“Lava el coche, guarro” es tal vez una de las participaciones de pintura a dedo más extendidas entre la gente del siglo XXI. Antes de restregar las yemas por los coches ajenos con milímetros o incluso centímetros de grosos, la última vez que practicaste este tipo de arte probablemente tenías cinco o seis años. Sin embargo no todos los adultos se conforman con esa llamada de antención a modo de frase pobremente escrita. Y ahí está el ilustrador Nikita Golubev para confirmarlo.
Este moscovita también conocido como ProBoyNick lleva dos semanas transformando la ciudad coche a coche. Siempre que estén sucios, claro. Una superficie polvorienta es un lienzo en blanco rico en volúmenes en el que poder imprimir sus impresionantes bajorrelieves de animales, escenas cotidianas o salmos. Golubev define su técnica como #dirtpainting.
El efecto, claro, es el de convertir lo que podría haber sido una advertencia hacia el propietario del coche en una encrucijada. El vehículo está tan sucio que puede pintarse en él. Sin embargo, si se lava el auto después de haberse convertido en el recipiente de una obra de arte estará destruyendo algo mucho más hermoso que un coche limpio.
Parece ser que en los tiempos recientes este Banksy de la suciedad rusa se está convirtiendo en un espectáculo público en el que, cuando oteas un coche especialmente sucio esperas encontrarte alguna de sus piezas de arte urbano. Un arte efímero que pretende paliar el desagrado que provoca la contaminante y estresante ciudad. Debajo de toda esa capa de roña solo había una oportunidad de jugar con el medio.
Si quieres estar pendiente de cada nueva entrega de Nikita Golubev sólo tienes que seguir su cuenta de Instagram a la espera de nuevas propuestas.