Un día ha tenido que aguardar Europa para conocer los planes, provisionales, del novedosísisimo ejecutivo encabezado por el Movimento 5 Stelle y la Lega. Veinticuatro horas en las que se filtró un documento, un borrador, sobre el futuro de las relaciones entre Italia y la Unión Europea. Pocas noticias alentadoras para Bruselas: el documento llamaba a renegociar la deuda, la posición de Italia dentro de la eurozona, y su contribución al presupuesto comunitario. Una bomba.
¿Qué decía? El documento fue publicado en exclusiva por el HuffPost italiano y se puede leer aquí, y abarcaba toda suerte de cuestiones relativas a la posición de Italia en la Unión Europea. Una principal: la deuda. La Lega y el M5S reclaman el perdón de alrededor de 250.000 millones de euros vía quantitive easing, el instrumento ya aplicado por Draghi para insuflar dinero en las economías comunitarias. Italia es el segundo país más endeudado del mundo, un problema endémico.
¿Y el euro? La clave de bóveda del texto, sin embargo, era el euro. El M5S y la Lega llamaban a abrir la posibilidad de una salida de la eurozona de forma "pactada" y tras una consulta popular que refrendara la voluntad de todos los italianos. Es algo inédito: ningún gobierno de ningún país bajo el euro ha propuesto jamás abandonar la moneda común. Sólo en las horas más negras de la negociación con Grecia otros países plantearon la posibilidad de expulsar al país helénico.
Ni que decir tiene que tamaña idea, con el Brexit apenas digerido por los 27, es una bomba de relojería.
¿Otras ideas? Salvini y Di Maio llamaban a repensar las contribuciones de Italia al presupuesto europeo (el norte es contribuidor neto), a una suerte de "renta ciudadana" sufragada con un impuesto plano sustitutivo del actual IRPEF, una nueva dirección en las relaciones entre Rusia y la OTAN, una revisión radical de los protocolos de Dublín (que marcan la política de refugiados), y un nuevo sistema de pensiones donde la suma de años y años de cotización marque la edad de jubilación.
¿Es una idea real? Tan pronto como el documento se filtró a los medios de comunicación ambos partidos alegaron que se trataba de un texto provisional, y que numerosos capítulos habían sido ya revisados en profundidad. Entre ellos el euro, el más peliagudo de todos, explicando que Italia no saldría de la eurozona (o de la UE) bajo su gobierno. Tal presupuesto, sin embargo, implica atenerse a las reglas del BCE y del Eurogrupo, que difícilmente validarían otras políticas del proyecto.
La voz de la UE es nítida en ese sentido: Italia necesita seguir combatiendo su déficit, no alocadas aventuras fiscales que disparen el gasto público.
¿QuItaly? El dossier era un aviso a navegantes, en cualquier caso. Italia promete ser el siguiente quebradero de cabeza de la Unión Europea. La Lega ha sido explícitamente antieuropeísta desde su práctica fundación, y el M5S se ha servido de dosis de euroescepticismo como herramienta retórica contra la élite política italiana y europea. Sea un globo sonda, un error o un mero borrador, el nuevo gobierno sí buscará redefinir la posición de Italia dentro de la Unión Europea.
Y eso abre la puerta a toda clase de posibilidades. Incluido el "QuItaly".
Imagen | David Baxendale
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