Lo que antes eran dos potencias, ahora son tres, como mínimo. La nuclearización en clave geopolítica ha mutado y de qué manera en los últimos tiempos. Esa carrera armamentística tan particular ha ampliado naciones, y lo contamos en agosto en “clave china”, y hace poco en “clave USA” con ese Project 25 de fondo con la llegada de Donald Trump. Si todas estas señales seguían ofreciendo algún tipo de duda, Washington las acaba de desterrar con 182 páginas.
El arsenal asiático. El documento señala que China continúa aumentando su capacidad militar, especialmente su arsenal nuclear, a pesar de una serie de investigaciones por corrupción que han sacudido a las altas esferas del Ejército Popular de Liberación (EPL). Según el Pentágono, quién ha lanzado el trabajo, el país ha añadido aproximadamente 100 ojivas nucleares en el último año, alcanzando un total estimado de más de 600 para mediados de 2024, con planes de superar las 1.000 para 2030.
Hay mucho más. Aunque aún lejos de las cifras de Estados Unidos y Rusia, esta expansión apunta a proporcionar a la nación una mayor capacidad destructiva, quizás la mayor a corto plazo, junto a un gran número de opciones estratégicas en caso de conflicto con Estados Unidos o quien fuera.
Infraestructura militar en expansión. Los documentos señalan que China ha completado tres campos de misiles con 320 silos en sus desiertos del norte, y que continúa construyendo más silos para albergar misiles Dongfeng-5, capaces de portar múltiples ojivas. Esta modernización militar busca mejorar significativamente su capacidad de causar daños devastadores en un eventual intercambio nuclear y ampliar su capacidad para amenazar ciudades, instalaciones militares y líderes estadounidenses, según el documento.
Diversificación. Además de aumentar su arsenal, China está desarrollando una fuerza nuclear diversificada que incluye misiles de baja potencia para ataques de precisión y misiles balísticos intercontinentales (ICBM) con múltiples opciones de escalada. Este enfoque representaría una evolución respecto a su postura nuclear tradicional. Aunque Beijing mantiene una política declarada de "no primer uso", la velocidad de su modernización nuclear ha generado alarma en Estados Unidos, de acuerdo al Pentágono.
Tecnologías avanzadas. El informe subraya que China está desarrollando sistemas avanzados como vehículos de planeo hipersónico y sistemas de bombardeo orbital fraccionado, algunas las hemos comentado. Ambas tecnologías, diseñadas en parte para contrarrestar las capacidades de defensa de misiles de Estados Unidos, hacen que un ataque nuclear sea más difícil de detectar y rastrear. A este respecto, en 2021 China realizó una prueba combinando ambas tecnologías, consolidando su posición como líder en innovación armamentista.
Desafíos internos: corrupción. Como decíamos al inicio, para la rama de defensa estadounidense, el progreso militar de China ha enfrentado interrupciones por investigaciones de corrupción que han implicado a altos funcionarios del EPL, incluidos ministros de defensa acusados de aceptar sobornos y vender ascensos. Aunque estos escándalos podrían haber afectado la confianza en los líderes militares, el Pentágono considera que su impacto en los programas de modernización ha sido limitado, describiéndolos como un "obstáculo menor".
Vitaminas por mar. La Armada de China, como Rusia, ha incrementado significativamente su alcance, consolidándose como una fuerza marítima emergente con capacidad de operar más allá de sus aguas regionales. Según el informe del Pentágono, el EPL cuenta con más de 370 buques y ha llevado a cabo entrenamientos y operaciones en océanos lejanos, incluyendo el Índico Oriental y el Pacífico Occidental, además de visitas a puertos en África y Medio Oriente.
Desde 2008, mantiene una presencia continua en el Golfo de Adén con su base permanente en Yibuti, lo que subraya su ambición de proyectar poder más allá de sus fronteras.
Modernización de flotas. A este respecto, se han reemplazado plataformas antiguas por buques modernos y polivalentes equipados con sistemas avanzados de armas antibuque, antisubmarinos y antiaéreos. Entre ellos destaca el crucero de clase Renhai (Tipo 055), con un sistema de lanzamiento vertical de 112 celdas y capacidades para múltiples misiones, superando en tamaño a sus contrapartes estadounidenses.
Además, el desarrollo de portaaviones como el Fujian, el primero diseñado localmente con catapultas electromagnéticas, amplía las capacidades de proyección aérea. Este esfuerzo se complementa con una flota creciente de buques anfibios, como los de clases Tipo 071 y Tipo 075, preparados para operaciones expedicionarias y apoyo logístico de largo alcance.
Taiwán. En un informe de este tipo no podía faltar esa amenaza latente que hemos ido informando estos meses y que va muy ligado a ese refuerzo naval. Estados Unidos indica que parte de los esfuerzos militares actuales de China están dirigidos a Taiwán, considerada por Beijing como parte indivisible de su territorio.
Aunque han incrementado incursiones aéreas y navales cerca de la isla, el Pentágono señala que China aún enfrenta carencias significativas, como limitaciones en la guerra urbana y en el mantenimiento de suministros a largas distancias, lo que dificulta una invasión anfibia confiable. Un posible ataque a Taiwán, al menos por ahora, se piensa que sería un riesgo político y militar considerable para el Partido Comunista.
Respuesta estadounidense. ¿Y qué hace Estados Unidos? Para contrarrestar a China, la administración Biden parece haber fortalecido alianzas en la región Asia-Pacífico y ha diseñado estrategias de dispersión de fuerzas para facilitar ataques rápidos contra activos chinos. Qué duda cabe, el informe podría influir en el enfoque de la administración Trump entrante, redirigiendo atención hacia la creciente amenaza militar china en un contexto global ya marcado por conflictos en Ucrania y el Medio Oriente.
Implicaciones. Con este documento que ha visto la luz quizás se explique mejor ese debate en Washington sobre la necesidad de modernizar y expandir las capacidades nucleares a través de Project 25. China está transformando su fuerza nuclear en un pilar clave de su poder militar, integrando tecnología avanzada y ampliando su arsenal a un ritmo alarmante para los estadounidenses.
Este desarrollo, junto con su enfoque en superar las defensas americanas, reconfigura el panorama estratégico global, acercando a la nación asiática al nivel de amenaza nuclear que han representado históricamente Estados Unidos y Rusia. Plus: esa modernización y expansión por mar suponen un desafío directo al dominio naval estadounidense, una piedra angular del orden global desde la Segunda Guerra Mundial.
Con una industria de construcción naval 200 veces más productiva que la de Estados Unidos, según la Oficina de Inteligencia Naval, China acelera su capacidad de proyectar poder marítimo y disputarle el control estratégico de rutas clave y territorios cercanos a Estados Unidos en el futuro cercano. Un informe, en definitiva, que parece allanar el camino para que la próxima administración abra (aún más) el grifo del gasto en defensa.
Imagen | Steve Jurvetson, Philip McMaster
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