“Carmena gana la batalla a Iberdrola, Endesa y Gas Natural”, dice El Confidencial. “La electricidad del Ayuntamiento de Madrid solo podrá ser limpia” tuitea Carlos Sánchez Mato, concejal de Ahora Madrid. Empiezan a circular varias informaciones acerca del último triunfo político y judicial del Gobierno de Manuela Carmena. La alcaldesa, nos dicen, ha conseguido “obligar a que se use energía no contaminante en el suministro de edificios y equipamientos municipales”.
Se trata de una verdad a medias que trae una complicación mayor que la que permite la exaltación ecologista que se ha visto desde los ciudadanos favorables al gesto. Dos puntos importantes a aclarar: primero, que no es lo mismo energías renovables que limpias; y segundo, que Madrid no podrá garantizar que su energía provenga únicamente de fuentes no contaminantes.
💥¡Victoria!💥
— Carlos Sánchez Mato🔻 (@carlossmato) 23 de abril de 2018
La electricidad del Ayuntamiento de Madrid solo podrá ser limpia.
La justicia nos da la razón y abre el camino para muchos otros ayuntamientos y administraciones.
Ha sido duro, pero ha merecido la pena.https://t.co/M6Up16pk9L
Como ya sabemos desde hace tiempo, ninguna energía es 100% limpia. Todas dejan huella ecológica. Sin embargo, las energías renovables, como la eólica y la hidráulica, son de las que menor impacto medioambiental dejan en el planeta y con mucha diferencia. El problema es que la obtención de biogás o biomasa, ambas renovables, sí dejan importantes residuos de CO2, y cuando en España un agente quiere comprar energía saludable sólo puede comprar aquella que ha obtenido certificado de energía "100% renovable". Así que cuando hablamos de comprar energía "verde" ya estamos metiendo en el paquete algunas energías que son algo contaminantes. Es parte del problema de una ausencia de definición legal de lo que es la energía limpia en España.
Lo que el equipo de Carmena ha ganado
Y ahora vamos a abordar la noticia de la semana. Para su último concurso de proveedor eléctrico el ayuntamiento de Madrid exigía que las comercializadoras que quisieran optar al contrato debían vender un 100% de su energía de origen renovable, la etiqueta A según la certificación de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Gas Natural, Endesa e Iberdrola (es decir, las tres grandes eléctricas del país) recurrieron el concurso, pues consideraban que les dejaba en desventaja.
Por resumir, y dado que el pliego premiaba a las suministradoras que menos dióxido de carbono emitiesen, se estaba beneficiando a las pequeñas empresas y perjudicando a las grandes. Es esto lo que acaban de ganar en los tribunales: se ha desestimado el recurso de las grandes eléctricas. Son 82 millones de euros de contrato y el equivalente al consumo de luz anual de 45.000 hogares.
El problema es que, como ellos mismos informan desde el canal oficial de sus notas de prensa, todo esto “no es suficiente para tener un efecto real en la producción de energía”. Aunque algunos medios como El País hayan afirmado que todos los edificios de Madrid recibirán un suministro “de origen renovable” esto no es cierto. España, como muchos otros países, funciona con una red eléctrica conjunta para todo el Estado y por ella transitan todas las energías sin capacidad de discriminar su origen. No sabes si a tu casa está llegando ahora mismo energía nuclear, de cogeneración o eólica.
Este es el aspecto de los porcentajes de nuestro “mix”:
Lo que sí podemos hacer, y ha hecho el Ayuntamiento, es saltarse la pequeña trampa en la que caen otros municipios o clientes que intentan que su compra energética sea más beneficiosa para el medio ambiente.
Garantías de origen, el papel mojado del mercado eléctrico
Se llaman certificados de “Garantías de Origen (GdOs)”, llevan con nosotros desde 2007 y algunos los tildan directamente de timo de la estampita (dentro del sector otros son más benevolentes y opinan que, dentro de las fórmulas que tenemos, no es la peor opción).
Estos certificados expedidos por la CNMC acreditan que la suministradora que lo solicite y que pase los controles puede justificar ante su comercializadora que la energía que les vende es de origen renovable o "de cogeneración de alta eficiencia". Las empresas promocionan que toda la energía con GdO es verde.
Casi todas las comercializadoras tienen “compradas” algunas garantías de origen. Por esa inclusión de la "cogeneración de alta eficiencia" (la cogeneración parte de gas o fueloil) hay muchos que alegan que no es tan claro que los paquetes con certificado de garantías que las comercializadoras compran provengan realmente de energía verde. Por si fuera poco, el listado de compañías que cubren todo el consumo de sus clientes con estas garantías es muy pequeño.
¿En qué se traduce eso? Que, como lo eco vende, una gran comercializadora puede ofrecer a un cliente que desee energía verde la garantía de que todos sus kWh consumidos derivan de una fuente verde (y a ser posible con un pequeño gravamen en su factura), pero esto irá en detrimento de los porcentajes de energía renovable de los otros clientes de la comercializadora que no piden discriminación energética.
Da igual que unos clientes paguen verde, muchas comercializadoras, entre ellas las más poderosas, van a seguir comprando energías de todas las procedencias porque la energía que hay en el mercado, la que llega a nuestro mix, es la que hay.
Para que nos hagamos una idea, actualmente en España se produce un 39% de energía renovable y sólo se certifica un 25%. Además, se emiten más certificados de Garantías de Origen por parte de los productores que los que están comprando los consumidores. Por todo lo anterior hay todavía mucho margen para acumular nuevos clientes concienciados antes de que la demanda de energía con certificado supere la oferta actual.
