores electroópticos de los sistemas aéreos no tripulados. La empresa afirma que este sistema emplea un láser no letal y sin efectos colaterales, pero a continuación podemos ver cómo quedó un DJI Mavic Mini tras ser blanco del Dazzler:
De la manera que sea, está claro que tanto ejércitos como milicias están empleando tácticas que han pillado desprevenidos a los rivales. El uso de esos drones kamikaze está siendo un drama para las unidades tanto rusas como ucranianas, pero también hemos visto que los rebeldes hutíes han atacado barcos en el Mar Rojo empleando estas tácticas. Y un elemento como un deslumbrador láser puede ser la solución contra drones comerciales que se están usando en la guerra.
Imagen | Dmitry Terekhov from Odintsovo, B.E. Meyers
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