El problema de la globalización a la hora de ponerle nombre a una marca o producto es que tienes que encontrar algo que no ofenda a nadie. Y revisar todos los diccionarios, porque de repente te puede pasar como a Nokia con su famoso Lumia, que en castellano es como llamarlo Nokia Furcia. O productor que tienes que repensarte si algún día llegan a los países de habla hispana, como el producto de Knorr que abre este post: ¿comerse una pota? ¿Estamos locos?
Pero no son ni de lejos los casos más espinosos, ni el español es el único idioma que sufre equívocos. Repasamos los casos más espinosos desde el Mitsubishi Pajero hasta las ofensivas filiales de una petrolera, pasando por las pelis de Miyazaki o las campañas más desafortunadas.
Los autos locos
Mitsubishi Pajero: Aquí Mitsubishi estuvo rápida. El Pajero, por motivos obvios, se llama Montero en España y toda América (menos Brasil). El nombre venía del gato de las pampas: Leopardus Pajeros.
Seat Málaga: El problema de este modelo está fuera de nuestras fronteras. En Grecia, donde tuvo que venderse como Seat Gredos por lo parecido que suena a malakia/malakas. Palabras que, en su idioma, también son bastante pajeras.
Opel Cascada: Aquí ya hay que ser más cochino, sobre todo porque Opel se inspiró en el término hispano para bautizar este modelo. Aunque nada, en España se vendería como Cabrio, porque tenemos la mirada sucia y una tuitsfera como para tumbar cualquier modelo.
Prototipos como el Nissan Moco o el Ford Corrida nunca se vieron en el brete de elegir un nombre adecuado, al no tener vida comercial. Tampoco coches como el Mazda Laputa, que no llegó a España. Con ese nombre si tuvo problemas una película de Miyazaki: 'El Castillo en el Cielo', al que se le amputó [perdón] el 'Laputa'. ¿Que de dónde viene ese nombre? De la isla flotante de 'Los Viajes de Gulliver'. No es la única peli de Miyazaki que tuvo problemas: 'El Servicio de Reparto de Kiki' habría sonado muy mal a los padres. Así que nos quedamos con 'Nicky, la Aprendiz de Bruja'.
El Kia Borrego tampoco ha llegado a nuestro país, pero no tendría problemas porque ya cuenta con otro nombre en Estados Unidos: Kia Mohave. Para rematar la jugada, cuando todavía era un prototipo se llamaba Kia Mesa. Nokia Lumia
Pero lo de renombrar viene de lejos, y no sólo en castellano. El Toyota MR2 tuvo que quitar el 2 de su nombre en Francia, porque la pronunciación casi literal de las siglas era "mierdeux". Y nadie quiere comprar un coche de mierda. Sin embargo, cómo señalaban nuestros compañeros de Motorpasión, en España a nadie se le ocurrió hacer lo mismo con unos Audis "cutres", los Q3.
En nuestra vecina Portugal, el Opel Ascona se vendía como 1604. Porque habría quedado muy raro ir a un concesionario y pedir un Opel Loscoño.
Por su parte, el Honda Fitta nunca llegó al mercado con ese nombre. En Suecia habría sentado muy mal un coche llamado "Honda Chochito", con el eslogan "Más pequeño por fuera, más grande por dentro, mejor en todos los aspectos". En una web de motor sueca afirman que para cuando se dieron cuenta ya habían producido parte de los materiales de la campaña de lanzamiento y que el cambio de nombre les salió por unos cuántos millones. ¿El nombre con el que salió? Honda Jazz u Honda Fit, dependiendo del mercado.
Los problemas de la globalización
"Ey, blanquito, tío, está feo. ¿Sabes lo que te digo, hermano? No puedes crear una filial de la petrolera Gazprom en Nigeria y llamarla NIGAZ. Sí, es culpa del juego, yo".
Cuando Coca-Cola te llama retrasado
Y esto no es exactamente un nombre de producto, pero una campaña canadiense de Coca-Cola (algún día habría que hablar de como una marca que lleva drogas duras en el nombre se ha librado de las connotaciones negativas) les salió rana hace un par de años.
La idea era imprimir aleatoriamente una palabra en inglés y otra en francés en los tapones de su agua vitaminada. Que a nadie, en un país bilingüe, se le ocurriese señalar que retard (demora, retraso) en francés significa algo muy diferente en inglés (subnormal, retrasado)... El problema vino cuando ese tapón en concreto, que ya sería ofensivo para cualquiera, llegó a casa de la famlia Loates, donde una de sus hijas sufre parálisis cerebral. Coca-Cola tuvo que disculparse públicamente.
La mala suerte de Nike
La masacre de Boston, aparte de uno de los detonantes históricos de la independencia estadounidense, también es como se conoce entre los aficionados del béisbol a una paliza de las que escuecen durante décadas. La que los Yankees neoyorquinos le metieron a los Red Sox de Boston en 1978: cuatro victorias consecutivas en el Fenway que hundieron a los Red Sox y convirtieron el muro verde del estadio en un muro de las lamentaciones. Algo que más o menos se repetiría en 2006.
Aquí sería impensable que Nike sacase una camiseta con "manitas" históricas de los clásicos, pero eh. Los fans de los Yankees podían exhibir sus camisetas conmemorativas de la paliza... Hasta que se produjo el atentado de la Maratón de Boston. Nike estuvo rápida retirando las camisetas.
Pero no es la única vez que se les ha vuelto algo en contra. El "caso Pistorius" les llevó a retirar inmediatamente un anuncio que abría la web del atleta sudafricano, condenado a un mínimo de 15 años de cárcel por acabar a tiros con su mujer.
Foto:
Opel Ascona Rudolf Stricker
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