No son tiempos fáciles para los hogares. España ya es uno de los países en los que más grande es la caída de los salarios reales de los trabajadores. El futuro no pinta bien tampoco: terminarán el año con una pérdida de poder adquisitivo del 4,4% a causa de la inflación. Un país acostumbrado a vivir con subidas de precios muy relajadas, en el que la caída más pronunciada de poder adquisitivo fue en 2012 por fue la devaluación salarial y la caída del empleo. Ahora, tiene que hacer frente a un nuevo enemigo: la subida de precios generalizada. ¿El IPC? Un insólito 8,9%.
Un gráfico. La caída de los salarios reales ajustados por inflación en España es brutal, tal y como apunta el siguiente gráfico de Oxford Economics. A medida que se suceden los meses y se avanza en la negociación de los convenios colectivos de los trabajadores, los incrementos salariales pactados siguen prácticamente igual, lo que se está convirtiendo en una fuerte pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Hay 7,6 millones de empleados con condiciones laborales acordadas, un incremento salarial medio pactado del 2,61% mientras que los precios suben un 9%.
Eso es una diferencia de casi 7 puntos.
Sin protección. La negociación colectiva está prácticamente bloqueada y muy pocos convenios se renuevan, haciendo que la cifra de trabajadores protegidos sea la más baja de los últimos años. Y los pocos que se firman lo hacen con incrementos que no equilibran el retroceso de su poder adquisitivo. Hay que mencionar también que sólo uno de cada cuatro trabajadores tiene algún tipo de cláusula de revisión salarial en caso de elevada inflación. Puesto que la moderación en las subidas de sueldos es la normalidad imperante, los sindicatos ya están movilizándose para detener esa agravada pérdida de poder adquisitivo.
¿Veremos un pacto de rentas? Este acuerdo entre patronales y empresarios haría que ambas partes se repartan el coste de la inflación de forma equitativa con el objetivo de frenar la subida de precios. Algunos expertos ven en esta solución, que ya han emprendido países como Alemania, un atajo a la crisis que se nos viene encima ya que estas compensaciones puntuales no se consolidan en el salario y no se indexan a la evolución de la inflación futura.
El problema es que la caída de poder adquisitivo frena el consumo y puede afectar a largo plazo sobre el crecimiento, tal y como advertía el director de Coyuntura Económica de Funcas: "El riesgo es que se genere una espiral de subida de precios imparable si todo el mundo trata de traspasarle al de al lado el coste de la pérdida de poder adquisitivo. Una vez comienza esa espiral solo hay una manera de salir: una recesión".
Pérdida de poder adquisitivo. Hasta un 4,4% está previsto que caiga este año, según la OCDE. La organización destaca a España como uno de los países en los que más acusada será la caída de los salarios reales de los trabajadores como consecuencia de la inflación. Todo mientras los precios al consumo en España sigue subiendo a máximos históricos.
El golpe más fuerte lo recibirán los hogares con bajos ingresos, que gastan una gran parte de sus ajustados presupuestos en energía y alimentos. En los países de la OCDE para los que se dispone de datos, los hogares en el quintil inferior de ingresos gastan de media un 50% más de su presupuesto en alimentos y energía que aquellos en el quintil superior. Esas serán las grandes víctimas de esta crisis que se avecina.
Gráfico: Oxford Economics.
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