Pese a los malvados estereotipos con los que Occidente pretende describir a Corea del Norte, el país vive un renacimiento cultural. Gracias a la clarividente visión de Kim Jong-un, líder supremo, la pequeña monarquía hereditaria comunista cuenta hoy con al menos dos formaciones musicales radicalmente modernas. Por un lado, Chongbong Band, de reciente creación. Por otro, el talentoso faro de las artes norcoreanas, Moranbong Band, su más internacional y brillante exponente pop. Con motivo de su gira internacional, hemos explorado a fondo su discografía, y esto es lo que nos hemos encontrado.
"Un momento, ¿gira, qué gira?". Pese a que habrás encontrado poca promoción en tus medios musicales favoritos, Moranbong Band, la más prominente banda de Corea del Norte, acaba de visitar China. Por primera vez en sus escasos tres años de vida, la formación, íntegramente femenina, ha abandonado la tierra prometida de Kim Jong-un. ¿Con qué resultado? Incierto. Pese a que su primera actuación internacional estaba prevista para ayer, las tensiones diplomáticas entre China y Corea del Norte lo han impedido.
Al fin y al cabo, más allá de su indudable e intrínseco valor artístico, Moranbong Band sirve a los intereses políticos y propagandísticos del líder supremo. Su concierto en China debía servir como acercamiento político entre ambos gobiernos. Durante los últimos tiempos, las relaciones entre China y Corea del Norte se han enfriado de forma notoria. Allí acudía Moranbong Band, al rescate informal de la relación, enturbiada por la continuidad del proyecto nuclear de Kim Jong-un. A última hora, sin embargo, se ha cancelado. Según se explica en The Guardian, es una muy mala señal para Corea del Norte.
Pese a su fracaso como elemento lateral de la política exterior norcoreana, Moranbong Band sí tiene mayor protagonismo dentro de las fronteras de Corea del Norte. Sus intérpretes son todas mujeres jóvenes que, en numerosas ocasiones, han aparecido en frente de la audiencia norcoreana ataviadas con minifaldas, trajes de corte occidental y ¡peinados cortos! Seleccionadas personalmente por Kim Jong-un, puestas a su servicio estilístico, Moranbong Band y su disruptiva imagen, sumado todo ello a la incorporación de canciones y géneros occidentales, quieren servir de símbolo aperturista del régimen.
Pero uno vago y difuso, incapaz de alterar la esencia de la dictadura.
Moranbong Band: del rock progresivo a Camela
El hermetismo de Corea del Norte impide saber mucho más tanto de ellas como de su música. Por fortuna, Internet, esa fuente inagotable de conocimiento, cuenta con varios vídeos de sus actuaciones. El más espectacular, sin lugar a dudas, el que sigue a continuación. Moranbong Band interpretando 'Without A Break'.
¿Qué observamos más arriba? Una formación instrumental que se despliega de forma unánime, preñada de arreglos de cuerda y extravagantes teclados, a lo largo de seis minutos de apología política. Se escuchan ecos del rock progresivo, progresiones de acordes deudoras de Jethro Tull y cambios dinámicos que harían las maravillas de todo admirador de 'Roundabout', todo ello envuelto en una atmósfera sintetizada y electrónica que conjuga modernidad y clasicismo a un mismo tiempo, como sólo Luis Cobos y sus ilustradas zarzuelas finiseculares hicieron en el pasado.
El público, enfervorizado, pierde el control de sus impulsos y estalla en una amalgama de mujeres y hombres bailando y saltando eufóricos al son de la música, mientras una pantalla gigante despliega por detrás imágenes de Kim Jong-un (siempre recibido con aplausos) y de una lanzadera del proyecto espacial norcoreano. Bajos eléctricos, violines, trajes ceñidos, solos de guitarra. Jamás habías visto a Corea del Norte así.
¿Demasiado sofisticado? Moranbong también revientan la pista de baile:
A mitad de camino entre Camela, Goran Bregović y los Nuevos Románticos, 'My Country Is The Best!' sirve como celebración festiva de la identidad nacional norcoreana, la mejor identidad nacional. Hay enfervorizados solos de violín y escuchamos aires de la música americana a través de la sección de viento.
Entre lo tradicional y lo revolucionario
Es una canción particularmente occidentalizada: no siempre han podido interpretarlas. En ocasiones, quizá temiendo un exceso de influencia maligna, la banda se ha visto resumida a música popular tradicional.
El equivalente al K-Pop surcoreano:
Carente de la transgresión de sus anteriores cortes, 'Let's Learn' se refleja en la canción melódica italiana y francesas de los sesenta y los setenta, convenientemente amalgamada con el folclore local, para llenarlo todo de espíritu vintage y brillantina, en el equivalente más cercano a Noche de Fiesta que la televisión de Corea del Norte va a emitir jamás. Más arreglos orquestales, melodías saltarinas, y dulces coros.
Los requerimientos propagandísticos del régimen han impedido que Moranbong Band haya adquirido un discurso propio, acaso modernista y eminentemente contemporáneo, oscilando entre lo clásico y lo tradicional. Kim Jong-un puede ofrecer un pequeño bocado de frivolidad occidental a sus súbditos, pero no demasiado. De ahí que los rumores sobre su desaparición como banda hayan sido constantes, y sus actuaciones muy, muy esporádicas, en ocasiones acompañadas de otros grupos norcoreanos (que cuentan con el beneplácito del régimen) de corte mucho más clásico y conservador.
Versiones, coreografías y nuevos temas
Quizá, su indecisión estilística se manifieste en la cantidad de versiones, tanto internacionales como norcoreanas, realizadas por el grupo: desde 'My Way' de Sinatra hasta piezas clásicas como 'La reina de Saba'.
Oh, claro, y ¡'Eye of The Tiger'!
Pese al surgimiento de Chongbong Band, otra orquesta ligera organizada por Kim Jong-un, Moranbong Band pervive como el grupo más popular del país, además del favorito del líder supremo. La anulación de su actuación en China ha cortado sus alas, pero poco tiempo atrás estrenó 'With Pride', single combinando todos los elementos antes citados, coreografía y vestido militar incluido.
¿Su futuro? Como todo lo relativo a Corea del Norte, incierto. Moranbong Band ha servido como ejemplo propagandístico de la sutil modernización y apertura del régimen a la cultura occidental. Su carácter más rock, lejos de los aburridos cánones orquestales de sus predecesores, y su inusual look permiten entrever cierta relajación en las formas, al menos culturales, de la dictadura. Sin embargo, el grupo está encorsetado por las rigideces de The Best Korea. ¿Para cuándo su inclusión en el cartel del Primavera Sound?
