Tarde o temprano la tecnología todo lo alcanza. Incluso aquellos reinos donde parece menos pertinente, como el animal. Una empresa británica acaba de lanzar una aplicación para emparejar a vacas a lo largo y ancho de Reino Unido. Se llama Tudder y numerosos medios, impresionados por el hallazgo, la han bautizado con tino: el Tinder vacuno.
¿Qué? Su funcionamiento es simple: el granjero se descarga la aplicación, actualiza su perfil y comienza a deslizar el dedo a izquierda o derecha en función de si la vaca en cuestión le place o le disgusta. En The Takeout se lan descargado (y muestran algunas capturas): algunos usuarios ofrecen entre treinta y cincuenta vacas al mismo tiempo.
¿Para ligar? No, claro. Tudder es una estrategia promocional en pleno San Valentín. La empresa tras la aplicación, Hectare Agritech, lanzó hace años una página algo más seria: SellMyLivestock. Funciona como espacio de contraventa. Si un granjero desea vender sus reses, rellena un perfil con su descripción (edad, raza, salud, etc.) y aguarda con paciencia.
Según cuenta su CEO a The Times, más de un tercio de los granjeros británicos ya la utilizan. Tudder funciona como complemento a la web, y tiene un carácter más desenfadado. Eso sí, los ganaderos pueden hallar ejemplares que se ajusten a las necesidades de sus sementales. Y comprarlos en SellMyLivestock.
Matchmaking vacuno. ¿Y es útil? Sí. Bloomberg ha contactado con algunos ganaderos que la utilizan. Según explican, les permite ahorrar aparatosos viajes a las ferias vacunas del país. La aplicación ofrece todo lo que necesitan: junto a la información, la posibilidad de contactar con el vendedor para cerrar los detalles de la compra y su traslado.
¿Es rentable? Su triunfo parece certero. Hectare Agritech ha recaudado ya más de tres millones de euros a través de diversos inversores. Tudder indexa a más de 43.000 reses, y SellMyLivestock incluye toda clase de productos agricultores o ganaderos (desde grano hasta ovejas). Según ha explicado su CEO, es probable que la aplicación añada otros animales en el futuro-
Imagen: Sean McGee/Unsplash