Hablar de la Península de Yucatán no es hablar de un estado más de México. Es uno de los estados fundadores de la México actual y cuna de la civilización maya. Fue la región fundamental durante el posclásico y cuenta con Cichén Itzá, joya de la corona del turismo mexicano con una pirámide que sigue despertando fascinación.
Y, hablando de turismo, Yucatán ha tenido una de cal y otra de arena: los números reflejan que el turismo ha vuelto a despegar en la región, pero si nos centramos en el turismo cultural, ya hay quien lo tacha como el peor verano de los últimos años.
Turismo bien
México tiene la fiebre del petróleo, exportan muchísimo maíz, se están convirtiendo en aliados de China por el lado del comercio y la industria del aguacate es muy potente. Sin embargo, como ocurre en muchos otros países, el turismo es una pata crucial en su economía.
No en vano se han desarrollado proyectos recientes como el imponente Tren Maya y el Instituto Nacional de Antropología e Historia continuamente está poniendo en valor el patrimonio cultural no sólo de Yucatán, sino del resto del país. Esto es gracias a su conservación de elementos históricos, su exposición, el descubrimiento de nuevos sitios arqueológicos y el hallazgo de secretos bajo otros ya conocidos.
Aparte de los elementos históricos, hay otros motivos para visitar la región y la Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán reportó que esperaba la llegada de 6,7 millones de turistas durante este 2024. Se trata de un aumento considerable si tenemos en cuenta que los datos completos del último año prepandemia, 2019, fue de 3,2 millones de visitantes (2,8 millones por vía aérea y 400.000 mediante cruceros).
Mérida sería el centro neurálgico del turismo en Yucatán y, aunque es curioso, el turismo nacional representa el 90% de los ingresos de este sector en México. Los datos parece que apoyan esa proyección. Las autoridades comentaron hace unas semanas que Yucatán había alcanzado la cantidad máxima histórica de viajeros vía aérea con 1.796.889 personas.
Sólo en junio, se registraron 302.300 llegadas por vía aérea, máximo histórico en Yucatán. Y no sólo se ha visto un repunte de los turistas, sino también de la carga, con un total de 12.774 toneladas, que también representa el máximo histórico para los primeros seis meses del año.
PERO
Una cosa es el turismo total y otro el dato de visitantes a zonas arqueológicas y museos. Ahí, el INAH (con datos que recoge el Diario de Yucatán) no está tan contento, afirmando que es el peor verano de los últimos años.
Teniendo en cuenta los datos de julio y agosto, que serían los más fuertes de la temporada, respecto a los datos de 2023 se ha experimentado un descenso del 16,4% a museos y zonas arqueológicas. Es la temporada alta del turismo debido a las vacaciones de verano y se ha ratificado la bajada de turistas culturales desde el repunte de 2022, donde se experimentó un aumento de un 33,2%. Estos son los datos de los últimos veranos:
- 2018 - 754.047 turistas
- 2019 - 623.484
- 2020 - año de pandemia
- 2021 - 482.676 turistas en un año de recuperación
- 2022 - 643.194 turistas
- 2023 - 600.144 turistas
- 2024 - 501.469 turistas
La nota positiva es que, en el balance anual, 2024 va por delante gracias a un mes de enero extremadamente fuerte. Según el INAH, de enero a agosto de 2023, 1.083.040 personas visitaron zonas arqueológicas y museos. En el mismo periodo de este 2024, la cifra es de 1.124.122 personas. No es mucho más, pero es más.
Los destinos favoritos son los vestigios mayas prehispánicos, elegidos por un 97% de los turistas frente al 3% que prefieren los museos y algo interesante es el ranking de las zonas arqueológicas favoritas. Aquí no había dudas sobre el primer puesto, pero aun así es interesante ver los datos de agosto:
- Cichén Itzá - 181.729 visitantes
- Uxmal - 23.132 visitantes
- Ek Balam - 12.869
- Aké - 8.737
- Xcambó - 3.293
- Kabah - 2.757
- Izamal - 2.498
- Labná - 868
- Acanceh - 715
- Sayil - 683
Imagen | Burkhard Mücke, Daniel Schwen
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