Hay que pensar otra cosa: a varias de las grandes eléctricas del país, que tienen que amortizar instalaciones térmicas, nucleares o de ciclo combinado que han construido, puede no interesarles invertir aún en nuevas instalaciones renovables. Mientras se mantenga este sistema de las “garantías de origen” y las eléctricas puedan seguir vendiendo energía más contaminante a los clientes que no opten por la fórmula eco, seguirán pudiendo rentabilizar su inversión en energías contaminantes, evitando así que el dinero de los clientes “verdes” repercuta positivamente en la construcción de mayores infraestructuras renovables.
Es por esto que la compra actual de los paquetes que nos venden muchas comercializadoras como ecológicos no tienen mucho sentido.
Carmena y su equipo se ha saltado esta habitual trampa imponiendo una condición especial: para optar al concurso había que garantizar que el 100% de la energía eléctrica suministrada por la comercializadora tuviese un origen renovable, tanto para el contrato con Madrid como para el contrato con sus demás clientes, y demostrar que había mantenido su venta de energía puramente verde en todo el año anterior.
Esta cláusula es la que criticaron las grandes eléctricas (que veían cómo no podrían vender esa energía verde de su mix), pero el Gobierno alegó que bajo la fórmula de las GdO no se podía determinar de forma efectiva si la energía es de origen renovable o de cogeneración, y la Justicia le ha dado ahora la razón. Está por ver si citadas empresas recurrirán la sentencia, ya que sólo 17 comercializadoras de 72 que se presentaron podían cumplir con los requisitos.
Por qué esta medida de Madrid no va a ayudar demasiado al medio ambiente
¿Para qué quiere un Ayuntamiento comprar energía limpia si sabe que en el suministro que finalmente le llegue va a haber energía contaminante independientemente de lo que compre? Por una parte por mera imagen institucional, ya que ciudadanos que no quieran investigar más allá se quedarán con el mensaje de que Madrid ahora es más verde.
La deducción nos dice que, de todas maneras, apoyar con el dinero público y con megacontratos a pequeñas comercializadoras que venden energía 100% “verde” puede ayudar a impulsar tanto la demanda como la creación de infraestructuras de renovables. 82 millones servirían de incentivo económico para esas empresas ajenas al oligopolio español eléctrico inviertan en la eólica o la solar. Quién sabe, incluso para que, por medio del efecto contagio, más y más particulares demanden lo mismo y el Gobierno español termine de quitar los palos en las ruedas que le tiene puesto a las renovables.
Pero como la marca autonómica de Podemos reconoce en sus notas de prensa (y como decíamos al principio), son conscientes de que todo esto “no es suficiente para tener un efecto real en la producción de energía”. Como nos cuentan desde Ingebau, consultora especializada en el mercado eléctrico, "el Ayuntamiento ha hecho un contrato con una comercializadora, y las comercializadoras al final son eso, agentes que compran electricidad en el mercado eléctrico. Ellos no mueven o crean la electricidad. Independientemente de la comercializadora que gane, el electrón que va a llegar a Madrid siempre va a ser el mismo porque no depende de ellos".
"Si todo el mundo pide electricidad verde pueden pasar dos cosas", continúan desde Ingebau. "Por una parte, a lo mejor se generan más certificados de garantías que los que se producen, por los fallos que tiene el sistema. Por el otro, si un día todos usamos energía verde y queremos ver la tele por la noche nos podríamos encontrar con que ninguna fuente de energía verde puede proveernos en ese momento. Nos quedaríamos sin luz".
Esta es la idea a la que se vuelve una y otra vez. La energía procedente de las renovables en España no es (ni probablemente será) suficiente para abastecer a todos los ciudadanos, porque hay que pensar en los tiempos en los que el abastecimiento natural no llegue. Necesitamos más fuentes.
Además, ante la propuesta de un concurso como el de Carmena, las grandes eléctricas podrían tomar nota y prepararse para competir ante futuros megacontratos que, una vez más, terminen por no reportar beneficios a los productores de energía renovable. "Sí, podremos ver casos paradójicos en los que las grandes eléctricas creen comercializadoras filiales que vendan sólo energía con certificados de garantías para ganar estos concursos. Es habitual en el sector que, por intereses circunstanciales, se creen nuevas matrices comercializadoras".
Por todo esto desde Ingebau no creen que gestos como el que acabamos de ver puedan ayudar. Es también la misma postura que defiende Greenpeace actualmente. La consultora tampoco cree en la salida que ha tomado el Gobierno de Colau con la creación de la comercializadora propia, Barcelona Energia. "En España hay 388 comercializadoras de energía. Somos el país de Europa con mayor número de este tipo de empresas, y no me puedo creer que cada pueblo necesite su propia compañía".
Hay soluciones más útiles y habrá que adoptarlas si lo que queremos es cumplir con los objetivos marcados por la Comisión Europea, que nos pide que reduzcamos en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a dos años. Desde las administraciones públicas se podría optar por otras fórmulas más efectivas para fomentar el uso de las renovables. "Algo que está en su mano sería pedir que el contrato sea de cinco años, porque la única forma de hacerlo sería contratando un PPA, que es un acuerdo con un productor renovable. Sólo con eso conseguirían que un productor renovable promueva su planta, y así haríamos que el dinero del ayuntamiento repercutiese a la energía que es verdaderamente renovable, no a las empresas que obtengan el dichoso certificado".
Entre los interesados en la energía renovable también se proponen otras iniciativas como el Contrato Bilateral Físico. Con él la comercializadora estaría obligada a pagar al productor de la electricidad consumida. Es una forma de asegurarse de que el dinero que nosotros intentamos que llegue al productor eco vaya a esta fuente, y no a los otros productores de energías, de cogeneración, gas natural o carbón, por ejemplo, con las que también opere nuestra comercializadora.
Fotos: Víctor Blanco) (2), Korpa, Ángela Ojeda Heyper, Gtres.