La Reserva Federal estadounidense ha llevado a cabo el mayor estudio sobre posibles discriminaciones a la hora de contratar según tu edad, también conocido como edadismo. Se enviaron 40.000 solicitudes de trabajo de perfiles de distintas edades y género a 12.000 ofertas de empleos de media y baja cualificación. El resultado era proporcional: a más años tuviese el candidato, menos posibilidades tenía de que le llamasen, algo que se acuciaba en el caso de que la candidata fuese mujer. Otros estudios independientes han llegado recientemente a resultados similares.
Una economía envejecida: no por predecibles los resultados dejan de ser alarmantes. La discriminación por edad, además de injusta, tiende a estar fundamentada en estereotipos que no se confirman. Además es muy mal momento, ya que la población trabajadora en los países occidentales se está volviendo cada vez más envejecida, con lo que el porcentaje de población queda excluida va siendo mayor.
En Estados Unidos más de la mitad de los trabajadores de la población activa de más de 50 años perderá su puesto en algún momento antes de la jubilación, según ProPublica, quien además confirma que en 9 de cada 10 casos el empleado no volverá a recuperar su poder adquisitivo. Muchos acaban malviviendo de ayudas, trabajos temporales y la economía del bolo.
Lo mismo ocurre en España: como explican en El Confidencial, el número de desempleados de más de 55 años se ha duplicado en España en los últimos diez años. Hoy conforman el 15% de las personas que buscan empleo, según los datos de la última Encuesta de Población Activa.
Un rechazo totalmente abierto: las asociaciones de trabajadores mayores se están organizando para realizar demandas colectivas a grandes grupos de empleadores que sistemáticamente les deja fuera del mercado de trabajo, como ocurre con Amazon, T-Mobile o Cox Communications, según The New York Times.También han denunciado al gigante PwC.
Edadismo a golpe de clic: se acusa a las empresas por discriminar activamente, pero también a portales de anuncios de empleo como Facebook o LinkedIn por permitir con su selección del target de audiencia que las compañías bloqueen mostrar las ofertas a la gente mayor. Esto remite a las famosas leyes de “vivienda justa” de los años 90, cuando el país afrontó el racismo invisible de empresas y clientes blancos para excluir a negros e hispanos de los mejores barrios y, por tanto, de las mejores oportunidades. Recientemente Facebook tuvo que enfrentarse a un reproche similar: sus herramientas de segregación de anuncios permitían el racismo.
Una discriminación tolerada y permitida: algunas recientes sentencias judiciales dejan un panorama desesperanzador para este colectivo. Ciertos candidatos han interpuesto demandas por discriminación en la selección del trabajo de distintos empleadores, al entender que no es lógico ni justo poner límites a la contratación por exceso de experiencia (“no contratamos a nadie con más de siete años de práctica en el puesto”, por ejemplo). Pero según los jueces, no toda discriminación debe ser penalizada.
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