"Cartas contra la Humanidad es un juego de cartas diseñado para fiestas de gente horrible". Es la mejor definición posible para un juego que nació en Kickstarter y tiene ya millones de jugadores dispuestos a reírse de todo: los niños con cáncer, las víctimas del terrorismo, los inmigrantes, las minorías, el cojón ausente de Lance Armstrong y los micropenes.
Y sus creadores son aún más horribles. Subieron el precio al juego -que puede jugarse gratis- en Amazon durante el Black Friday de 2013. Como la gente ni se inmutó y siguió comprando, al año siguiente retiraron todo de la venta y decidieron vender "una mierda". 30.000 personas compraron la caja anunciada. Contenía mierda. De toro. Seca.
Si una gente capaz de vender más de 150.000 euros de caca de vaca en media hora no te parece brillante, Cards Against Humanity no es para ti. Si no, quédate con nosotros.
Cards Against Humanity es el invento de Max Temkin y siete colegas más. Un entretenimiento concebido en el instituto, allá por 2009, que sus autores decidieron llevar a Kickstarter pidiendo una cifra ridícula: 4.000 dólares. Lo justo para imprimir las cartas y expandir la palabra. El juego recaudó algo menos de 16.000 dólares a finales de enero de 2011, con más de 750 personas aportando su granito de arena. Una mierda seca de vaca en el océano de los Kickstarters. Pero suficiente para que imprimiesen una vez. Y otra. Y otra.
¿Cómo se juega?
El mecanismo es simple: hay cartas blancas con frases escritas en negro, sin ilustraciones. Más de 400. Con nombres propios ("Bono", "Michael Jackson"), situaciones posibles ("ver Nickelodeon en pelotas") e imposibles ("masturbarse en una piscina de lágrimas infantiles"), ocurrencias surrealistas ("serpientes voladoras sexuales"), cosas, conceptos ("la agricultura", "morir de disentería")...
Y cartas negras con el texto en blanco que hacen preguntas o plantean frases a medias: "El Oscar de la Academia es para...", "En esta nueva película de Disney Channel, Hanna Montana se enfrenta a ________________________ por primera vez". Cada turno, un jugador escoge una de esas cartas negras y el resto tienen que ofrecer la que consideren que es la mejor respuesta con sus cartas blancas.
Puede parecer que la cosa trata de ser un animal o un tuitero: "Hanna Montana se enfrenta a Bromas sobre el Holocausto en un momento inoportuno por primera vez" es una combinación válida en el juego, pero la gracia reside en que cada turno la carta negra cambia de manos. Y ese Zar de las Cartas en rotación es el único que decide cuál es la más ingeniosa. Cada turno, no sólo estás poniendo a prueba tu sentido del humor, sino el de los demás, ya estés contestando o preguntando.
"En su nuevo álbum autoproducido, Kanye West rapea sobre la música de: Kanye West."
El resultado es que más de un millón y medio de personas se han descargado el PDF, y cerca de otro millón ha comprado el juego, a 25 dólares la unidad, según estimaba el Chicago Sun-Times. Y eso en 2013. Desde entonces, también hemos visto unas cuantas expansiones (a 10 dólares cada una), sobres navideños y demás. Todo con la coña de que se puede jugar gratis, de que en la propia página te remiten hasta a las traducciones hechas por fans para que te las bajes y te las imprimas.
Temkin reconoce que "ya somos algo parecido a una empresa", que él y sus colegas son millonarios "ninguno de nosotros tendrá que buscar trabajo en mucho tiempo" y una de sus últimas expansiones se ha puesto blandita y todo: un grupo de cartas de temática científica, escritas al alimón con dos de los mejores divulgadores cómicos de Internet: Phil Blaitt y Zach Weiner) y cuyos beneficios van a parar a un programa para que más mujeres se dediquen a la ciencia.
Básicamente, todo está concebido para que no quieras jugar a Cartas Contra la Humanidad: el precio es caro, la presentación es austera y no tiene dibujitos. Su web te indica cómo bajarte el juego gratis e imprimirlo igual que ellos por 10 dólares. Y está llena de malas críticas según entras; o de buenas críticas de gente a la que quieren trolear (¿nuestra favorita? "Bueno -Daniel Radcliffe") y, aún así, siguen ocupando el puesto número 1 en ventas de juguetes en Amazon, su único canal de venta porque no quieren venderlo en tiendas.
¿Por qué triunfan?
a) todos somos gente horrible en el fondo, incapaces de detentar la función pública. Incluido Lance Armstrong.
b)
Foto: Brett Jordan
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